HACIA EL 10-N

El PP teme que Vox le supere en algunas provincias pequeñas

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Pilar Santos

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La señal de alarma llegó a la sede de Génova hace aproximadamente diez días. Varios diputados que están haciendo campaña en las provincias pequeñas alertaron a sus direcciones regionales y a la nacional de que estaban detectando malestar con el PP por no mostrar más dureza ante los disturbios en Catalunya y no criticar abiertamente la exhumación de Franco. Con esa información en la mano, la semana pasada, el PP decidió elevar el tono contra Vox (fuentes de la dirección acusaron a los radicales de tener un «pacto» con el PSOE), Pablo Casado insinuó que la Generalitat está detrás del pago del material explosivo de los CDR y llegó a acusar a Pedro Sánchez de intentar sacar rédito de la violencia en Catalunya.

En paralelo, las encuestas internas que encarga el PP empezaron a señalar la semana pasada un estancamiento en los 85 escaños. Parten de los 66 de abril (la peor marca de toda la historia del partido), pero algunos sondeos publicados le habían dado más de 100 hace apenas 20 días. Dirigentes regionales del PP y diputados consultados por este diario consideran que el desmoronamiento de Ciudadanos (el estudio de GESOP para este diario le daba una caída la semana pasada de 57 a 13-17) no solo lo está capitalizando Casado gracias a su nuevo discurso moderado, sino también Vox por la rotundidad del partido de Abascal a la hora de defender la unidad de España y cargar contra los independentistas. Los radicales han rondado los 50 diputados en varias encuestas.

Y esas fuentes temen que el crecimiento de Vox se dé especialmente en las circunscripciones pequeñas, esas en las que Casado pedía a Abascal que no se presentara porque «no iba a lograr ningún escaño» y que ahora, sin embargo, puede ser menos votado que el líder ultra. De las 52 demarcaciones electorales (una por provincia más Ceuta y Melilla), en 28 se juegan cinco o menos escaños.

En concreto, los dirigentes consultados aseguran que esa dura competición entre los dos dirigentes de derechas se puede dar en provincias de Castilla y León (marcada en rojo, Valladolid); Castilla-La Mancha (Ciudad Real) y Andalucía (Jaén y Almería). 

Y todavía, recuerda una de esas fuentes, queda el día de las elecciones, una jornada complicada desde el punto de vista de la seguridad, y que la extrema derecha puede seguir utilizando para seguir colocando su discurso nacionalista español frente al soberanismo catalán. Casado tiene en mente esa posible circunstancia y ya ha avisado a Sánchez en varios mítines de que le hace responsable de que los catalanes puedan ejercer el derecho al voto.

Rodeado de exministros

En este delicado contexto, los populares, Casado intenta marcar distancias remarcando la experiencia del PP frente a la inexperiencia de Vox.

Este miércoles por la mañana la plana mayor de los populares participó en un desayuno informativo en el Casino de Madrid donde Casado pudo exhibir todo ese "patrimonio"  de la formación conservadora, haciéndose una foto con "el equipo" al que llamará si es el futuro presidente del Gobierno. La invitada central del acto fue Ana Pastor, su número dos por la lista de Madrid, exministra dos veces y expresidenta del Congreso. Y en las mesas de alrededor se encontraban Isabel García Tejerina (extitular de Agricultura), Román Escolano (Economía) Fátima Báñez (Trabajo) y María Dolores de Cospedal (Defensa).  

Casado afirmó: "Este es el equipo del PP al que llamaríamos por tercera vez en democracia" para resolver la "crisis" que dejan los socialistas. El líder del PP insiste cada día desde hace semanas la idea de que su partido "ya sacó" a España en las otras crisis que "dejaron" los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero".  Cospedal, en todo caso, ha apuntado en numerosas ocasiones que no quiere volver a la política y quiere seguir ejerciendo de abogada del Estado.

El martes por la noche, en un mitin en Oviedo, se comparó a sí mismo con un torero y a Abascal, con un novillero. "Solo los toreros salen con cornadas en sus cuerpos, los novilleros se van de rositas", exclamó antes de quejarse de que "desde la barrera no vale opinar".

Pastor también incidió en el argumento de la experiencia del PP y de la necesidad de que vuelva a gobernar en "un momento clave para España". La número dos por Madrid insistió en la necesidad de que Pedro Sánchez "esté a la altura" ante el desafío independentista catalán y garantice el ejercicio del voto el domingo en esa comunidad. La expresidenta del Congreso calificó de "intolerable" la violencia en las calles catalanas "porque se está saltando lo más importante que tenemos los ciudadanos: la libertad". En este contexto, consideró "indignante" que el dirigente del PP catalán Josep Bou fuera insultado y golpeado cuando se dirigía a los Premios Princesa de Girona en Barclona por "no coger un autobús". "¿Me van a tener que decir cómo tengo que ir de aquí al Congreso?", se preguntó.