El PNV pedirá al PSOE garantías en economía y competencias

Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, durante su intervención en el debate de investidura el pasado julio.

Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, durante su intervención en el debate de investidura el pasado julio. / periodico

Gemma Robles / Juan Ruiz Sierra

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Mucho se habla en estos días de las conversaciones de investidura entre el PSOE y ERC, después de que Pedro Sánchez firmara un preacuerdo en tiempo récord con Pablo Iglesias tras el 10-N. Pero el aspirante socialista a la investidura necesita más apoyos para garantizar que sigue en Moncloa, como el que pueden brindarle los seis diputados del PNV. Los nacionalistas vascos, que hasta el momento han mantenido uno solo encuentro oficial con la delegación negociadora socialista, no esperan ni dicen necesitar un trato especial. Su intención, aclaran fuentes peneuvistas a EL PERIÓDICO, no es boicotear que Sánchez sea presidente y forzar unas terceras elecciones, sino garantizar que hay voluntad de afrontar los problemas territoriales y de ofrecer garantías en economía y cuestiones competenciales

De hecho estos son los puntos que piensan poner sobre la mesa en los próximos días para garantizar su aval a una investidura a la que no quieren poner precio alto, dada la coyuntura de parálisis general. Eso sí, las fuentes consultadas insisten en que aún no conocen las bases del acuerdo programático que están desarrollando la socialista María Jesús Montero y el dirigente morado Pablo Echenique y que, a su entender, es condición clave para saber si pueden dar su apoyo sin reservas al aspirante presidencial. En este sentido insisten en que esperan reformas económicas prudentes y que Unidas Podemos no impulse legislación sin tener en cuenta los límites de competencias, «algo usual en esta organización política».

Calviño y Bruselas

La dependencia en escaños también del PNV para lograr mayoría en el Congreso es uno de los motivos que el PSOE ha venido esgrimiendo, durante la pasada legislatura, para justificar que no se derogara la reforma laboral de Mariano Rajoy, como ansía buena parte de la izquierda. Los peneuvistas no se cierran a estudiar la modificación o mejora de algunos aspectos de esta legislación, algo que parece que quieren PSOE y Unidas Podemos con cuestiones específicas como el despido por bajas justificadas, pero sí son reticentes a un derribo general. Esa postura de precaución, según dicen, es la que mantienen también para otras posibles iniciativas económicas, pese a que afirman tener confianza en que el control de Bruselas a las cuentas públicas y la elección de Nadia Calviño como vicepresidenta en la materia ejerzan de dique de contención ante posibles «excesos».

Cabe destacar que el equipo de Iñigo Urkullu acaba de asegurarse que sus propios presupuestos saldrán adelante con el apoyo de los morados en Euskadi, por lo que a priori ya han constatado la posibilidad de llegar a lugares de encuentro, también en lo económico y social, con el partido de Iglesias.   

Llamada a Urkullu

 El próximo martes será el día en que Sánchez llame por teléfono al lehendakari para, como presidente autonómico, conocer su parecer y prioridades frente a la recién estrenada legislatura. Después habrá de llegar una segunda cita entre el PSOE y PNV en el Congreso. Los nacionalistas no esperan sorpresas.  «Si Sánchez consigue la abstención de ERC, los votos del PNV volverán a ser imprescindibles [...].Pero probablemente los nacionalistas vascos no dispongan de tiempo para establecer una negociación que haga que su posición sea favorable al candidato socialista. Pese a ese handicap de falta de tiempo para el negociar, el PNV tiene bien claro que la investidura y la gobernabilidad son cosas diferentes», apuntó este sábado en su blog el responsable de política institucional de los peneuvistas, Koldo Mediavilla.

Y es que la organización vasca sabe que es precisamente en la negociación del día a día de la gobernabilidad, y no tanto en la investidura, donde puede obtener verdadero rédito político dadas las circunstancias. Allí son conscientes de la complicada situación que tiene Sánchez sobre la mesa ahora para intentar sacar adelante una negociación con los republicanos catalanes (a los que presionan en privado para llegar a un acuerdo cuanto antes) y, en paralelo, que no se le revuelvan en demasía las aguas de su propio partido. 

Mediavila resalta en su blog que la opción de un Ejecutivo de coalición PSOE-Podemos con apoyo de los mismos grupos que dieron lugar a la moción de censura a Rajoy sigue siendo la más «verosímil», pese a haber «muchos intereses y agentes volcados en desbaratar esa posiblidad», entre los que destaca a socialistas como Emilio García-Page.