protestas contra el Gobierno

Escraches de la ultraderecha a Ábalos e Iglesias

Escrache ante el domicilio del ministro Ábalos.

Escrache ante el domicilio del ministro Ábalos. / periodico

Agencias

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Las concentraciones y caceroladas han continuado por noveno día consecutivo, sobre todo en Madrid, para protestar contra el Ejecutivo central y rodeadas de un amplio dispositivo policial desplegado por la Delegación del Gobierno que se mantendrá en los próximos días para vigilar el cumplimiento de las medidas de seguridad por el coronavirus.

Los escraches alentados por la ultraderecha han llegado a la casa del vicepresidente, Pablo Iglesias, y la ministra Irene Montero en Galapagar, donde hace días que los manifestantes realizan una cacerolada que pasa por el exterior de su vivienda. También se han trasladados a la residencia del ministro José Luis Ábalos.

Todas estas concentraciones han llevado a reforzar la seguridad en las cercanías del chalé del líder de Podemos, según informan a Efe fuentes del Instituto Armado.

Tanto este lunes como en los días precedentes las protestas se han saldado sin incidentes en Galapagar. 

También se ha visto afectado por estas ruidosas protestas José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno, cuando una vientena de personas se plantó frente a la vivienda en la que reside en la zona norte de Madrid, según adelanta El País. Ábalos no se encontraba en ese momento en la casa por lo que los manifestantes se han encarado con la esposa y la hija del ministro cuando estas regresaban al domicilio.

Espinosa de los Monteros confirma que participa en las caceroladas

Ante esta situación, el portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, ha confirmado este martes que lleva tres días participando en las caceroladas contra el Gobierno de Pedro Sánchez que se han organizado en Madrid. "Y estaré esta noche en otra", ha asegurado.

En una entrevista en 'Los desayunos de TVE', recogida por Europa Press, el dirigente ha sostenido que los españoles "están hartos" de la "privación de libertad" derivada del estado de alarma. "Por eso salen a sus caceroladas espontáneas, que no están lideradas por ningún partido y que están compuestas de gente que votan a distintos partidos", ha añadido.

Espinosa de los Monteros ha reconocido que él mismo ha salido a la calle a protestar contra el Ejecutivo tras ser preguntado por unas imágenes en las que aparece con su mujer y portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, en pleno Paseo de la Habana, posando junto a otros manifestantes.

"Llevo tres días acudiendo en mi pleno derecho a la calle en el horario que me está asignado a dar un paseo y a protestar o a observar cómo se protesta, porque yo no iba con cacerola, pero sí que voy a solidarizarme con los vecinos de toda España de toda condición que están protestando contra un Gobierno", ha explicado.

Por el contrario, el dirigente popular Esteban González Pons ha criticado en su cuenta de Twitter estos escraches frente a los domicilios de miembros del Ejecutivo central.

"Lo mismo que me pareció cruel el escrache en la puerta de mi casa con los hijos pequeños de mi mujer dentro, alentado en la tele por Ada Colau, hoy digo que es cruel el escrache en casa de Pablo Iglesias", escribe antes de concluir con un: "No vale todo. Así, no".

El "jarabe democrático" de Pablo Iglesias

Sin embargo, otros dirigentes del PP han afeado este martes a PSOE y Podemos que ahora se quejen de los escraches a los ministros José Luis Ábalos, Irene Montero y Pablo Iglesias cuando, según han recordado, esas protestas las sufrieron altos cargos del PP en el pasado durante el mandato de Mariano Rajoy y el propio líder de Podemos los bautizó como "jarabe democrático". Tras expresar su rechazo a esos escraches antes y ahora, han criticado que el PSOE guardara silencio entonces cuando los promovían sus actuales "socios" de Gobierno.

La portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Adriana Lastra, ha denunciado el escrache a Ábalos en las puertas de su domicilio. "Acosar e intimidar a ministros de España y a sus familias es lo que algunos entienden por 'libertad'", ha afirmado en su cuenta de Twitter.

También se ha pronunciado contra esas protestas el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, quien ha asegurado que un escrache es una "concentración de gente humilde a la que le han quitado la casa y dejado en la ruina una panda de ladrones de cuello blanco". Pero lo de anoche, ha proseguido, es una "concentración de pijos pudientes y maleducados y algún que otro simpático neonazi".

El portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Alfonso Serrano, ha recriminado a Echenique sus palabras y ha "traducido" lo que, a su juicio, quiere decir el dirigente morado. "Escrache legítimo es lo que diga Podemos, resto fachas". ¿A que así está más claro?", ha aseverado.

Rechazo a los escraches

La diputada por Baleares del PP Marga Prohens ha recalcado que a ella no le "gustan los escraches" ni que se "rodee la casa de políticos y sus familias", "ni ahora ni cuando 'el miedo va a cambiar de bando'". De hecho, ha recordado lo que le sucedió a ella asegurando que no se le "olvidará la cara de la señora" que la "increpó fuera de sí en un centro comercial delante de su hijo de dos años muerto de miedo".

Por su parte, el senador por Almería y miembro de la Mesa en la Cámara Alta, Rafael Hernando, ha advertido de que PSOE y Podemos están "un poco nerviosos por las manifestaciones". "Pero es lo que han provocado con su incompetencia, su prepotencia, su negligencia y sus mentiras. La gente está harta y esto es solo el principio Ábalos", ha recalcado.

El exsecretario de Estado Gabriel Elorriaga ha recordado en las redes sociales lo que decía el 12 de abril Pablo Iglesias en defensa de esos movimientos ciudadanos: "Los escraches son un mecanismo democrático para que los responsables de la crisis sientan una mínima parte de sus consecuencias".

El diputado del PP por Zaragoza Eloy Suárez ha asegurado que al "campeón del escrache Pablo Iglesias no le gusta el 'jarabe democrático' en Galapagar". "Pedro Sánchez lo protege con el escudo de la Guardia Civil. Otros los afrontamos sin nada. Seguro que la nueva realidad dirá que eso es prudencia, la vieja realidad lo llamaba cobardía", ha añadido.

Santamaría y Cifuentes

De la misma manera, la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes ha recordado el escrache que ella misma sufrió y ha destacado el hecho de que haya una "fila entera de coches de la Guardia Civil custodiando la casa de Pablo Iglesias en Galapagar". "¿Pero los escraches no eran 'jarabe democrático'?", se ha preguntado.

Y es que el aplauso dedicado a los sanitarios a las ocho de la tarde, mucho menos secundado este lunes que en jornadas anteriores, ha dejado paso a las caceroladas que en diversos puntos de la ciudad han comenzado antes de las nueve, y han estado acompañadas de concentraciones en algunas calles.

Gritos de "libertad" y "Gobierno dimisión" han sido las proclamas en todas estas concentraciones, que no cuentan con autorización de la Delegación del Gobierno, y en las que los agentes han pedido a los asistentes que mantuvieran las medidas de distanciamiento y que no cortaran el tráfico de las calzadas.

Núñez de Balboa, en el distrito de Salamanca, epicentro de las protestas los primeros días, ha contado con más de una decena de vehículos policiales y un helicóptero sobrevolando la zona.

Este lunes miembros de los convocantes, Resistencia Democrática, han leído un manifiesto subidos en un banco del mobiliario urbano.

Al igual que ayer, varios centenares de personas han cortado el tráfico en la sede del PSOE para pedir la dimisión de Pedro Sánchez, y este lunes se ha notado la presencia de los agentes en el edificio del paseo de la Castellana donde el pasado sábado se desplegó una pancarta de protesta de varios metros con la imagen de Pedro Sánchez con el lema 'Un buen Gobierno obedece'. 

Uno de los puntos con más afluencia ha sido el paseo de la Habana, donde los manifestantes han cortado el tráfico y donde la policía ha tenido que lanzar cinco avisos para que se disolvieran. 

La protesta también se ha sentido en la plaza de Chamberí, donde también había presencia policial entre los manifestantes, muchos de ellos portando banderas de España, mientras que en la zona de la Dehesa de la Villa se ha escuchado una cacerolada de unos siete minutos, respondida con música de Ska a todo volumen por otro de los vecinos, según han contado a Efe residentes de la zona.

En Alcorcón, un cordón policial ha intervenido para evitar que se encontraran vecinos que participaban en la protesta y otros contrarios a ellas.

Con más tranquilidad han discurrido las concentraciones en zonas como Montecarmelo, Sanchinarro o Pinar de Chamartín y en municipios de la periferia como Majadahonda o Pozuelo, donde se ha reducido el número de asistentes en comparación con los primeros días.