LOS NÚMEROS DE LA GENERALITAT

El Govern y los 'comuns' aprueban unos presupuestos superados por el virus

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jregue53220327 grafcat5513 barcelona 24 04 2020 el presidente de la gen200424210305 / EFE / JOB VERMEULEN

Júlia Regué / Roger Pascual

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Tres años después, la Generalitat cuenta con unos nuevos presupuestos. Unas partidas que esta vez no están sujetas a contrapartidas propias del 'procés' pero que resultan insuficientes para hacer frente al impacto de la pandemia del coronavirus. Un 'reset' al que el Govern y los 'comuns' pretenden sumar a las fuerzas de la oposición, que tienden su mano para conjurarse en un foro de reconstrucción a la catalana que pueda aunar también a agentes económicos y de la sociedad civil. Cs y PSC lanzaron la propuesta con distintos acentos y el 'president' Quim Torra recogió el guante.  

Pasadas las 22.00 horas, en una maratoniana votación en un pleno de formato reducido -16 diputados votaban presencialmente, 93 por delegación y otros 25 lo hacían por vía telemática-, el Parlament ha aprobado el proyecto que el Govern acordó con los comunes, cuya abstención ha servido para validar el grueso del articulado.

"Estos presupuestos son la primera piedra de la reconstrucción del país", animó el 'vicepresident' Pere Aragonès durante el debate de los presupuestos en el Parlament, en un hemiciclo que quedó reducido a la presencia de 21 diputados y que puso en práctica por primera vez el voto telemático, al que solo se acogió el grupo de JxCat. Pero nadie se movió de sus casillas. Los presupuestos tiraron adelante con el apoyo de JxCat y ERC, y la abstención de los 'comuns', que elevaron el tono contra el Executiu por hurgar en la confrontación con el Gobierno a cuenta de la gestión de la emergencia.

"Desfasados"

La oposición se puso de acuerdo en dos cuestiones: que no es cierto que haya 3.142 millones nuevos para gastar, porque en el 2019, con los presupuestos prorrogados, se gastaron 3.600 más que en el 2017, y que, de facto, los presupuestos aprobados son "papel mojado" porque nacen "desfasados" debido al covid-19. 

Torra admitió en la sesión de control celebrada por la mañana que estas cuentas "no bastan" para hacer frente al coste sanitario que está generando el coronavirus. Eso sí, dejó en manos de las "transferencias directas del Estado", provenientes del fondo de rescate de la Unión Europea, el cargo de la recuperación. JxCat y ERC presionaron al Estado desde la tribuna para que inyecten liquidez en Catalunya y paguen "las deudas pendientes e históricas". "Lo mismo que España pide Europa lo pide Catalunya al Estado", dijo Aragonès, reclamando al Gobierno que se adapte el objetivo de déficit y no cobre intereses de las transferencias que reciban para hacer frente a la deuda. En una entrevista en TV-3, rechazó las políticas de austeridad y dijo que ahora toca "una política expansiva".

El 'vicepresident' agradeció la "responsabilidad" de los 'comuns' y la contrapuso a la posición "inmovilista y conservadora" del PSC y la CUP, unas declaraciones que disgustaron a la oposición, que puso en entredicho la voluntad del Govern de llegar a acuerdos, y que enervaron a la CUP. "Quizás empezamos con mal pie", rebatió la diputada Maria Sirvent

Compromiso

Cs empleó un tono mucho más constructivo, que incluso agradeció Torra en la sesión de control, y tendió la mano al Govern para los presupuestos del 2021. "Solo hay una opción: trabajar juntos de forma responsable, exigente y leal", espetó el diputado José María Cano.

El PSC también apostó por el diálogo y se abrió a ser un potencial aliado del Executiu para hacer frente al virus. De hecho, Miquel Iceta entregó a Torra un documento con propuestas para un pacto catalán de reconstrucción económica. El PPC exigió al Govern que aparque el 'procés' y que se centre en atender  las urgencias socioeconómicas.

"Tenemos palabra. Cuando nos comprometemos, cumplimos", espetó Jéssica Albiach al Govern, no sin críticas por hurgar en la confrontación con el Gobierno. La líder parlamentaria de Catalunya en Comú Podem se acompasó a Aragonès y blindó los presupuestos como la previa de un plan de choque para el coronavirus. Ensalzó la reforma fiscal que plantean las cuentas y sostuvo que es la mejor herramienta para atender las necesidades de los más vulnerables. Aún así, afeó el dardo de Aragonès al PSC y la CUP.

En lo que sí que hubo consenso fue en inaugurar la sesión –la primera desde que se decretó el estado de alarma– con un minuto de silencio dedicado a las víctimas del virus y en parar a las ocho para aplaudir a los sanitarios. Un punto de encuentro que el tiempo dirá si fue anecdótico o el preludio de comunes denominadores en la lucha contra la pandemia.