La subida de impuestos también divide a Torra y Aragonès

El presidente de la Generalitat, Quim Torra.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra. / periodico

Fidel Masreal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las discrepancias entre los dos socios del Govern no solo tienen que ver con sus planes independentistas, los liderazgos o las zancadillas constantes en el Parlament, sino también con asuntos de calado social como si conviene o no subir impuestos. Durante años, ERC ha batallado contra la posconvergencia para aplicar una mayor presión fiscal a las rentas más altas. Ahora, enmedio de la crisis, parecen intercambiarse los papeles. El ‘president’ Quim Torra se mostró ayer por primera vez abierto a usar la palanca fiscal ante la crisis del covid-19 mientras el titular de Economía y dirigente de ERC, Pere Aragonès argumentó que «a día de hoy», no es necesario.

 Preguntado sobre si la comisión de reconstrucción económica y social anunciada ayer por el Govern se planteará incrementar ingresos mediante un aumento de presión fiscal a las rentas y patrimonios más altos, por ejemplo mediante el impuestos de sucesiones, Torra respondió de forma genérica pero sin cerrar ninguna puerta. «Si queremos analizar todas las herramientas, las analizaremos todas. Ahora tenemos unos presupuestos, unas medidas que esperamos que tarde o temprano el gobierno central acabe tomando. Hemos de mirar todas nuestras capacidades para poder actuar con todas ellas», planteó, en la linea de «jugar con las herramientas e instrumentos» al alcance del Govern para paliar la grave crisis económica, de empleo y social que tanto el ministerio de Economía como el FMI prevén para el conjunto de España.

JxCat, contra la subida

Esta puerta abierta por Torra se aleja, aunque de forma prudente, de la doctrina oficial posconvergente y de JxCat, que consiste en afirmar que Catalunya no puede incrementar más la presión fiscal. Durante años, fueron los herederos de Convergència quienes se resistieron a la propuesta de ERC de subir la presión a las rentas más altas o modificar el impuesto de sucesiones. No en vano, una de las primeras medidas que adoptó Artur Mas cuando accedió a la presidencia de la Generalitat, en plena crisis económica, fue la de suprimir el impuesto de sucesiones, a mediados del 2011.

Posteriormente, el ‘president Puigdemont’ y el vicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras, también chocaron respecto a si subirel IRPFa las rentas de más de 90.000 euros. No ha sido hasta el presupuestos recientemente aprobado, y no sin las discrepancias públicas de JxCat, que se ha incrementado la presión a estas rentas altas, para lograr el sí de los ‘comuns’.

Esta previsión presuppuestaria fue el escudo que usó ayer Aragonès para defender que «a día de hoy» no cree necesario incrementar los impuestos a los patrimonios más elevados. Su apuesta pasa por el endeudamiento. «Los gastos son de tal magnitud que solo pueden ser financiados, de forma inmediata y sin daño excesivo, mediante endeudamiento y es lo que han de hacer las instituciones europeas y el Gobierno del Estado, que se pueden endeudar. Si se puede financiar a deuda perpetua sin obligación de retorno, esta sería la vía adecuada», adujo el ‘conseller’.

Torra pareció en cambio articular un discurso a lo Mario Draghi, cuando como presidente del Banco Central Europeo dijo que haría todo lo que fuera necesario para salvar al euro. El ‘president’ habló de una nueva realidad «disruptiva», tras la crisis, por lo que se mostró abierto a todo, en el marco del plan para la reactivación económica y protección social que va a trazar el Govern. Para ello se creará una comisión de ‘consellers’ y un erquipo técnico, presidida por Torra, que se abrirá a propuestas de la sociedad civil y los partidos de la oposición. Del contenido del plan no hay información por el momento, más allá de que se trabajará en tras fases: medidas para afrontar la emergencia sanitaria, medidas para dotar de liquidez a empresas y trabajadores, y finalmente planes de reactivación en los sectores más castigados como la cultura, el comercio y el turismo.

Parece una buena notícia

Mientras estas concreciones llegan, el Govern no dejó ayer de felicitarse, con la boca pequeña, por el anuncio del Gobierno de una inyección de 16.000 millones a las autonomías, no reembolsables. Aragonès reclamó mirar la letra pequeña y pidió que este fondo se distribuya en función del daño que haya causado el virus en cada territorio y no sea una cantidad condicionada ni en forma de préstamo. «Parece una buena notícia», concedió.

Ello no frenó las críticas. Torra celebró la mano tendida por Sánchez pero le afeó que hasta ahora se ha sentido un «convidado de piedra» en las reuniones. Y concluyó que la recentralización  «ha sido un fracaso». «Las decisiones de la Generalitat han de respetarse y las [del Gobierno] que tienen impacto sobre Catalunya que se decidan conjuntamente», exigió Aragonès.