JxCat y ERC retoman la pugna por los plenos telemáticos

El presidente del Parlament, Roger Torrent.

El presidente del Parlament, Roger Torrent. / periodico

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La sombra de Carles Puigdemont es muy alargada y mediatiza la presente legislatura catalana desde su inicio. Como el estribillo o 'ritornello' de una canción, siempre vuelve. El 30 de enero del 2018 ERC se alejó del independentismo mágico, oponiéndose a una investidura a distancia de Puigdemont. 26 meses y una pandemia después, la cuestión sigue suscitando polémica y tensión. Aunque ahora que el ‘expresident’ ya no es diputado, la lucha se centra en la opción o no de que, tras las próximas elecciones, Puigdemont pueda ser elegido ‘president’. Está en juego, pues, el relato electoral basado en el 'si gana Puigdemont, será presidente'. El principal activo posconvergente, como se acreditó en febrero en Perpinyà.

La cuestión de la investidura a distancia, cual Guadiana, desapareció de la primera línea informtiva, pero la pandemia la desenterró. Primero se abrió la puerta a la celebración de plenos reducidos y voto delegado, como en el Congreso.

Eso sí, los servicios jurídicos descartaron en un informe la posibilidad de convocar sesiones plenarias por videoconferencia, pero añadieron recomendaciones para adecuar la normativa a la continuidad de la actividad parlamentaria "en situaciones excepcionales como la actual".

La semana pasada, la Mesa del Parlament, con los votos de  JxCat y ERC, desempolvaron la ponencia para la reforma del reglamento. La oposición criticó el movimiento porque, apuntaron, veían oscuras intenciones en la posconvergencia en relación a una eventual investidura de Puigdemont. A lo largo de la semana pasada hubo contactos entre todos los grupos y, este lunes, se reunieron los socios del Govern, PSC, ‘comuns’ y la CUP.

Desmarque de JxCat

"Apenas 10 minutos después de la reunión", narra una fuente republicana para subrayar lo estudiado del movimiento de JxCat, los posconvergentes presentaron en solitario una propuesta  de reforma para permitir "la actividad parlamentaria por la vía telemática de manera inmediata".

ERC, que  a falta de pactar con los otros grupos algunos flecos tenía muy avanzada una propuesta, acusó a JxCat de moverse "por intereses partidistas". Estos son, detalla una fuente de ERC, el "desgaste de Roger Torrent y mantener viva la llama del retorno de Puigdemont".

Los republicanos hacían suyas las consideraciones de los letrados y aspiraban a acotar los casos en que se pudiera habilitar la vía telemática. Verbigracia: "Catástrofes, calamidades o desgracias públicas como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud (...); los conflictos armados o civiles (...)".

Es decir, ERC pretendía afrontar este debate desde una excepcionalidad como la actual. 

En la propuesta posconvergente se prevé que puedan celebrarse sesiones plenarias no presenciales, con votación telemática, cuando los diputados no puedan desplazarse por motivos diversos, también calamitosos, entre los cuales la crisis actual del coronavirus.

Por toda Catalunya

 "Ha habido avances en la actividad telemática del Parlament, pero nos quedamos cortos. No estamos ante la mejora deseada, no es suficiente ni adecuada a la actual situación", manifestó el portavoz de JxCat en la Cámara, Eduard Pujol. Además, el texto posconvergente plantea que el pleno pueda tener lugar "en otros lugares de Catalunya" si así lo decide la Mesa y la Junta de Portavoces.

Pese a celebrar que haya actividad no presencial y telemática de algunos órganos del Parlament, como reuniones de la Mesa, de la Junta de Portavoces y de la comisión de Economía, creen que se debe avanzar tecnológicamente para hacer posible plenos y votaciones telemáticas.

Por ello, JxCat propondrá en la reunión de la Mesa de este martes que una parte del remanente del presupuesto del 2019 previsto para inversiones se invierta en tecnología. La jugada pretende ser doble. Por un lado, mejorar la tecnología de la Cámara, de la que no anda muy  boyante, y, por otra, dar otro uso a la partida del presupuesto con el que se pretendía celebrar el 40º aniversario del restablecimiento del Parlament, tras el franquismo. Efémeride a la que Torrent dedica, o pretendía dedicar, especial atención.