LECCIONES DE LA CRISIS

La pandemia reafirma la polarización política

El 'president' Quim Torra, durante una de sus intervenciones en el Parlament.

El 'president' Quim Torra, durante una de sus intervenciones en el Parlament. / periodico

Fidel Masreal

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El economista Dani Rodrik se pregunta en un reciente artículo si el coronavirus servirá para rehacer el mundo. La pregunta puede aplicarse a la política catalana, centrada en la última década en el pulso soberanista. Las invocaciones a reforzar la cooperación y la colaboración en todas las instituciones y organismos son constantes, pero ¿cómo entienden la palabra cooperación los distintos actores en juego en Catalunya?

Primer caso. El colectivo Federalistes d’Esquerres, en una publicación, llega a la conclusión de que el sistema ideal para encarar el futuro es el federalismo. "No hay soberanías que valgan: la gobernanza de nuestras sociedades y la capacidad de afrontar situaciones críticas como la que vivimos, requiere cooperación, integración y homogeneidad de criterios de actuación [...] Es la hora de las virtudes federales", apunta.

Segundo ejemplo. El diputado de Cs, Nacho Martín Blanco, destaca la "cooperación entre autonomías en salud, educación y servicios sociales" aunque lamenta "que no haya una tarjeta sanitaria única para toda España", basada en el principio de "lealtad". ¿Centralizando? "Subsidiariedad sí, pero hay aspectos que conviene que estén centralizados". Sostiene que el modelo español ya es, "de facto", federal.

Otra tesis. El ‘exconseller’ del Govern y dirigente del Consell per la República, Toni Comín, está convencido de que la pandemia ha demostrado que "la cooperación no es contraria a la autodeterminación". "Es más, es al revés, no puede haber cooperación sin respeto a las naciones y a su derecho a la autodeterminación", defiende, y hurga en que "la gestión del Gobierno ha sido muy mejorable y la conclusión de una parte del independentismo es que si antes había motivos ahora todavía hay más".

Comín insiste en la tesis –"expresada de forma equivocada", concede– de que en una Catalunya independiente "hubiera habido menos muertos", porque se habría confinado antes. "Es una aproximación desde la objetividad". ¿Y la gestión del Govern? "El Departament de Salut no lo ha hecho todo perfecto".

El ‘exconseller’ añade que, ante la "deriva centralista", a ERC "le ha saltado por los aires el guion" de la vía dialogada: "Si ahora quieren cambiar de rumbo, deberán empezar por reconocer que se equivocaron".

Autocrítica soberanista

El exdiputado de JxCat y ahora responsable de la federación Dincat, Carles Campuzano, cree que la crisis "demuestra que hace falta más que nunca, en el contexto europeo, integración y cooperación". Y en el caso español, considera que el mando único "en una administración que lleva décadas sin gestionar servicios públicos, es una absurdidad". Y respecto a si el independentismo mantiene su vigencia ante la invocación a la cooperación, hace autocrítica: "Una de las debilidades intelectuales del ‘procés’ es que no tenía ninguna propuesta respecto a qué vínculo debería tener una Catalunya independiente con el espacio español. Si fuéramos independientes, deberíamos mantener la cooperación y colaboración europea y a nivel ibérico".

Campuzano es pesimista: "Si hubiera liderazgos y miradas potentes aquí y allí sería el momento para abrir cosas, pero viendo lo que está pasando nada hace pensar que esto pueda pasar a corto plazo".

El artículo de Rodrik concluye que la crisis del covid-19 no servirá para rehacer el mundo. Cada tesis anterior se sentirá confirmada. Dice Rodrik: "Los que quieren más poderes públicos y gobierno tendrán muchas razones para pensar que la crisis justifica su creencia. Y los escépticos respecto a los gobiernos y que denuncian su incompetencia también verán confirmadas sus opiniones anteriores. Quienes deseen una mayor gobernanza global alegarán que un régimen internacional de salud pública más fuerte podría haber reducido los costes de la pandemia. Y aquellos que buscan estados-nación más fuertes señalarán las muchas formas en que la OMS parece haber manejado mal su respuesta".

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