El gurú de Sánchez: "España es muy de minuto 93. Soy optimista"

Iván Redondo, jefe de gabinete del presidente, transmite su esperanza sobre el destino político del país

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Juan Ruiz Sierra

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El principal asesor de Pedro Sánchez, Iván Redondo, ha transmitido este miércoles su confianza en que todo saldrá bien. "España es muy de minuto 93, así que yo soy optimista", ha dicho el jefe de gabinete del presidente en funciones durante un encuentro celebrado en CaixaForum Madrid organizado por Corporate Excellence.

Redondo no hablaba de la investidura en sentido estricto, sino en términos generales, pero ahora que las negociaciones se acercan a su ecuador, con el PSOE insistiendo en que confía en que Sánchez sea reelegido a mediados de diciembre y ERC poniendo un caro precio a su abstención, el símil futbolístico ilustra bien las expectativas del Gobierno. En la Moncloa creen que el acuerdo llegará en el último momento, tras unas negociaciones con los republicanos llevadas con la máxima discreción, casi de espaldas al propio PSOE. Unas negociaciones en las que Redondo es uno de los pocos que sabe qué pasos se están dando.

Nacido en San Sebastián en 1981, el jefe de gabinete de Sánchez es una criatura extraña dentro de la tradición socialista. Antiguo asesor de dirigentes del PP (como José Antonio Monago y Xavier García Albiol), Redondo, que comenzó a colaborar con el líder del PSOE durante las últimas primarias, es más un estratega que un conocedor de la Administración. Siempre ha sido visto con recelos en el PSOE, en parte por su pasado y en parte por su cercanía al líder, pero en los últimos tiempos las críticas han ido elevándose.

La inmensa mayoría de los socialistas le consideran el principal responsable, junto al propio Sánchez, de la repetición electoral, que ha dejado al PSOE con 120 escaños, frente a los 123 de abril, e intentando asegurar una investidura por medios que en verano había calificado de "inviables": una coalición con Unidas Podemos que depende de la abstención del independentismo catalán. Los defensores de Redondo dicen ahora que no, que él siempre estuvo a favor de gobernar junto a los morados, y que fueron otros los que no compartían este enfoque. Pero dentro del partido su versión tiene escaso recorrido. "La vuelta a las urnas fue una cosa de Pedro e Iván. Nadie más lo veía", señala un miembro de la dirección, que reclama, como muchos dirigentes, que Sánchez le quite algo de poder a un asesor al que considera, sobre todo, "un alquimista". Pero Redondo, salvo sorpresa, seguirá donde está, al lado del presidente en funciones, pero en un segundo plano. Apenas se prodiga en actos como el de este miércoles.

Los compromisos

"Es la persona que analiza con más rapidez los cambios que se producen en España", ha dicho de él Jaume Giró, director general de Fundación la Caixa, que también ha participado en la conferencia.  Redondo suele ser considerado como uno de los artífices de la victoria de Sánchez sobre Susana Díaz Patxi López en el 2016, y sobre todo de la moción de censura que devolvió al PSOE a la Moncloa y a la primera posición en las urnas. Pero en los últimos meses su instinto ha fallado, al basar la reciente campaña en la "mayoría cautelosa" (la expresión es suya), un supuestamente elevado porcentaje de votantes que acudiría en masa a votar a Sánchez como valor seguro frente a las amenazas que penden sobre España, de la crisis territorial al enfriamiento económico. La realidad fue otra: los socialistas perdieron casi 800.000 votos el pasado 10 de noviembre.

"La confianza tiene que ver con la reputación, es el principal intangible", ha dicho Redondo, asegurando que el actual descrédito en la clase política tiene "mucho que ver con la corrupción, los recortes, los fallos en la interpretación de las etapas políticas y el incumplimiento de las promesas electorales".  Así se ha pronunciado el jefe de gabinete del presidente, ahora en funciones, en la conferencia anual 'Corporate Excellence 2019' en la que participó en una charla coloquio con Juame Giró, presidente de esta organización y también de director general de la Fundación Lacaixa. Giró quiso poner en valor, a la hora de llegar a acuerdos, el dato frente a la opinión o las emociones. "Así se llega al final a los negacionistas del cambio climático o del efecto beneficioso de las vacunas, o a los defensores de teorías de la conspiración de las cuales no hay la más mínima envidencia", enfatizó.