Vox se arrima a los votantes "traicionados" por el PSOE

"Buenas tardes españoles, bienvenidos a la resistencia", ha inaugurado Mónica Lora, la exlíder de Plataforma per Catalunya (PxC), un partido xenófobo disuelto bajo las siglas de Vox. El partido de Santiago Abascal ha querido dar el pistoletazo de salida a la campaña electoral desde Catalunya para engrasar su maquinaria discursiva contra el independentismo y acercarse a un feudo socialista como L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) para arañar votos al PSC. "No hay un solo lugar en toda España o en toda Catalunya donde se compruebe mejor la gigantesca traición del PSC a los que han sido sus votantes, que os ha dejado abandonados a merced del separatismo durante décadas", ha espetado el dirigente ultra. 

Aclamado por unas 2.000 personas en el recinto de La Farga, Abascal ha acusado a los expresidentes de la Generalitat, Pasqual Maragall y José Montilla de "traidores" por haber "mentido" a los más desfavorecidos: "El PSOE dijo que los defendería, que defendería la unidad del país, la igualdad en todo territorio nacional, a las personas que más lo necesitaban, pero les mintieron y les traicionaron", ha insistido hasta en cuatro ocasiones.

El dirigente ultraderechista se ha comprometido a blindar "la Constitución y el orden" y ha asegurado que su primera medida si llega a la Moncloa será "ordenar la detención y la puesta a disposición de la Justicia del capo de los CDR", en alusión al 'president' Quim Torra. El público lo ha celebrado con euforia y ha gritado "Puigdemont, a prisión", algo a lo que Abascal ha añadido desde el escenario: "Y Torra, a la mazmorra".

"Hay una emergencia nacional en Catalunya. Ellos le llaman 'procés' porque en Catalunya lo que hay es un golpe de estado permanente, sistemático, en proceso, impune, desde Pujol a Torra, pasando por Mas y Puigdemont", ha apostillado. A su parecer, "lo peor que le puede pasar a un catalán es dejar de ser español".

Abascal ha puesto en tela de juicio la decisión del Tribunal Supremo, que ha dictado una condena de 9 a 13 años para la cúpula del 1-O por un delito de sedición, y ha sostenido que lo sucedido en Catalunya encaja en un delito de rebelión. "No se equivocó Maza, ni Llarena, ni la acusación popular de Vox y tampoco el abogado del Estado que estaba en el juicio hasta que llegó Pedro Sánchez", ha asegurado.

Tampoco se ha olvidado de la exhumación del dictador Francisco Franco y ha cargado contra el Gobierno en funciones por haberle sacado del Valle de los Caídos: "La urgencia de Pedro Sánchez es poner un muerto encima de la mesa en un debate electoral [...] Nosotros de ninguna manera vamos a estar desenterrando los viejos odios de la guerra civil", ha añadido.

El número uno por Barcelona, Ignacio Garriga, ha criticado al Govern y ha sostenido que hay "barrios tomados por la inmigración ilegal que quema la calle y que roba cuando no viola". "En el Parlament todos los partidos se ponen de acuerdo para subir la paga a los menas mientras nuestras viudas tienen las pensiones más bajas de Catalunya", ha sostenido.

Mientras Garriga pronunciaba su discurso, dos simpatizantes situados al final del público han protagonizado una pelea y uno de ellos ha sido conducido fuera del recinto por el equipo de seguridad privada.