AMARGO CUMPLEAÑOS

El anciano Jordi Pujol busca la restitución

En su 90º cumpleaños, fieles al 'expresident' intentan reivindicar su legado político soslayando el cerco judicial

Jordi Pujol y Marta Ferrusola

Jordi Pujol y Marta Ferrusola

Fidel Masreal

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Tras la confesión sobre su dinero oculto, Jordi Pujol se escondió. Literalmente. Obligado, dejó su amplio despacho en el paseo de Gràcia y se refugió en un pequeño lugar en los bajos de un edificio. Era el tiempo de los insultos en la calle y el chaparrón de críticas. Hubo quien dijo que Pujol había confesado que lo mejor que le podia haber pasado era morirse.

Pero han pasado los años y las graves acusaciones que pesan sobre su familia siguen pendientes de juicio y sentencia. Y Pujol ha decidido ser fiel a uno de sus trazos de personalidad: la autoestima. Y de forma indirecta, pero clara, se ha iniciado un proceso de restitución de su honor basado en la idea de separar su trayectoria como político de la gestión del patrimonio familiar.

Para ello ha contado con fieles cercanos, excolaboradores, agrupados en un colectivo, Tagamanent, además de personas a titulo personal. Ya en el 2018 recibió un homenaje en la institución cultural del CIC. Y ha asistido a partir de entonces, de forma selectiva, a actos públicos en el Ateneu de Barcelona o el Cercle Artístic.

Blanqueo televisivo

Después han llegado apariciones televisivas con motivo de reportajes distintos, como un referido a la cooperación al desarrollo, que han dado mucho que hablar sobre el criterio televisivo y el sentido de esta presencia del 'expresident'. Y con motivo de su 90 aniversario, se ha abierto una web donde fieles anónimos y algunas figuras públicas le rinden homenaje.

Pujol tiene, sí, 90 años. Camina con cierta dificultad, ayudado por un bastón, su sordera es notable. Y tiene preocupaciones de salud en su entorno. Pero su estado de ánimo, dicen quienes le frecuentan, es bueno. Sigue activo, pero ya sin tratar de influir. Recibe a estudiantes, contacta con periodistas, se interesa por cuestiones de actualidad como el futuro de Nissan…

Todo ello no echa por tierra las evidencias, que hace 18 años describía un entonces colaborador directo del 'expresident': "Pujol ha tolerado lo de los hijos, no entiendo porqué aguanta con el PP, no se si son dosieres". O lo dicho en el 2014 por un político que fue muy cercano a él: "Todo esto era cosa del hijo mayor, y los periodistas ya lo sabíais desde hace años, ¿no?". Remata las confesiones otro convergente histórico: "El cambio en el partido se produjo cuando del dinero se ocupó Jordi Pujol Ferrusola. Se advirtió de que pasarían cosas, porque él se quedó una parte del dinero. La advertencia no sirvió".

La corrupción según Pujol

Sigue, pues, la vía judicial haciendo su curso. Pujol pensaba, según sus colaboradores, que con la confesión salvaba a los hijos. "No los salvó y se condenó él".

En 'El llibre roig de Jordi Pujol', un diccionario con sus conceptos clave, la 'C' incorpora la definición de corrupción. Dice Pujol: "No está bien resuelto el problema de la transparencia de la financiación de los partidos, es cierto que hay políticos corruptos. La corrupción es utilizada como arma de combate por muchos políticos, la mayoría de veces sin base". Sin base, escribía el mismo Jordi Pujol que se enojó, en un mitin en Granollers, cuando se publicó que tenía cuentas en Suiza y que meses después confesó que tenía dinero no declarado.

El tiempo y, en parte, los jueces determinarán qué parte de esta herencia mancha la otra herencia, la de un político y personaje poliédrico -intelectual, nacionalista, banquero, activista antifranquista, socialiberal- que siempre tuvo vocación de líder moral y ético y tuvo que acabar pidendo perdón... al tiempo que seguía aleccionando a quienes osaban criticarlo en el Parlament. Genio y figura.