EL TABLERO CATALÁN

La negociación con Sánchez aviva el choque JxCat-ERC

Quim Torra, en el Palau de la Generalitat, este miércoles.

Quim Torra, en el Palau de la Generalitat, este miércoles. / periodico

Xabier Barrena / Fidel Masreal

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Junts per Catalunya desplegó ayer una indisimulada estrategia para minar las condiciones que ERC afirma estar arrancando a Pedro Sánchez cara a la investidura del candidato socialista. La posconvergencia se mantiene en un no rotundo al líder socialista y no sólo eso sino que considera que Esquerra ha vendido muy baratas sus condiciones al dirigeonte del PSOE. En concreto, la llamada telefónica que Pedro Sánchez hará al ‘president’ Torra y que se enmarcará en una ronda de contactos con todos los presidentes autonómicos.ERC, por su parte, hace oídos sordos y recuerda que esta presión no conseguirá efecto alguno.

La imagen más significativa de esta confrontación latente es la siguiente:casi al mismo tiempo que el ‘president’ Torra filtraba su malestar con el gesto telefónico de Sánchez (calificándolo de gesto vacío y exigiendo una propuesta del Estado para dar cabida a la autodeterminación), su número dos Pere Aragonès anunciaba un principio de acuerdo con los ‘comuns’ respecto a la política fiscal en el marco del proyecto de presupuestos para el 2020.

La ‘consellera’ Budó atendió a los medios de comunicación en el Parlament no para felicitarse de este avance presupuestario sino para poner voz al malestar del ‘president’.

La negociación

Según fuentes de la negociación PSOE-ERC, la promesa de los socialistas se ha circunscrito a los contactos telefónicos con Torra. Para ello, los republicanos han desarrollado una especie de envolvente. Tras batallar por el reconocimiento de la existencia de un conflicto político se pasó a la necesidad de crear una mesa entre gobiernos. Y de ahí al reconocimiento «institucional mutuo», según reza el último comunicado. Esta sucesión no dejaba otra opción que la de la llamada entre presidentes. Algo que los socialistas, por otra parte, ya descontaban. Una cosa es mantener un contacto y, la otra, que la investidura dependa de Torra y no de ERC. Los republicanos aligeran ayer nueva presión procedente de los sectores más hiperventilados y posconvergentes que les afeaban un presunto intento de dejar de lado al ‘president’.

Pero JxCat sigue decidida a rechazar la investidura y a afear a ERC su posible abstención. Los posconvergentes reclaman una propuesta del Estado Y que se cumplan «los derechos humanos». La batalla entre soberanistas sigue viva.