En videoclase con Junqueras

Hay una cosa que une a Jordi Pujol y a Oriol Junqueras, dicho sea con perdón para los seguidores de uno y otro, y es su capacidad por camuflar mensajes. Ambos son capaces de hablar de lo divino y lo humano largamente, tanto que hasta hacen creer al espectador que, efectivamente, ese día solo quieren hablar de lo divino y lo humano. Pero siempre, y eso significa siempre, hay una frase, una palabra, que remite a la actualidad política más acuciante. La lección por video conferencia que Junqueras dio este martes, en el marco del Centre de Internacional de Formació Contínua, de la Universitat Central de Catalunya, es un ejemplo palmario de ello.

La lección llevaba por título ‘Valores cásicos para tiempos difíciles' y a lo largo de la hora de emisión, Junqueras hizo desfilar a un buen número de personajes que han sabido “seducir, del latín ‘sedurre’, atraer hacia uno mismo” al lector. De Esquilo a Lisa Simpson, pasando por Mary Shelley y Leon Tolstoi. Ecléctico. Apenas una referencia a su situación personal ("buscadlo [a los alumnos] por internet, porque donde yo vivo no existe”)

Pero el mensaje oculto se hallaba en la disquisición sobre la ‘La Orestiada’ la obra de Esquilo. Y es que más allá del habitual cripticismo al que Junqueras gusta de jugar, es obvio que una lección académica no era lugar para grandes mítines partidistas. Se trata de una trilogía que, como buena tragedia griega anda repleta de parricidios, matricidios, venganzas e intervenciones divinas. Evitando el siempre indeseable ‘spoiler’, no sea que Netflix la serialice un dia de estos y se convierta en un 'boom', se puede contar que  el desenlace de la obra tiene lugar en la acrópolis de Atenas donde se juzga al personaje central, Orestes, y donde establece un pacto entre los hombres y la diosa Atenea. Sí, pacto. La idea de pacto. Helo aquí el mensaje oculto de Junqueras.

ERC y el pacto

La defensa de la democracia entendida como pacto, y no como triunfo de la propia voluntad por encima de las restantes, está presente en las obras de Esquilo, a tenor de lo que aseguran sus intérpretes. La idea de pacto que preside el hacer de ERC en los últimos años, con respecto al Estado, y que, a su vez, tanta tensión ha introducido en el seno del Govern y del independentismo.

Y tres días después del último ejemplo, con el acuerdo de Pere Aragonès y Pedro Sánchez a cuenta de la sexta prórroga del estado de alarma, Junqueras acude a los clásicos para defenderlo. “Los clásicos son aquellas obras que permiten que todos nos sintamos reflejados y, a la vez, cuando adviertes que lo que piensas y sientes es algo común, que otros lo han vivido y sentido antes, te ayudan a relativizar”, apuntó Junqueras ante sus alumnos conectados.

Otra idea que subyace en la trilogía de Esquilo, derivada de la anterior, es que la desmesura en defensa de un postulado, o la búsqueda de la venganza, conduce irremediablemente a la injusticia. Y que la venganza conduce a más venganza, haciendo girar la rueda hasta el desastre. “Los clásicos ayudan a relativizar lo que uno vive”, repite Junqueras. O dicho en román-paladino, el líder de ERC cree que mantener el pulso y la escalada, entre Catalunya y el Estado, es un callejón sin salida. Incluso en clave española, si atendemos a lo vivido la semana pasada en el Congreso y a lo dicho en los años 30 el que sería jefe del Gobierno republicano en el exilio, Álvaro de Albornoz, sin saber, precisamente, que él sería presidente del Gobierno español en México: “No más pactos, si quieren una guerra civil, que la hagan”, dijo

Junqueras y el pacto. ¿Pero, realmente dijo todo esto en la clase? Recordando su educación italiana podría sentenciarse que 'Chi lo sa, anche si non é vero, é ben trovato'.