CORRILLOS EN EL CONGRESO

La pesadilla de Casado: que Sánchez logre el 'sí' de Cs

Pablo Casado

Pablo Casado / periodico

Pilar Santos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En la dirección del PP creen que Pedro Sánchez tiene el pacto con Podemos y con ERC muy avanzado. Ni los morados ni los republicanos «se han visto en otra igual», apuntan fuentes de la dirección. Pero a Pablo Casado se le está haciendo larga la negociación del PSOE con sus potenciales socios porque se ve en la obligación de argumentar su posición: no apoyar la investidura de Sánchez, pero sí, después, cuando eche a andar la legislatura, se abre a ayudarle en la gobernabilidad en asuntos de Estado (desafío territorial en Catalunya, pensiones y violencia de género, entre otros). Y tiene que defender esa estrategia mientras algunos dirigentes de su propio partido, como el gallego Alberto Núñez Feijóo o la madrileña Esperanza Aguirre, proponen que el PP se abstenga para evitar que ERC influya en el Gobierno central. «¡Ahora los nacionalistas nos van a aplicar un 155 a nosotros!», se lamentaba este viernes Feijóo. Casado, sin embargo, señalan sus asesores, «no se fía» de Sánchez. Cree que no puede revalidar su presidencia porque le traicionaría «a la mínima». 

En los corrillos de la recepción que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ofreció con motivo del 41º aniversario de la Constitución, fuentes de la dirección del PP señalaron que, cuanto «más avanza» Sánchez en sus negociaciones con morados y republicanos, «más difícil tiene la vuelta» para pedirle al PP que se abstenga. «No lo veo en enero rondando en nuestro balcón», apuntaron desde la cúpula del partido. Según esas fuentes, la situación más comprometida para los de Génova sería que Sánchez buscara el abrazo de Inés Arrimadas, portavoz en funciones de Ciudadanos. Porque el PSOE, en caso de que las negociaciones con ERC no lleguen a buen puerto, cuenta con un comodín que supone la peor pesadilla de Casado. El líder socialista podría sumar a sus 120 diputados los 10 de Arrimadas y con esos 130 'síes' ir a buscar a Casado. Si el PP (89 escaños) y la coalición Navarra Suma (2) se abstuvieran, Sánchez podría sacar adelante la investidura aunque el resto del hemiciclo al completo (129) votara 'no'.

Ese abrazo entre Arrimadas y Sánchez trasladaría toda la presión a Casado, porque si el PP no se abstuviera y el bloqueo continuara se podría llegar a unas insólitas terceras elecciones, de manera que los populares serían corresponsables de la imbricada situación.

Y, en ese hipotético caso, algunos dirigentes admiten que el riesgo a que Vox siguiera creciendo sería más peligroso que facilitar al PSOE que gobernara. Sin embargo, Casado duda de ese análisis, ya que cree que el partido de Santiago Abascal ya ha captado todo el voto que podía en el caladero del PP y se ha lanzado a buscar el del PSOE en las ciudades dormitorio y en el mundo rural. 

Cambio en la ley electoral

En todo caso, si la situación se bloqueara de nuevo por una u otra razón, los populares han recuperado una propuesta que Casado ya hizo el día que ganó el congreso interno a Soraya Sáenz de Santamaría, en julio del 2018: la reforma de la ley electoral. Los conservadores defienden que, en ese caso, habría que modificar de forma urgente la norma para primar al partido ganador y tratar de dificultar que un partido minoritario se convierta en decisivo para la formación de Gobierno. La actual Constitución permite que el número de escaños llegue a 400 (en la actualidad hay 350), de manera que no sería necesario cambiar la Carta Magna.