TENSIÓN EN LAS FILAS POPULARES

La crisis del PP vasco revela el pulso de Casado y Feijóo

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Pilar Santos

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El cese de Alfonso Alonso es para muchos dirigentes del PP el daño colateral de una batalla más grande que se está librando en el partido, por ahora con sordina. Diputados y altos cargos de la formación en Galicia y en el País Vasco han señalado a este diario que consideran que la destitución de Alonso como candidato de la coalición de PP y Ciudadanos paras las elecciones del 5 de abril es un mensaje para Alberto Núñez Feijóo. 

Ambos barones han sido los únicos que, con el apoyo puntual de Juan Manuel Moreno desde Andalucía, han alzado la voz para pedirle a Pablo Casado que no derechizara al partido. Y Alonso, de entre los tres, era el más débil. Ni gobernaba ni tenía el peso suficiente dentro del PP vasco (tradicionalmente dividido entre los moderados, a los que él representaba, y el ala dura). Su desplante el pasado viernes, cuando se negó a acudir a una reunión en Madrid para sellar la coalición con Ciudadanos en Euskadi, fue visto en Génova como un "desaire", pero también como una amenaza a medio plazo, sobre todo cuando horas después de ese choque Feijóo salió a defenderle. 

El 5 de abril también hay elecciones en Galicia y, si el presidente de la Xunta revalida la mayoría absoluta, demostrará que "otro PP es posible, que otro PP de centro diferente al aznarista" que propone la actual cúpula es el que triunfa en las urnas. La frase es de uno de los altos cargos consultados en Euskadi.

Casado ha querido quitarle a Feijóo el apoyo de Alonso para avisarle de que no se va a quedar de brazos cruzados mientras los dos le plantan cara en público, asegura un diputado de la órbita del presidente gallego. Hay miedo al 6 de abril, a un Feijóo todavía más fuerte que pueda amenazar la figura de Casado. Sin embargo, hasta entonces, añade ese parlamentario, el jefe de la Xunta no puede añadir más leña al debate porque "está en campaña" y "el espectáculo del País Vasco" y "la batalla interna" pueden perjudicarle en las urnas. Eso explica que este lunes, horas después de que Alonso fuera fulminado, Feijóo alabara la figura de Carlos Iturgaiz, su sustituto como cabeza de cartel, y solo dijera que espera que Casado "haya acertado". No es el momento de hablar más claro. Todavía quedan semanas de sordina. 

El adiós al partido

Después del cese como candidato a lendakari, Alonso, uno de los hombres de confianza de Mariano Rajoy y defensor de Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias, anunció este lunes por la tarde que deja el cargo de presidente del PP vasco. Abandona el partido con el que ha sido alcalde de Vitoria (1999-2007), portavoz del partido en el Congreso (2011-2014) y ministro de Sanidad (2014-2016). "Significa poner fin a una larga etapa de compromiso y dedicación a la actividad pública y política. He dedicado toda la vida a esto", afirmó, emocionado, en la junta directiva que había convocado este lunes por la tarde. Lanzó varias pullas a Casado. La más importante: cree que esta crisis ha puesto de manifiesto la "colisión" entre "dos maneras de entender cómo tiene que funcionar el partido", de "dos maneras de entender España". Y lo dijo después de hablar de que considera que la política hay que hacerla pegada al territorio y que no es posible ejercer el liderazgo "sin contar con capacidad de decidir algunas cosas". Casado le impuso los detalles de la coalición y también intentó que aceptara las listas autonómicas elaboradas en la sede de Madrid. 

La secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, presidirá el partido hasta que un nuevo congreso de la formación elija al sustituto.

Génova quiere uno de Cs en cada provincia gallega

"Casado tendría que haberse creído ya que ganó las primarias, porque parece que todas las decisiones que toma son para demostrar su poder", se lamenta un asesor de Alonso, que cree que el actual líder del PP se intentará "vender" a partir de ahora como "el reunificador" después de sumar a Ciudadanos en la coalición de Euskadi. Un pacto que Feijóo no ha querido suscribir con los naranjas para no diluir sus siglas. Solo está dispuesto a sumar en sus listas como "independientes" a dos miembros del partido de Inés Arrimadas, que en estos momentos no tiene ningún diputado en el Parlamento gallego frente a los 41 de los populares.

Según fuentes conocedoras de las negociaciones, Génova quiere que el presidente gallego incluya "un independiente de Ciudadanos en puestos de salida por cada provincia", algo a lo que Feijóo se está resistiendo. Otra discusión que se aclarará en los próximos días, ya que tienen que presentar las listas antes del 1 de marzo.