La ANC ve el diálogo como un riesgo para el soberanismo

La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) teme que la mesa de diálogo que se pondrá en marcha la semana que viene entre el Gobierno español y el Govern acabe transmitiendo "la idea de que la independencia es imposible". Elisenda Paluzie expresó ayer sus reticencias con esa negociación, y subrayó que la dirección de su entidad ya se ha pronunciado sobre el peligro de "hacer creer que el diálogo nos llevará a la independencia".

En una entrevista en Ràdio 4, la presidenta de la ANC advirtió a ERC, principal impulsora de la negociación con el Gobierno, de que plantear la mesa de diálogo como manera para llegar al ejercicio del derecho de autodeterminación es "poco pragmático". "Si apuestas solo a eso puedes acabar debilitándote", añadió, porque es "poco realista" pensar que de ese foro saldrá un acuerdo para convocar un referéndum y "quizás lo que acabas trasladando es la idea de que la independencia es imposible". Aunque la vía negociada es "la mejor", admitió Paluzie", en el caso catalán no es "la más realista", porque el Gobierno no acepta esa votación.

La presidenta de la ANC también descartó que la entidad esté representada en la primera reunión entre ejecutivos, prevista para el próximo miércoles. "No somos electos, no somos Govern", dijo para justificar su ausencia aunque el presidente de la Generalitat, Quim Torra, estuviera interesado en que participara en ese foro. "Una cosa es que estemos en una fase previa de asesoramiento, de presión, fiscalización, que se nos informe y demos nuestra opinión, y otra es que estemos en una mesa de gobierno a gobierno", afirmó.

Castells y la autodeterminación

Además, Paluzie se felicitó de la presencia en la mesa del ministro de Universidades, Manuel Castells. Confió en que defienda "la autodeterminación", aunque esté en representación del Gobierno, y aseguró que su participación evidencia que la ANC tenía razón cuando argumentaba que "no tenía sentido que los ‘comuns’ estuvieran asesorando al Govern".

"Cuando lo dijimos se nos echaron encima. Nos llamaron excluyentes. No tiene sentido que los mismos se sienten en los dos lados de la negociación", señaló la presidenta de la ANC.