LAS INTERIORIDADES DE UN CONSEJO HISTÓRICO

Estado de alarma: Tensiones de Gobierno

El consejo de ministros, reunido de forma extrarodinaria, para decretar el estado de alarma

El consejo de ministros, reunido de forma extrarodinaria, para decretar el estado de alarma / periodico

G. Robles / J. R. Sierra / P. Santos / M.A. Rodríguez / R. Sánchez

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La jornada de este sábado, 14 de marzo de 2020, pasará a la historia por diversas cuestiones. La primera, porque España está contagiada de coronavirus en un porcentaje demasiado alto y llamada a permanecer en casa para evitar el desbordamiento. La segunda, porque el Consejo de ministros ha tenido una de las reuniones más largas de su historia para trabajar sobre un decreto con el que se establecerá, por segunda vez en democracia, el estado de Alarma, aunque en esta ocasión de una manera muchísimo más contundente que la primera. A esto hay que añadirle el profundo debate político que se ha producido en torno a esa mesa de ministros y el que, en paralelo, se produce fuera, en las sedes oficiales de las comunidades autónomas y en las redes sociales. Todo mientras los ciudadanos siguen intentando digerir, algunos con más éxito que otros, la coyuntura.

"Ha habido un debate importante, especialmente sobre las medidas sociales y económicas, sobre a quiénes hay que dar prioridad y en qué fecha tenían que ir esas medidas", apuntaban fuentes conocedoras de esa reunión ministerial. Ha habido tensión, arrastrada de días atrás, puesto que no todos los colaborades de Sánchez apoyan cruzar la frontera del estado de alarma. Las socialistas o independientes que llevan carteras más económicas -Nadia Calviño y María Jesús Montero- eran las más reticentes, según parece. Tampoco hay acuerdo total sobre qué iniciativas se deben adoptar y en qué momento. Hay distintos criterios sobre cuánto hay que inclinar la balanza hacia la protección social por encima de la protección a las empresas para evitar una crisis posterior de desconocido calado. Pero, ¿ha sido una batalla argumental PSOE-Podemos o no sólo?. 

 A primera de la tarde de este sábado el PP, vía tuiter, ayudaba a difundir la idea de un supuesto enfrentamiento que, de puerta a dentro, se habría producido entre el ala socialista y el ala morada del Ejecutivo central. Y es que a dicho Consejo acudió el vicepresidente Pablo Iglesias, que abandonó su cuarentena por ser persona de cierto riesgo (su pareja, otra ministra, está afectada por el virus) y con este gesto dudosamente ejemplarizante en esto días abrió otro debate paralelo en redes, además del que pueda haber protagonizado en La Moncloa donde, todo hay que decirlo, hubo sorprendidos de verle llegar hasta allí. Según fuentes conocedoras de lo que ha ocurrido en sede gubernamental, Iglesias se ha empleado a fondo junto a la titular de Trabajo, Yolanda Díaz -también de Podemos- en defender no sólo decretar la alarma, sino en exigir que se aprobaran medidas "de calado" de carácter económico y social ya, como las que atañen a pagos de alquileres e hipotecas, impuestos o ertes . El ministro de Transportes y número tres del PSOE, José Luis Ábalos, avaló varias (no todas) de sus tesis frente a la vicepresidencia económica. Tras un rifirrafe extenso, se acordó que no se aprobarán hasta el martes, como estaba previsto.

Pegas autonómicas

Sánchez, que lleva pidiendo unidad a todas las administraciones desde que decidió tomar las riendas de la crisis del coronavirus y salir a dar explicaciones de las medidas a tomar (hace solo cuatro días), ve ahora cómo sus socios de gobierno y las autonomías, claves para aplicar el estado de alarma, ponen pegas, reclaman cambios o directamente se le rebelan. A la división en el Ejecutivo de coalición, no siempre entre PSOE y Podemos, a veces más transversal, se suman las quejas del ‘president’, Quim Torra, y el lendakari, Íñigo Urkullu, por lo que consideran una recentralización no justificada. 

A todo esto trató de hacer frente como pudo el presidente, en la rueda de prensa que ofreció este sábado entrada la noche, después de un debate tan largo como histórico en el Consejo. Él, ante las preguntas de la prensa al respecto, admitió el debate interno aunque trató de restar hierro al asunto. "Enriquecedor pero sosegado". Así definió el jefe del Ejecutivo el cruce de criterios en torno a su mesa. No quisó ir más allá alegando que las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas por ley.

Hizo lo propio con el choque con gobiernos como  el de Euskadi, que ve en el decreto "un 155", y el de Catalunya, que considera que el intervencionismo presidencial a raíz del estado de alarma es intolerable. También había malestar en otras autonomías como Madrid, una de las más afectadas, porque según alguno de los responsables de su Administración no se ha consultado nada para elaborar y encajar las medidas con sus quehaceres diarios. "No estamos hablando aquí de territorios, sino de ciudadanos, vivan donde vivan", zanjó Sánchez en su comparecencia, dando a entender que en este sentido no habrá pasos atrás.