JUICIO DE TRAPERO

El comisario López lamenta que el Govern de Puigdemont se situara fuera de la ley

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Ángeles Vázquez

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El comisario Ferran López no se ha salido, en líneas generales, de lo que dijo en el Tribunal Supremo. Aunque, como testigo ante el tribunal de la Audiencia Nacional que juzga al mayor de los Mossos Josep Lluís Trapero y a la excúpula política del cuerpo, se permitió calificar de "triste" el escenario en el que tuvieron que desenvolver los Mossos los días previos al 1-O y durante ese mes, porque el Gobierno del que dependían se había situado "al margen de la ley". Ello no impidió, aseguró, que el cuerpo policial actuara siempre dentro del mandato judicial.

Amigo de símiles para describir gráficamente situaciones, como demostró al responder con ironía al fiscal Pedro Rubira que "de ser deporte olímpico" los catalanes serían "potencia mundial en el corte de carreteras", aunque el 1-O no se utilizara ese método para impedir a la policía llegar a los centros electorales, López recreó la atmósfera que se vivía en la prefectura de los Mossos justo antes del referéndum ilegal.

"La situación era extraña por estar bajo las órdenes de un gobierno y un consejero que esos días se situaban fuera de la ley. Es un poco triste estar pendiente de las pantallas de televisión para poder saber qué hacía el Gobierno. Cuando se anunciaba una comparecencia pública nos metíamos en un despacho para seguirla. Hacíamos silencios espesos, mirábamos lo que decían y tomábamos decisiones", recreó.

En un escenario en el que nadie les participaba las decisiones del Ejecutivo de Carles Puigdemont que conocían como cualquier ciudadano, enmarcó la decisión de Trapero de proponer tener un plan listo para arrestarle, si se les ordenaba. Restó importancia a que se previera utilizar un helicóptero o no y explicó que no se puso por escrito por "no existir certidumbre" de que se fuera a declarar unilateralmente la independencia o se acabara recibiendo la orden, así como el "sigilo" recomendado ante una operación semejante. 

Advertencias

También respaldó la versión de quien fue su superior en relación con las reuniones mantenidas con Puigdemont, el entonces vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y el 'conseller' Joaquim Forn. No llegó a decir que pidieran expresamente la desconvocatoria del referéndum ilegal, como sí había hecho Trapero, pero insistió en que les trasladaron su malestar por las declaraciones que hacían sobre los Mossos, porque "no reflejaban la postura real" del cuerpo, y mostraron su preocupación por la celebración de la votación, conforme estaba la calle, con las condiciones "de humedad, temperatura y viento" que según los bomberos son ideales para un incendio.

En ese encuentro fue en el que Trapero advirtió de la posibilidad de que hubiera una desgracia y Puigdemont respondió que entonces declararía la independencia. El comisario destacó que, además, cuatro mandos policiales habían recibido requerimientos del Tribunal Constitucional advirtiéndoles de su obligación de impedir el referéndum ilegal y aunque hubiera quien "los recibía como quien recibe propaganda electoral", no era ese su caso.

Según López, ese mismo día 28 de septiembre le contó el encuentro al coordinador del dispositivo del 1-O, el coronel Diego Pérez de los Cobos, que le antecedió como testigo en la vista y cuestionó la piedra angular de la defensa de Trapero: la petición expresa de desconvocatoria y el plan para detener a Puigdemont. El fiscal le insistió y el comisario añadió que no hacía falta que le contara que el Govern estaba a favor de mantener el referéndum, porque era público y notorio.

20-S confuso

Admitió que el cuerpo no podía "estar satisfecho" de lo que los Mossos hicieron el 1-O, pero fue lo que pudieron y en cuanto al 20 de septiembre explicó que si solo se veían las comunicaciones formales entre ellos y los guardias civiles de los registros de la operación Anubis, se podía creer que hubo "desatención" e incluso una actitud "displicente" por parte de la Policía de la Generalitat. Pero esa sería una "conclusión errónea", porque se atendieron todos los requerimientos que recibió del responsable del Instituto Armado en la primera llamada y en "las 38 siguientes" que le realizó.

Justificó la magnitud de la concentración que se produjo en Economía por el "simbolismo" y la relevancia que tenía al ser también sede de la Vicepresidencia, pese a la gravedad de lo ocurrido en otros lugares que también estaban siendo registrados, como Exteriores, donde la comisión judicial también tuvo problemas para abandonar el edificio y los concentrados "tiraron del brazo de uno de los detenidos" y hubo hasta quien se puso delante de un coche policial. Este jueves seguirá declarando, pero esta vez le preguntarán las defensas.