MUJERES EN CAMPAÑA

Laura Borràs, prestidigitadora de las palabras

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Fidel Masreal

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Laura Borràs (Barcelona, 1970) es, ante todo, una mujer apasionada, incansable y con una necesidad íntima de ser el centro de atención no exenta de candidez. Unos valores, unas aptitudes que ha heredado de unos padres con una intensa capacidad de trabajo en el ámbito de la medicina y la venta de seguros. Aptitudes que desarrolló en la escuela Virolai de Barcelona, que la impregnó de un catalanismo progresista y laico. El mismo con que ha educado a su hija, Marta, exalumna del mismo centro.

La candidata de JxCat ama la vida tanto como cerca ha tenido la muerte. En el 2000 tuvo un parto que puso en riesgo su vida y al que asistieron su marido y su padre, Antoni Borràs. Un padre al que acompañó hasta el final cuando se autodiagnosticó un cáncer y supo qué tiempo de vida le quedaba. No en vano fue el jefe de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona. Le leyó un panegírico estando él en vida. Él le contestó: "Haces magia con las palabras".

Palabras que ha cultivado gracias a su pasión y vocación: la literatura. Es filóloga, doctora en filología románica, ha sido profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y lo es todavía de la Universitat de Barcelona (UB). Sus alumnos la describen como una mujer con una gran empatía y capacidad de transmitir su amor a las letras. Presidió la Institució de les Lletres Catalanes, cuya gestión con ella al frente investiga la fiscalía por presuntos contratos a dedo. Ella lo ha negado con vehemencia, pero comprometiendo al 'conseller' Miquel Buch, que, según Borràs, le reveló que los Mossos d'Esquadra no la estaban investigando.

De la Institució de les Lletres Catalanes pasó a estar al frente de la Conselleria de Cultura, en una carrera meteórica y una ultraactividad que la lleva a dormir a menudo poco más de tres o cuatro horas al día. Ella es su mejor jefa de prensa, gestora de redes sociales y experta en tecnología aplicada al mundo literario. Como 'consellera' y ahora como candidata no deja de tuitear y de estar presente en todas las salsas.

Su reposo secreto es el hotel de Mallorca al que cada año acude en verano junto a su marido -prestigioso cirujano digestivo de una familia de notables de Igualada- y su hija, que fue la primera 'booktuber' catalana, con presencia mediática con solo 19 años. A los 15 ya había ocupado una contraportada de EL PERIÓDICO hablando de su pasión por los libros. Ahora acude a las manifestaciones de protesta por la sentencia del 'procés' y comenta la situación con su madre, que ha adotapdo una posición muy crítica con la actuación policial.

Lecciones y patinazos

En política, la alta capacidad lingüística de Borràs a menudo la hace impartir pequeñas lecciones de sintaxis, morfología o semántica. Es hábil y ágil, pero ha cometido patinazos no menores. En la campaña electoral de abril evidenció que desconocía su propio programa electoral en materia de gestación subrogada y de salario mínimo. Y se enredó con las condiciones a Pedro Sánchez.

Hace pocas semanas, también tuvo que enmendar su propuesta de que los presos independentistas no se presentaran a las elecciones. Dijo haber sido malinterpretada. Y en una reciente entrevista de EL PERIÓDICO evitó concretar sus propuestas sobre impuestos o mercado laboral, y llevó el terreno al 'procés', donde se siente cómoda en el discurso puigdemontista puro: rechazo a los pactos con los partidos "del 155", exigencia para ejercer de nuevo la autodeterminación (no concreta cómo) y piruetas verbales a la hora de referirse a la violencia de los manifestantes independentistas o para acusar al PP de "buscarse problemas" en la anterior campaña cuando sufrió un acoso en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

Giros verbales de una prestidigitadora de las palabras siempre dispuesta a gustar y dejarse querer, pese a que en el PDECat no guste a más de uno. Preguntada sobre si para una mujer, que no es del partido, es más difícil estar en política y en primera fila, responde sin dudarlo: "Sí, sí y sí".