El fiscal en el banquillo: el viraje del Govern ante el coronavirus

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Fidel Masreal / Xabi Barrena

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La hemeroteca, incluso la más reciente, es implacable. Cuando el 'president' Torra decidió tomar la bandera del confinamiento total y exigió al Gobierno medidas socio económicas extremas para avanzarse así a lo que ha ido decidiendo el Ejecutivo español, la estrategia tenía un pequeño gran punto de fuga: la gestión propia. Es fácil ver hoy como la actuación de la Generalitat tampoco ha sido ejemplar, con vaivenes sobre obras públicas, residencias geriátricas, mascarillas o la manera de celebrar Sant Jordi... Una actuación en la que, una vez más, los dos socios del Govern se han seguido clavando cuchillos.

Según la versión de un miembro del Govern, se ha pretendido combinar la crítica al Gobierno con la preparación de medidas de inyección económica y reactivación porque la situación económica actual -admiten- no es sostenible en el tiempo indefinidamente.

El 13 de marzo, el 'president' Torra compareció en el Palau de la Generalitat para anunciar solemnemente algo que no podía aplicar por si solo: el confinamiento de Catalunya. A partir de ahí y a diario, el plan del Govern se ha centrado tanto en destacar el goteo de ayudas económicas y sociales que iba aprobando como en criticar insistentemente la gestión de un Gobierno al que acusa de actuar "tarde y mal" e incluso de poner en riesgo vidas humanas.

El punto álgido de la tensión institucional fueron las cartas de Torra a los líderes de la UE quejándose de la posición del Gobierno español tras una entrevista en la BBC. El Gobierno respondió, entonces sí, denunciando la deslealtad de la Generalitat.

En cambio, el vicepresidente y dirigente de ERC, Pere Aragonès, en una entrevista a EL PERIÓDICO el día 22, formulaba la crítica al Ejecutivo del PSOE de una forma bastante diferente: "Yo no entraré a hacer consideraciones para introducir un debate político que ahora sobra. Hay una emergencia sanitaria a la que hay que hacer frente". 

Las residencias, talón de Aquiles

Pero el discurso de Torra se ha ido modulado. El punto de inflexión fue la entrevista en Ser Catalunya el 2 de abril, en la que se vio a un 'president' muy autocrítico, en especial con el que es su principal talón de Aquiles, el sector de las residencias, sobre las que se ha generado "alarma social". No en vano los gestores de las residencias, familiares y ayuntamientos han denunciado una desatención grave hacia un colectivo especialmente vulnerable. La decisión de Torra de quitar las residencias del área de Treball (liderada por 'conseller' El Homrani, que al principio eludió la autocrítica) para pasarla a Salud, también generó conflicto interno. El republicano Joan Tardà ha denunciado los "ataques" de su socio, calificándolos de "deslealtad". Fuentes de Esquerra recuerdan que el peso de la crisis lo han llevado sus 'consellers' mientras que otros "simplemente no han hecho nada". "El Homrani estaba desbordado, sobrepasado", afirma un miembro del Govern, de JxCat.

Torra llegó a pedir que los partidos independentistas votaran en el Congreso a favor de la prórroga del Estado de Alarma. Pero no le hicieron caso: votaron a favor de parte del real decreto pero se abstuvieron en protesta por la gestión del Ejecutivo de la crisis y la falta de medidas más drásticas.

El ejército no, pero después sí

La actuación de las fuerzas armadas en Catalunya ha generado también discursos cambiantes en la Generlaitat. El 'conseller' de Interior, Miquel Buch sostuvo reiteradamente que con los Mossos tenía suficiente. La realidad ha ido desmintiendo estas afirmaciones dada la actuación del ejército en especial en los geriátricos y la solicitud de estos servicios por parte del Govern.

Las obras sí y luego no

En relación a las obras de infraestructuras, el Govern ha mostrado una posición cambiante, permitiendo durante varias jornadas que siguieran en marcha pese a mantener el discurso de que se debía paralizar totalmente el país. De ello culpó también al Gobierno por sus decretos. Finalmente, el viernes 27 la Generalitat sí paró las obras. También ha habido rectificaciones del Govern respecto a la fecha de reparto de mascarillas gratuitas o la celebración de Sant Jordi con o sin envío de libros a casa.

Los recortes

La crisis ha reabierto el debate de los recortes sociales, como los del Govern de Artur Mas tras la crisis del 2008. Ante ello, JxCat ha contestado al ataque. En una misma frase, la diputada posconvergente Laura Borràs afirmaba en una entrevista a EL PERIÓDICO, que recortar en salud trae consecuencias pero que hubo que hacerlo por culpa del tripartito.

Todo ello mediante un plan de comunicación que, como el del Gobierno español, ha generado críticas de los periodistas. La sobreabundancia de comparecencias ha contrastado con la dificultad de obtener datos concretos mientras el tono de algunos 'consellers', como el de Interior, ha seguido siendo el de un fiscal agresivo contra el Gobierno: "No está a la altura". Un fiscal con un talón de Aquiles de una magnitud que el tiempo juzgará.