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Sánchez tienta al PNV, Cs y ERC con una alarma "radicalmente diferente"

Guillermo Fernández Vara

Guillermo Fernández Vara / periodico

Juan Ruiz Sierra / Miguel Ángel Rodríguez

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A poco más de 24 horas de que el Congreso de los Diputados debata una nueva prórroga del estado de alarma frente al coronavirus (sería la última, y de cerca de un mes), el Gobierno no tiene asegurado el éxito de su iniciativa. La Moncloa lleva días negociando con Cs y el PNV para que vuelvan a apoyar. Y con ERC y el JxCat, para que se pasen a la abstención. Pero ninguno de estos grupos se ha movido por el momento. Para acercarlos al ‘sí’, desde el Gobierno anunciaron que esta ampliación de la medida excepcional será "radicalmente diferente", porque servirá para acompañar el fin de la desescalada y porque se asentará sobre las bases de la cogobernanza

Para evitar lo que ocurrió hace dos semanas, cuando el estado de alarma salió prorrogado gracias a las negociaciones de ultimísima hora con naranjas y nacionalistas vascos, esta vez, Pedro Sánchez ha querido preparar más el terreno. Varios ministros y miembros del gabinete de la presidencia llevan días intentando persuadir a parte de la oposición. Así, en el Ejecutivo confían en Cs y en PNV para sacar adelante la última extensión temporal de la alarma.

El diálogo

Aunque ambos partidos continúan renuentes a anunciar su apoyo -los naranjas dicen rechazar una prórroga que supere los 15 días y advierten sobre las consecuencias de reactivar la mesa con Catalunya-, la Moncloa cree que al final votarán a favor. Si lo hacen, la abstención de ERC ya no sería necesaria. En cualquier caso, tampoco se descarta. Fuentes del Gobierno indican que la negociación con el partido de Oriol Junqueras está "marchando bien", y los propios republicanos admiten que hay voluntad de acuerdo por parte de la alianza del PSOE y Unidas Podemos"La cogobernanza imperará en esta prórroga", proclamó la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en el Congreso, en un gesto que podría atraer los votos de nacionalistas catalanes y vascos que desde hace semanas demandan recuperar sus competencias.

No obstante, ella rechazó de plano esta realidad: "Nunca y en ningún momento se han recabado competencias de las autonomías". Además, quiso acallar a aquellos que acusan al Gobierno de usar la alarma con fines autoritarios: "Es el instrumento más garantista desde el punto de vista democrático que tiene nuestro ordenamiento jurídico". A la petición de los republicanos de finalizar el mando único como condición para el entendimiento, Calvo apuntó que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, seguirá teniendo competencias extraordinarias para coordinar la desescalada.

Cierre de filas

En la misma línea se había manifestado, horas antes, el presidente de ExtremaduraGuillermo Fernández Vara. "Las decisiones tienen que ser compartidas", dijo, después de recalcar que la comunidades tendrán, desde ahora, más voz, aunque la iniciativa final sea del Ejecutivo. Vara se pro nunció así tras la reunión que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, mantuvo este lunes con los barones socialistas, a fin de cerrar filas en la fase final del estado de alarma.

En esta cita socialista también se habló del PP y su actitud. De los de Pablo Casado no se espera nada. Se abstuvieron en la última prórroga, pero su jefe ya avisó que esta vez votará en contra. Para el Gobierno, el PP, ante una crisis de enorme envergadura, no se está comportando como un partido de gobierno, sino que actúa por interés. Las encuestas, de momento, señalan que Casado sube en apoyos, pero aún lejos de Sánchez

Protestas

Mientras tanto, las protestas contra Sánchez van cogiendo forma. El pasado domingo, varios cientos de personas cortaron calles del centro de Madrid para organizar una cacerolada contra el presidente, durante una convocatoria donde el distanciamiento no se pudo garantizar. Para Ábalos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, del PP, está convocando "manifestaciones en la calle sin ninguan distancia social con un solo propósito: tumbar el Gobierno".

"Vivimos en un país libre, pero es una contradicción que estemos confinados y luego lo rompamos para participar en una concentración –señaló Vara-. La mayor manifestación es la de la mayoría silenciosa. No está en las protestas. Sus miembros serán de unos o de otros partidos, pero saben que estamos en el momento más difícil de nuestras vidas".