El congreso de Orwell

Marta Rovira, en un momento de la entrevista en Ginebra.

Marta Rovira, en un momento de la entrevista en Ginebra. / periodico

Xabi Barrena

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La segunda década de este siglo pasará a la historia, seguramente, por ser el de la extensión de las videoconferencias. En Catalunya, y a cuenta del ahora reconocido conflicto se ha convertido en usual hacer entrevistas por Skype o, como ayer, que la secretaria general de un partido dirija un congreso desde la pantalla, casi en homenaje al Gran Hermano que George Orwell imaginó en 1984. 

No fue una aparición, la suya, anecdótica. Más allá de su intervención ante los medios, después, a puerta cerrada, Rovira dio respuesta a aquellos que siquiera ligeramente se movían de la línea oficial. Por ejemplo, fue ella la que dio carpetazo a la posibilidad de celebrar una consulta interna, una vez se alcance el pacto con el PSOE, a imagen y semejanza de la que se llevó a cabo para emprender las negociaciones, tal y como pedían varias las voces críticas que intervinieron al principio del turno de palabra.

La gran cuestión a debatir, finalmente rebajada porque ya se encargó el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, de que explotara mediáticamente el miércoles, fue la no renuncia de ERC a la unilateralidad. Ese miércoles, la dirección del partido, tras escuchar que el socialista decía que los republicanos iban a meter en un cajón el actuar sin acordar con el Estado, saltó como un resorte.

Así pues, tras la aclaración de Marta Vilalta - «Esquerra no renuncia, ni renunciaráa ningún instrumento político y democrático para conseguir la independencia de Catalunya»- el asunto quedó más que resuleto.

Máxime cuando en la propuesta de ponencia de la dirección no había tal renuncia, por lo que el acuerdo con los críticos, que sí querían mayor enfásis, no costó demasiado, como reconocen los propios críticos.

Al final, al texto ya existente que sancionaba «que no se podía descartar nunca volverlo a hacer» con independencia de lo que opinara el Estado, en referencia a los actos unilaterales, pero sin mentar el término, se añadió un párrafo. Este apunta que «el elemento esencial que decantará una vía u otra» la pactada (que es la deseada por ERC) o la unilateral, «es la correlación de fuerzas con el Estado».

La ponencia política se aprobó, finalmente, con 558 votos favorables, 20 contrarios y 19 en blanco. es decir, un plácido y desahogado 93% de apoyo. Por el camino se cayeron cuatro enmiendas, que fueron rechazadas.  Entre ellas, una que pedía que el partido apoyara un referéndum que «hiciera posible disolver la monarquía franquista española» y, también, «aumentar las relaciones con la República Portuguesa, la única república reconocida internacionalmente de la península Ibérica». 

Otra abogaba por dejar por escrito la voluntad de acabar «con el expolio fiscal de Catalunya, País Valenciano e Illes Balears para hacer frente a la crisis económica» que se avecina.

Mandato renovado

En el capítulo estatuario, la ponencia fue aprobadacon el 91,01% de los votos. La mayor novedad es que prevé la posibilidad de alargar el mandato del presidente y la secretaria general de la formación «cuando no hayan podido desarrollar plenamente sus funciones como consecuencia de causas ajenas a la organización y a su voluntad». Este es el caso, exactamente, de Oriol Junqueras y Marta Rovira.

Los estatutos fijan el mandato del presidente y la secretaria general de ERC en cuatro años, aunque pueden ser reelegidos ininterrumpidamente hasta un máximo de 12 años.

Elegidos por vez primera el 2011, Junqueras y Rovira se hallan, ahora, al inicio de su tercer y, en principio, último mandato que nació en septiembre, con la celebración de la parte del congreso dedicada a los cargos de la ejecutiva.