CITA EL LUNES, EN LA MONCLOA

Sánchez pedirá a Casado que deje la bronca y haga oposición de Estado

Pedro Sánchez y Pablo Casado se reunirán el lunes en Moncloa

Pedro Sánchez y Pablo Casado en un anterior encuentro. / periodico

I. Mármol / J. Ruiz Sierra / P. Santos

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Reconocen en la Moncloa que no saben con qué Pablo Casado se van a encontrar el lunes en la Moncloa, si con el líder apocalíptico que vieron en el debate de investidura, o con el dirigente centrista que acudió a las elecciones generales de noviembre haciendo bandera de la moderación. Se encuentren a quien se encuentren, explican, Pedro Sánchez se ha fijado como objetivo tenderle la mano e instarle a hacer una oposición de Estado en la reunión que ambos mantendrán en la Moncloa. En lo práctico, porque el Gobierno no dispone de mayoría absoluta y necesita el plácet del PP para aprobar reformas imprescindibles en la legislatura que arranca. Y de fondo, porque en el Ejecutivo ha arraigado la sensación de que tienen que esforzarse al máximo para demostrar a una opinión pública hastiada que hay acción legislativa conjunta y no solo bronca política.

La reunión, explican fuentes gubernamentales, se preparará al milímetro. Sánchez quiere pedir a Casado que abandone el "bloqueo" y se avenga a negociar temas fundamentales como la reforma del sistema de pensiones, un nuevo modelo de financiación autonómica y la renovación de órganos constitucionales, como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Consejo de RTVE y el Defensor del Pueblo. Para todo ello, el presidente necesita la colaboración del PP, puesto que son reformas que requieren mayorías cualificadas en el Congreso de los Diputados. Ante la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo con Vox, el diálogo con la oposición queda reducido al PP. 

"Queremos mostrar la mano tendida, ofrecer a Casado que se puede hacer una oposición de Estado para construir juntos y superar el debate partidario", explican fuentes gubernamentales. El resultado del encuentro, reconocen, es incierto. Voces del Ejecutivo opinan que en el medio plazo, si Casado quiere construir un perfil presidencial, tendrá que asumir una actitud más dialogante y confían en que ese cambio pueda producirse, aunque reconocen que de la reunión del lunes difícilmente se saldrá con anuncios concretos. El simple hecho de que se produzca el encuentro, sostienen, ya es en sí mismo importante.

En su anterior cita, el diciembre pasado, antes de la investidura, a Sánchez y Casado les bastaron cuarenta minutos para despachar lo que tenían que decirse y salieron a la greña.

Crisis territorial

Casado acudirá a la reunión con un orden del día que incluye pedir al jefe del Ejecutivo que "vuelva a las posiciones de moderación y centralidad" de las que considera que se ha alejado "tras su pacto con Podemos, ERC y Bildu". Según fuentes del PP, el líder de los conservadores quiere abordar el "deterioro del empleo" y "la cuestión de Catalunya", un asunto sobre el que Sánchez le ha pedido que deje de "crispar". El miércoles, en el Congreso, el presidente tendió la mano a Casado para que los populares se sumen a la nueva dinámica de diálogo con los independentistas, una invitación que el PP declina.

Los conservadores consideran que Sánchez ha "radicalizado" al PSOE y está "degradando las instituciones" del Estado. Ponen tres ejemplos: el nombramiento de Dolores Delgado como fiscala general, las críticas de los socialistas a los conservadores por pedir a la Junta Electoral Central actuar contra Quim Torra tras la pérdida de su escaño y la anunciada rebaja del delito de sedición para "sacar de la cárcel por la puerta de atrás a Oriol Junqueras". El líder del PP preparará este viernes con sus asesores el enfoque de una cita tras la cual deberá dar pistas sobre qué tipo de oposición quiere hacer.

A nivel interno del PP, Casado está especialmente pendiente del resultado electoral en Galicia. Si Alberto Núñez Feijóo no logra retener el Gobierno (con o sin apoyo de otros partidos, probablemente Vox), será un problema porque será otro mazazo para las siglas del partido en su último feudo. Pero si el presidente de la Xunta vuelve a superar las encuestas y se afianza, también puede suponer un contrapeso importante al propio Casado. Feijóo no se ha mordido la lengua en los últimos meses cuando ha visto cómo la cúpula de Génova se dejaba arrastrar por Vox y radicalizaba su mensaje. El gallego rechazó suceder a Mariano Rajoy en el 2018, pero nunca dijo que fuera para siempre.

El impacto electoral

A Sánchez, en el fondo, le conviene electoralmente un Casado duro frente a uno moderado, porque sus ataques, explican fuentes de la Moncloa, unen al PSOE e impiden que el PP se convierta en una alternativa. Con Cs siendo un pálido reflejo de lo que llegó a ser, los socialistas pueden también aspirar al electorado de centro. Las apelaciones de Casado a Sánchez para que vuelva a la "moderación", dejando de lado a Podemos y a ERC, tienen un escaso recorrido en el PSOE, como se verá en el comité federal que el partido celebrará este sábado.

La cita del organismo, que reúne a sus principales dirigentes, incluidos los líderes territoriales, servirá para avalar la senda del presidente del Gobierno. Las críticas internas, tan comunes entre los socialistas hasta hace poco tiempo, apenas existen. Incluso el presidente autonómico que más ha atacado a Sánchez en los últimos tiempos, Emiliano García-Page, acudirá al encuentro con la intención de "conciliar", según fuentes del PSOE castellano-manchego.