EL LABERINTO CATALÁN

JxCat y ERC avanzan en un acuerdo sobre la mesa de diálogo

La 'consellera' de Presidència, Meritxell Budó.

La 'consellera' de Presidència, Meritxell Budó. / periodico

Xabier Barrena / Fidel Masreal / Juan Ruiz Sierra

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Los partidos y entidades independentistas están convirtiendo en un culebrón político su negociación interna sobre cómo ha de ser la mesa de negociación con el Gobierno del PSOE. El secretismo decretado por los soberanistas ha convertido las cuestiones previas a la negociación en una obsesiva cuestión única y central de la política catalana. Con versiones distintas y un lento avance. Mientras en Esquerra Republicana aseguran que la figura del mediador no será motivo de ruptura interna porque el 'president' Torra no va a boicotear el inicio del diálogo y que están acordados los contenidos a trasladar al Ejecutivo del PSOE. Pero en JxCat insisten en que todo sigue igual en cuanto al relator. Ambos partidos admiten que tampoco está decidido quién formará la parte catalana en una mesa que el Govern no tiene prisa en convocar mientras en La Moncloa insisten en que están dispuestos a celebrar la próxima semana.

Lo cierto es que, según constatan en el Gobierno, la controversia del relator se ha convertido en una evidente arma arrojadiza en el clima pre electoral que se vive en Catalunya. La prueba, el choque dialéctico entre Laura Borràs (JxCat) y Gabriel Rufián (ERC) este martes en el Congres. Mientras la diputada insistí en que es una "obligación" que exista la figura del relator -y JxCat insistió durante todo el día en que es necesaria para "no perder el tiempo ni tomar el pelo a la gente"-, el republicano replicaba que exigir esta figura es añadir "presión" a una mesa todavía ni convocada.

En este contexto, la rueda de prensa posterior a la reunión del Govern se convirtió en una partida de frontón en la que casi todas las preguntas se centraron en este asunto y las respuestas de la portavoz y 'consellera' de Presidència, Meritxell Budó, se limitaron a afirmar que no ha sido torra el que se ha comprometido a reunir la mesa este mes.

"No nos apremia el calendario sino que las cosas salgan bien y garantizar el éxito de la mesa de negociación, que se resuelva el conflicto, no es una cuestión de días, prisas, de calendario, sino de voluntad política", zanjó Budó, que fue fiel al secretismo acordado y se negó a dar detalles sobre sobre la negociación interna entre independentistas .

De nuevo el mediador

La portavoz recordó el acuerdo del Parlament, votado por JxCat, ERC -que no ve imprescindible el mediador- y la CUP que consideraba necesaria esta figura. "El 'president' Torra se ha hecho suyo el mandato del Parlament, de que la figua es necesaria para garantizar el éxito de las conversaciones", apuntó. Y sobre si se trata de una condición sine qua non, no se movió de la idea de "garantizar el éxito de la mesa de negociación, y con el máximo consenso político en la parte catalana".

La portavoz ha apuntado que en la reunión del Govern de la próxima semana se analizará un borrador con las cuestiones que la Generalitat quiere plantear en el orden del día de la reunión de la comisión bilateral para enviarlo al Gobierno para trabajar en esta cita, paralela a la mesa política, que ha de abordar cuestiones competenciales.

El otro mediador

Preguntada sobre el demoledor informe del mediador especial de las Naciones Unidas sobre la pobreza extrema, Philip Alstom, sobre la situación de la pobreza en el conjunto del Estado, Budó afirmó brevemente que no fue abordada la cuestión en el Consell Executiu. "No hemos tenido ninguna consideración", zanjó la portavoz. Mientras, el culebrón interno independentista prevé seguir vivo al menos durante unos días. Lo único que pone de acuerdo a casi todos es que la primera reunión de la mesa no es inminente.