Casado intenta esquivar sin éxito la presión del bloqueo

undefined51341169 pla mitj  lateral del president del pp  pablo casado  en una191212164529

undefined51341169 pla mitj lateral del president del pp pablo casado en una191212164529

Pilar Santos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pablo Casado ha improvisado en los últimos dos días fórmulas para aparecer como un dirigente proactivo, "generoso", que piensa en el bien de España y no en el de su partido. No quiere que le acusen de que arrojó a Pedro Sánchez en los brazos de ERC. Pero sus iniciativas se han ido cayendo por su propio peso porque los números no dan.

El miércoles pidió a Ciudadanos que se abstuviera y él ofreció la abstención también de los dos diputados de Navarra Suma, la coalición electoral de PP, Ciudadanos y Unión del Pueblo Navarro (UPN). De esa manera, apuntó, Pedro Sánchez podría salir elegido gracias a Podemos, el PNV y partidos regionalistas y no tendría que depender de los independentistas republicanos. La alineación que propuso arrojaba un empate de 169 'síes y 169 'noes': inviable. 

El jueves viajó a Bruselas para participar en una reunión del PP europeo y corrigió esa ecuación: aseguró que había hablado con Javier Esparza, presidente de UPN, y habían quedado en que uno de los dos diputados de la coalición votaría 'sí' al candidato socialista. De nuevo, esa idea no fructificó. En cuanto le escuchó Sergio Sayas, uno de esos dos parlamentarios, la operación se tornó casi imposible. "El voto de UPN en la investidura lo decide UPN. Nadie más", escribió en Twitter minutos después de que Casado hubiera hablado en la capital belga. El partido vive un momento delicado, porque Sayas quiere plantar cara a Esparza, que aspira a revalidar su cargo. La fecha de esa competición se conocerá seguramente este sábado, en la reunión del consejo político.

La idea de Casado, que Sayas no bendice, arrojaría un resultado ajustado, pero permitiría a Sánchez ser presidente: 170 'síes' (120 del PSOE, 35 de Unidas Podemos, 6 de PNV, 3 de Más País, 2 de Coalición Canaria, 1 de Teruel Existe, 1 de Partido Regionalista de Cantabria, 1 de BNG y 1 de Navarra Suma), 169 'noes' (89 del PP, 52 de Vox, 13 de ERC, 8 de JxCat, 5 de Bildu, 2 de la CUP) y 11 abstenciones (10 de Ciudadanos y 1 de Navarra Suma). El plan diseñado por el líder de los populares supondría el Gobierno en solitario de Sánchez. Casado rechaza la coalición con Podemos y le plantea que repita el sistema que el PP ha utilizado en las comunidades en las que Vox le ha facilitado la investidura, pero no ha entrado en el Ejecutivo.

La preocupación del presidente de los conservadores es evidente. No quiere arrastrar durante la legislatura, dure lo que dure, el sambenito de que Sánchez estuvo obligado a ceder ante el soberanismo catalán porque el PP (con 89 diputados) no le tendió la mano. El dirigente conservador se quiere proteger ante los suyos que han reclamado fórmulas "constitucionalistas" para sortear a ERC (Alberto Núñez Feijóo, Cayetana Álvarez de Toledo, José María Aznar...) y también ante Vox. Santiago Abascal ha afirmado en varias ocasiones que no le censuraría si ayudara a Sánchez con el objetivo de evitar que los republicanos tengan influencia en el Gobierno. 

Si el PP no quiere ceder ninguno de sus 89 escaños para dar un 'sí' técnico a Sánchez ni tampoco está dispuesto a conceder una abstención mayoritaria que permitiera al presidente en funciones gobernar en minoría, deberá asumir su decisión. Por ahora, las propuestas que ha puesto sobre la mesa solo comprometen a Ciudadanos y a Navarra Suma, pero no al PP propiamente. 

Inés Arrimadas, portavoz en funciones de Ciudadanos en el Congreso y candidata a las primarias de manera oficiosa, volvió a insistir en su idea de que lo mejor sería un pacto "moderado y constitucionalista" entre el PSOE, PP y su partido a cambio de unos acuerdos para dar estabilidad a la legislatura.