ELECCIONES

¿Cómo se reparten los escaños en las elecciones generales? Todas las claves del sistema electoral de España

Mientras que en Madrid para lograr un diputado se necesitan 122.222 votos, en Teruel solo se requieren 26.027

GRAFICO congreso saliente

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El Periódico

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El sistema electoral de España, el que rige en las elecciones generales para asignar votos y escaños, se basa en el modelo de circunscripciones provinciales. A diferencia del modelo de circunscripción única, el de "un ciudadano, un voto", en el que cada voto vale igual sin importar la población, el modelo de circunscripciones provinciales busca un reparto proporcional para que no haya infrarrepresentación de las provincias menos pobladas. Esto se logra mediante la Ley d'Hondt. [Sigue los resultados de las elecciones generales en España en directo.]

Vamos a revisar las claves del funcionamiento de este reparto e intentar explicar por qué un voto no vale igual si es de una provincia pequeña como Soria o grande como Madrid o Barcelona.

Congreso: 350 escaños para 52 circunscripciones

La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), aprobada en 1985, en el primer mandato de Felipe González, establece que el Congreso tendrá 350 diputados. Los escaños se reparten en base a una división de España en 52 circunscripciones: las 50 provincias españolas más las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla.

¿Cómo se reparten esos 350 escaños?

De los 350 escaños, 102 tienen un reparto fijo: A cada una de las 50 provincias le corresponden 2 diputados y a Ceuta y Melilla, uno a cada una. La ley prevé esta adjudicación fija para sobrerrepresentar a los distritos menos poblados y evitar que los partidos se preocupen solo por las provincias más pobladas. Una representación mínima asegura que haya un interés político por las provincias menos pobladas.

Los otros 248 escaños se reparten de manera proporcional en función de la población de cada provincia. En cada convocatoria electoral, publicada en el BOE, se revisa el número de escaños que corresponde a cada provincia ya que en un margen de cuatro años --que es la duración habitual de las legislaturas-- el número de habitantes de cada provincia varía. En el caso del 10-N, los datos no han variado respecto al 28-A. A Soria, Ceuta y Melilla, las circunscripciones menos pobladas, les corresponden solo los escaños fijos (2, 1 y 1 respectivamente). A las circunscripciones más pobladas, Madrid, Barcelona y Valencia, les corresponden 37, 32 y 15 escaños respectivamente. La asignación de escaños en función de los votos obtenidos por cada partido se hace mediante la ley d'Hondt.

¿Cómo funciona la ley d'Hondt?

El sistema d'Hondt es un sistema de reparto propotcional de escaños en función de los votos obtenidos creado en 1878 por el jurista belga Victor D'Hondt. Este sistema es uno de los más utilizados del mundo. Lo emplean, además de España, países como Francia, Bélgica, Portugal, Islandia, Argentina o Brasil.

Además, la ley electoral española establece que en cada circunscripción se excluyen las candidaturas que no hayan obtenido al menos el 3% de los votos válidos. De esta forma quedan fuera los partidos muy minoritarios.

A partir de ahí, se dividen los votos de cada partido por el número de escaños en disputa en cada circunscripción. Estas divisiones por 1, 2, 3... hasta completar el número de escaños dan lugar a la formación de tablas o cuadros. Los escaños se distribuyen a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores en el cuadro, siguiendo un orden decreciente. Si hay dos cocientes de diferentes partidos que coinciden, el escaño se atribuirá al partido que tenga un mayor número total de votos. Si también hubiera empate de votos, se resolvería por sorteo.

Así, en la práctica se elaboran 2 tablas. Una, de los partidos y los votos obtenidos por cada uno y otra, de las divisiones de los votos totales de cada partido por los escaños en juego.

Lo vemos con un ejemplo: Unas elecciones con 4 partidos que se deben repartir 5 escaños. En la parte izquierda del cuadro, vemos los partidos con los votos que han obtenido. Iremos dividiendo el número total de votos de cada partido por 1, 2,3 y hasta 5, que son los escaños en juego. 

De los resultados obtenidos en este primer cuadro, los cinco diputados en juego se asignarán a los cocientes más altos. Así, al partido A se le asignan 2 escaños. El partido B obtiene también 2 escaños y el partido C obtiene uno, mientras que D se queda sin representación.

Efectos del sistema electoral en el reparto

Una de las consecuencias de este sistema es que en las provincias menos pobladas los partidos necesitan menos votos para lograr un escaño. Así, en las elecciones del 28-A, mientras que en Madrid para lograr un diputado se necesitaron 122.222 votos, en Teruel solo se necesitaron 26.027. Los 3,81 millones de votantes de Madrid eligieron a 37 diputados mientras que los 79.427 votantes de Teruel eligieron a tres diputados. Ello implica que en una provincia menos poblada como Teruel el valor del voto es mucho mayor que en una muy poblada como Madrid. El sistema electoral español facilita pues que las provincias menos pobladas tengan más escaños de lo que les correspondería por número de habitantes.

Esto provoca a su vez que si un partido tiene repartidos sus votos en varias circunscripciones, como es el caso de los partidos de ámbito nacional tipo PSOE o PP, pueda obtener menos escaños que un partido con mucho apoyo en una sola provincia, como suele ocurrir con un partido autonómico como el PNV.

Este reparto proporcional beneficia tanto a los grandes partidos políticos como a los partidos nacionalistas, aunque permite un acceso más sencillo a las formaciones más pequeñas, al contrario que con otros sistemas de proporcionalidad como el directo (que utilizan por ejemplo EEUU y Reino Unido), en el que la fuerza más votada en cada circunscripción se lleva todos los escaños.

¿Cómo se reparten los escaños en el Senado?

El sistema es algo distinto para el Senado. Los 265 senadores se eligen de dos maneras: 208 en listas abiertas y el resto son designados por las comunidades autónomas.

En unas generales como las de hoy, cada circunscripción provincial elige a cuatro senadores a excepción de los archipiélagos y las ciudades autónomas, que eligen entre todas 18 (Gran Canaria, Mallorca y Tenerife eligen 3 cada una, Ceuta y Melilla eligen 2 cada una mientras que a Ibiza-Formentera, Menorca, Fuerteventura, La Gomera, El Hierro, Lanzarote y La Palma les corresponde un senador). Los candidatos más votados en cada provincia son los que finalmente consiguen un 'sillón' en la Cámara alta.

Utilizando el mismo ejemplo que en el caso del Congreso, los votos no tienen el mismo peso según la provincia. Así, en las elecciones del 28-A, Cristina Narbona (PSOE), la senadora con más apoyo en Madrid, consiguió 1.090.551 votos; mientras que María José Villalba Chavarría (PSOE), senadora con más apoyo en Teruel, obtuvo 25.525 votos. Otros candidatos han obtenido su acta de senador con menos votos, como Sofía Acedo Reyes (PP), senadora por Melilla tras haber conseguido 7.487 votos, o Esther Carmona, senadora por El Hierro (Canarias) gracias a 2.382 votos.

Así como las listas del Congreso son cerradas, y los candidatos obtienen escaño en función de los resultados obtenidos y de su lugar en la candidatura, las listas del Senado son abiertas. Esto significa que los votantes pueden elegir libremente a un máximo de tres candidatos que deseen. Aunque en las papeletas de votación los candidatos aparecen agrupados por partidos políticos, las candidaturas son individuales, de modo que el votante puede votar a candidatos de partidos diferentes.

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