Polémica en torno a la Guardia Civil

Interior da por zanjado el incidente del "lapsus" del general Santiago

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Juan José Fernández

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Pese a que el líder del Partido Popular, Pablo Casado, quiere explicaciones en sede parlamentaria, en la Guardia Civil y el Ministerio del Interior empiezan a dar por ya zanjado el incidente ocasionado este domingo por el lapsus del general de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, en la rueda de prensa de los portavoces del comité técnico de seguimiento de la epidemia.

El número tres de la Guardia Civil había descrito como uno de los objetivos del instituto armado, dentro de su campaña de lucha contra los bulos de la epidemia, "minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno". Casi de inmediato, en la misma tarde del domingo, su desliz fue aprovechado en las redes sociales por parte de perfiles de la derecha, la ultraderecha y círculos de la teoría de la conspiración para presentar como probada una supuesta utilización del instituto armado por parte del Ejecutivo para perseguir a supuestos disidentes.

En pleno incendio, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, le puso un mensaje al general Santiago por whatsapp. Fue el domingo a media tarde, según fuentes cercanas al caso. En el mensaje, el ministro le expresó "su apoyo y su respaldo", indican esas fuentes. De noche, en una entrevista concedida a El Objetivo de La Sexta, el titular de Interior tildó de "lapsus" lo dicho por Santiago, negó la existencia de cualquier orden a la Guardia Civil para favorecer al Gobierno -"sería ilegal", dijo- y pidió: "Dejen tranquilo al general".

Incómoda rueda de prensa

La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, también le envió un mensaje de apoyo, según fuentes de la Benemérita, cuando en ese cuerpo policial se extendía la versión de que el general iba a pedir su relevo como portavoz del instituto armado en la cotidiana rueda de prensa. Santiago aparece en el atril de Moncloa cada día sustituyendo al teniente general Laurentino Ceña, director adjunto operativo del cuerpo, que resultó contagiado por el coronavirus.

"En ningún momento pidió ese papel", insisten las mimas fuentes, que abundan en la creciente incomodidad de los uniformados que aparecen junto al doctor Fernando Simón y la secretaria general de Transportes, María José Rayo, con una fórmula de comparecencia pública diaria que les somete a "sobreexposición mediática" .

El general José Manuel Santiago, jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil, es un hombre de perfil técnico, sin veleidad política alguna que le pueda atribuir ninguna fuente policial, poco conocido entre las unidades operativas del instituto armado porque su carrera ha tenido más que ver con la gestión y parte de su prestigio se ha forjado en misiones internacionales. En la cúpula de la Benemérita consideran su trayectoria "impecable", según las mismas fuentes.

"Se equivocó, sin más"

Este lunes, y poco antes de que Pablo Casado dijera en rueda de prensa que no se cree que lo de Santiago fuera un lapsus, Vox ha exprimido aún el caso anunciando que acudirá a un juzgado de guardia para que aclare si hay una orden política tras lo dicho por el general. Para el líder de Vox, Santiago Abascal, el Ejecutivo utiliza a la Guardia Civil para "convertir sistemáticamente en bulo y proscribir la acción de la oposición".

Ninguna de las asociaciones de la Benemérita ha formulado críticas a la frase de Santiago. Desde la principal, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Juan Fernández, su portavoz, le resta importancia al incidente y niega ningún uso patidista del instituto. "Se equivocó, y no hay que darle más vueltas", opina.

Hay, claro, una orden dada a la Policía y la Guardia Civil de actuar contra los bulos delictivos, pero no en el sentido que esos y otros bulos andan extendiendo en las redes sociales. "El Gobierno y la Fiscalía investigan una posible organización criminal que está difundiendo mentiras para crear alarma social -explica Juan Fernández-. Y una parte de la generación de esa alarma social consiste en la desautorización de lo dicho por fuentes oficiales".

El fenómeno llega a tal punto que incluso impacta en las propias Fuerzas de Seguridad del Estado. Con membretes oficiales copiados, a los guardias civiles les ha llegado recientemente un manual falso de aplicación de las normas del Real Decreto de estado de alarma. 

Para Juan Fernández es inconcebible que se dé ese escenario de utilización política de la Guardia Civil que pinta la extrema derecha: "Esta institución jamás colaboraría en eso, ni creo que nadie se atreviera a pedírselo a los guardias", asegura.

Este lunes, como para escenificar el final del incidente, los técnicos que cada día aparecen tras los atriles de Moncloa han prorrumpido en aplausos dirigidos a su compañero Santiago. Esta escena de apoyo, indican fuentes de Moncloa no relacionadas con la organización de la rueda de prensa, en ningún caso podría no haber sido espontánea: "¿Usted cree que al Jefe del Estado Mayor de la Defensa y el resto de personas que aparecen ahí se les puede decir: 'Y ahora, cuando les diga, aplaudan?'",