EN LOS JARDINES CHATER

Concentración en Hong Kong en apoyo de los independentistas catalanes

Un millar de personas se han reunido en la primera asamblea solidaria con las protestas en Catalunya

Concentración en Hong Kong en apoyo de los independentistas catalanes.

Concentración en Hong Kong en apoyo de los independentistas catalanes. / periodico

Adrián Foncillas

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Un millar de hongkoneses se han juntado en la primera asamblea solidaria con las protestas de Catalunya en los Jardines Chater. La cifra desaconseja la euforia. Hasta ese coqueto paréntesis que oxigena la febril jungla de cemento del distrito Central ha sido imposible acercarse en concentraciones pasadas en nombre de funcionarios o madres. Los cálculos siempre optimistas de los organizadores hablan de 3.000 concentrados; aquella de funcionarios fue calculada en más de 40.000 participantes. Ha influido la ignorancia, el pasotismo y una campaña en las redes sobre los riesgos de vincularse con el independentismo.

Al organizador Ernie Chow Shue-fung no le sorprendió que la asistencia fuera “mucho menor” que en otras ocasiones. “Los hongkoneses no están muy familiarizados con Catalunya y esa era una de las razones para convocar esta asamblea. Explicar qué está pasando ahí, que también están sufriendo la brutalidad policial. No creo que esté relacionado con el miedo a que nos relacionen con un movimiento independentista”, ha explicado.

Los congregados agitaron esteladas, gritaron a favor de la libertad y vieron imágenes en una pantalla de los excesos policiales en Barcelona. Andy Chan, prominente líder de las protestas, ha condenado el encarcelamiento de los políticos catalanes y aclarado que la democracia también es posible sin el derecho de autodeterminación en un discurso muy calculado. Ha finiquitado el evento un “Visca Catalunya” con acento cantonés y gritos a favor de la independencia que torpedearon el mensaje de Chan y las instrucciones previas.

El conocimiento de los hongkoneses sobre Catalunya no es más sólido que el de los catalanes sobre Hong Kong. Los manifestantes habían mostrado durante meses su simpatía hacia el eco lejano de una comunidad que reclama la libertad frente a un estado opresor en la otra punta del globo. Cualquier pregunta sobre aspectos más concretos abocaba a la decepción. Pero las protestas en Catalunya sellaron una alianza férrea. 

"Be water my friend"

La voluntad de “hacer un Hong Kong” en Barcelona o la evidente copia de sus estrategias (desde el célebre “be water my friend” de Bruce Lee hasta el asedio del aeropuerto) calaron en un movimiento que necesita cualquier apoyo exterior contra el poderío chino. Los legisladores, artistas y activistas más mediáticos han difundido en las redes sociales todos los dogmas independentistas: presos políticos, dictadura española, brutalidad policial… A las protestas del fin de semana, las primeras desde el estallido en Catalunya, muchos hongkoneses acudieron con esteladas. Era el terreno abonado para la primera asamblea hongkonesa-catalana “contra la tiranía”.

Pero el entusiasmo había languidecido en los últimos días. Algunos advirtieron de que cualquier levantamiento parasite unas protestas que disfrutan de simpatías generalizadas. Y está el anatema independentista. Ese sentimiento anida en buena parte de los jóvenes radicales pero el movimiento insiste en que sus pretensiones terminan en el sufragio universal que los catalanes sí disfrutan. Evitar la confusión no es una irrelevante porque Pekín subraya su voluntad de quebrar la sacrosanta integridad territorial.

Sospechas sobre China

La convocatoria, pues, ha sido juzgada por muchos internautas como una trampa. Los llamamientos a boicotearla no han escaseado. La psicosis antichina del movimiento ha visto en el permiso de las autoridades a la convocatoria el corolario de la celada. También que el servicio de metro no haya sido cerrado para, presuntamente, facilitar su asistencia. Algunas fotos con banderas chinas salpicando un océano de esteladas han apuntalado las cautelas. La asamblea fue presentada finalmente contra la brutalidad policial y sin ninguna reclamación política sensible.

Las alusiones interesadas al conflicto catalán abundan en ambos bandos. La prensa oficial china ha exhibido la violencia policial en Barcelona para subrayar la pulcritud de la hongkonesa, ha recordado que también las democracias reprimen al independentismo violento y ha alertado de que aplaudir el vandalismo en la otra punta del mundo puede volverse como un boomerang.