SEÑALA A AGUADO

El apartahotel de Ayuso tensa la relación con Cs en Madrid

Pilar Santos

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Usted pretende que yo resuelva los asuntos de los madrileños sobre el comedor donde ceno todos los días [...] Mientras yo esté trabajando como presidenta de la Comunidad de Madrid, lo haré en un sitio con unas banderas y en un sitio digno, por ejemplo, con la foto del Rey», se justificó este jueves la presidenta del Ejecutivo regional, Isabel Díaz Ayuso (PP), sobre su alojamiento en un apartahotel de lujo. La dirigente se defendió así en el pleno de la Asamblea de Madrid de una polémica personal que se suma a otras acumuladas estas semanas (el cierre festivo y sin medidas de distanciamiento físico de Ifema, el reparto de mascarillas sin homologación europea... ) y que, además, ha tensado la relación con Ciudadanos, su socio en el Gobierno. Ayuso insinuó esta mañana desde su escaño autonómico que el partido naranja está detrás de las informaciones en torno a su alojamiento.

Era la primera vez que daba explicaciones sobre el apartahotel de lujo en el que vive desde el 16 de marzo, cuando supo que había dado positivo en coronavirus. El establecimiento es propiedad de Kike Sarasola, dueño de la cadena Room Mate, que cedió seis hoteles en Madrid  para personal sanitario y otros dos para personas mayores sin coronavirus, una iniciativa altruista, según el empresario. Sarasola ha asegurado, al igual que el quipo de Ayuso, que la presidenta pagará la suite y le costará 2.400 por mes al ser estancia larga. 

El contrato publicado y una destitución 'en marcha'

La publicación en el Portal de Contratación de un contrato a este empresario, el miércoles, fue el episodio que Ayuso escogió para mostrar sus sospechas en torno a Ignacio Aguado, su vicepresidente y líder de Ciudadanos en la comunidad. La dirigente espetó que «lo único raro» en todo este asunto es la publicación, por parte de la Consejería de Políticas Sociales (que dirigen los naranjas)de un contrato «casualmente mal puesto» y adjudicado a Room Mate, que luego fue «descolgado a unas horas extrañas».

Ayuso anunció una investigación y, horas después, el consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, informó del cese del técnico que cometió el «error». Aunque esa destitución no se ha efectuado, ya que el equipo de la presidenta ha subrayado que un consejero, unilateralmente", no puede tomar esa decisión porque corresponde al Consejo de Gobierno, que se reunirá la semana que viene. "Se debatirá", afirma un portavoz de la dirigente. Una reacción que envía el mensaje a Aguado de que la investigación se hará de todas maneras.

En el Portal de Contratación llegó a figurar como adjudicatario de un contrato sobre prestación de servicios sociosanitarios Room Mate por un importe de 565.749,58 euros, IVA incluido, pero después se cambió el adjudicatario por el de la Coordinadora del Tercer Sector y se redujo el importe a 240.443,57 euros.

Fuentes del PP consideran que «el equipo de Aguado» filtró la información sobre el hotel a la revista 'Vanity Fair', que destapó el lunes que vivía en la suite, y también colgó el contrato y avisó a la prensa para que pudiera hacer una captura de la pantalla.

El líder de los conservadores, Pablo Casado, no quiso entrar en los detalles de este episodio protagonizado por Ayuso (apuesta personal cuando la designó como candidata), y dijo que forma parte de la «esfera privada». Este viernes por la tarde Casado mantendrá una reunión telemática con la líder de Cs, Inés Arrimadas, para hablar de las autonómicas en Euskadi y de la «actualidad política» antes de que la sucesora de Albert Rivera dé a luz y se coja la baja de maternidad. Tanto Casado como Arrimadas intentaron rebajar la tensión y aseguraron que su colaboración en Madrid y también en las comunidades en las que gobiernan juntos (Andalucía, Murcia y Castilla y León) es buena. En el PP no ven la amenaza de la moción de censura en la capital en este momento. 

Los argumentos

En la Asamblea regional, Ayuso abundó este jueves en sus argumentos para defenderse de lo que cree que es otra campaña personal «de la izquierda» contra ella. La presidenta dijo que le pareció «la mejor» opción irse a un apartahotel para «no molestar» a sus vecinos ni a su equipo, entre los que había varios trabajadores también infectados, detalló. Fuentes del Ejecutivo añaden que el tamaño de su vivienda hacía imposible, por ejemplo, que los «informáticos pudieran entrar con garantías a instalarle todo lo necesario para trabajar de forma telemática».

Si a partir del 10 de abril, cuando superó el coronavirus, no volvió a su casa, continúan esas fuentes, es porque está en el barrio de Chamberí, «a 45 minutos a pie» de la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, por lo que habría necesitado chófer y seguridad. «Y, con el estado de alarma, nos pareció más prudente que siguiera en el apartahotel», continúan esas fuentes. El edificio está en la plaza de España, a 1,5 kilómetros, a unos 15 minutos.