SESIÓN DE CONTROL

Torra y ERC dinamitan la unidad en torno al diálogo con el Gobierno

Fidel Masreal / Xabi Barrena

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Nadie diría que el Govern está a punto de aprobar los primeros presupuestos en tres años con el apoyo de los ‘comuns’, que el independentismo puigdemontista ha logrado un éxito de convocatoria en Perpinyà y que algunos de los presos pueden ya disponer de horas de libertad. El clima preelectoral sigue generando enfrentamientos abiertos entre los socios del Govern al más alto nivel. El último de estos ejemplos, la queja de ERC al ‘president’ Torra a cuenta de las invectivas de Clara Ponsatí contra el diálogo en Perpinyà. Y la réplica del ‘president’ acusando al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, de no apoyarle cuando Ciutadans lo llama okupa.

Con este menú, resultó casi imposible que la sesión de control al Govern en el Parlament diera relieve a debates no menores, como el decreto de vivienda de la Generalitat –que según el PP favorece la 'okupación', y que el Govern mejorará para que los jueces eviten desahucios en los que no haya alternativas para los inquilinos-, las políticas de igualdad o bien la escandalosa politización de las Juntas Electorales.

Abrió fuego ERC, precedida por los ‘comuns’, afeando al ‘president' que en el multitudinario mítin de Perpinyà Ponsatí menospreciara la mesa de diálogo con el Gobierno, “debilitando” así la posición del independentismo. Torra, lejos de criticar a la ‘exconsellera’, dijo que todas las posiciones son respetables y  lamentó que ERC hiciera reproches cuando de lo que se trata es de fijar una fecha para el referéndum con el Estado y no ir “con el lirio en la mano”. Una nueva muestra del desacuerdo que preside cada día la relación entre socios.

El tono aumentó cuando Ciudadanos contribuyó a elevar la temperatura del hemiciclo pidiendo a Torra que abandone el cargo y llamándolo okupa. Ciudadanos nada dijo de Andrés Betancor, miembro de la Junta Electoral a sueldo del partido naranja, y activó el ventilador. Torra se revolvió contra el presidente del Parlament por permitir el “insulto” de okupa y que Torrent lo tolerase. Y pidió formalmente dos cosas: Una, crear sindicatura electoral propia catalana para no depender de la JEC. Catalunya no dispone de ley electoral pese a tener competencias para ello. Nunca los partidos se han puesto de acuerdo. Y por ello actúa con la legislación estatal.

Dos, que el Parlament que le restituya sus derechos como diputado, que se le retiraron a raíz precisamente de las decisiones del Supremo y la JEC tras ser inhabilitado por el TSJC por la pancarta con el lazo amarillo. Fuentes de ERC recuerdan que el Parlament ha recurrido estas decisiones sobre el acta de diputado y que Torrent al mismo tiempo garantiza la seguridad jurídica y que los acuerdos del Parlament sean válidos. En definitiva, que no va a dar marcha atrás.

A media tarde, el líder de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, fue muy contundente en Twitter. En referencia a la petición de Torra escribió: "No se puede manipular la realidad y exculpar a la JEC y al TS. Quien retira el escaño y secuestra el voto del 'president' es la JEC y el TS. De hecho, lo que hace el Parlament es recurrir esta decisión injusta para revertir la situación". Fuentes de los republicanos aseveraron, por su parte, que tratar de culpar a Torra para desgastarlo políticamente era profundamente "irresponsable"

Vivienda

Pero el Parlament  sí está tomando decisiones. En la misma sesión de control, Torra replicó al PP –que se quejó de que el decreto de vivienda del Govern favorece a los okupes- defendiendo la “justícia social” y la necesidad de dejar todavía más claro en el decreto que los jueces no pueden ordenar desahucios como el de este martes en Barcelona sin una alternativa habitacional para los inquilinos. Torra en este aspecto se situó al lado de las decisiones que ayer mismo se tomaron en el Parlament: el decreto que obliga a los grandes propietarios de pisos a facilitar un alquiler social a quien lleve más de medio año en su propiedad sin pagar y acredite necesidad. Lo apoyó el Govern junto a los ‘comuns’ y la CUP, frente a Ciutadans y el PP y la abstención del PSC.

También fue el día en que por unanimidad se aprobó una norma contra el malbaratamiento de alimentos.  Y se debatió sobre igualdad. Pero la ruptura entre republicanos y posconvergentes es una agria realidad diaria, aderezada con la incertidumbre del espacio de JxCat y el PDEcat.