Nacionalismo en el feudo del PP

Fiebre de banderas en la zona cero del caso Gürtel

Juan José Fernández

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Banderas de España en los edificios públicos, y en los balcones particulares, en las aceras, entre edificios sombreando las calles, en camionetas de reparto municipales, en la pista de los coches de choque y hasta en los conciertos de música electrónica. Si algo abunda en las fiestas de Boadilla del Monte (Madrid) son las enseñas rojigualdas.

La ciudad (52.626 habitantes) ha prolongado el calendario de sus tradicionales fiestas  hasta hacerlo concluir el próximo sábado 12 de octubre con un "acto de homenaje a la Bandera" programado para la una de la tarde en el cuartel de la Guardia Civil. Será el colofón a un programa que ha ido in crescendo desde el pasado 16 de septiembre.

La cita central ha sido la procesión de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la localidad, el 6 de octubre. Para el evento, el Ayuntamiento anunció y llevó a cabo un reparto de banderas por las casas cuyas ventanas dan al que ha de ser el recorrido.

El recurso consistorial a los símbolos nacionales no se queda ahí: a la bandera se la homenajea también en las muy concurridas noches de música electrónica, como telón de fondo para el concierto del DJ, bajo una carpa capaz de albergar a 2.500 jóvenes.

En este caso, el DJ era El Pulpo, animador de programas radiofónicos musicales y conductor del espacio radiofónico “Poniendo las calles” de la COPE.

El Pulpo fue también el DJ que animó la espera de los seguidores de Vox, PP y Ciudadanos en el acto conjunto que el pasado 10 de febrero, entre miles de banderas, escenificó en la Plaza de Colón de Madrid la alianza tácita entre las tres formaciones de derecha.

Para el alcalde de la localidad, Javier Úbeda Liébana (PP), es muy importante, -"uno de los momentos más especiales de las fiestas", ha dicho en redes sociales- que los jóvenes paren un momento en su juerga de espera del comienzo de un concierto de música electrónica para ponerse serios y escuchar el himno nacional de España.

Y así lo ha aseverado en un tuit para presentar un vídeo que le muestra a él, al DJ Pulpo y a una multitud de jóvenes coreando sin letra la Marcha Real.

Con tantas banderas repartidas por el municipio, y tal veneración promovida por el Ayuntamiento, no es extraño que los feriantes se huelan el gusto del público para aumentar la facturación de sus atracciones.

Puede que por eso, en la pista de los coches de choque, a la que acuden padres e hijos para pasar un buen rato, tremolen las enseñas de España por doquier.

La alternativa en la pista de acero la presentan como mucho las banderas de Asturias, con su Cruz de la Victoria. Pero estas son clara minoría, y más pequeñas.

Epicentro de Gürtel

Se da este fenómeno sociopolítico en el noroeste de Madrid, la zona más rica de la comunidad autónoma y una de las de mayor poder adquisitivo de los vecinos en todo el país. El 30 de septiembre, la Agencia Tributaria publicó su ranking de renta per cápita por municipios de España, y entre los diez primeros puestos (además de tres de Barcelona) aparecen cuatro localidades de la zona: Pozuelo (la primera del ranking nacional, con 53.185 euros al año por cabeza), Boadilla del Monte (tercera, con 41.881), Majadahonda (sexta, 39.336) y Torrelodones (décima, 38.146).

Las tres primeras forman una enorme conurbación de chalés, piscinas, setos de arizónicas, clubes sociales… y banderas de España. Y en el centro del área, Boadilla del Monte.

Quien no sea de Madrid puede no apreciar todo el aroma del nombre de Boadilla si no se le recuerda el caso Gürtel. Boadilla podría ser conocida por el palacio del infante don Luis, una de las grandes obras neoclásicas del arquitecto Ventura Rodríguez, terminada en 1765. Pero trescientos años después vino la aventura de un alcalde al que apodaban "albondiguilla" a desplazar a esa referencia.

Arturo González Panero, alcalde de la localidad por el PP desde 1999, dimitió en 2009 por el estallido del caso Gürtel. Comenzó entonces su procesamiento –que hoy llena una pieza separada de la gigantesca instrucción judicial de esa trama– por el trato de favor a cambio de comisiones para él y para su partido que dio a la red de sociedades de Francisco Correa. En Boadilla medró la red antes que en Majadahonda, Madrid y  Valencia.

Hoy gobierna la ciudad un PP que se presenta como otra generación del PP. El acalde, Javier Úbeda, compartió militancia en las Nuevas Generaciones del partido con Pablo Casado, el presidente nacional, y con Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Javier Úbeda gobierna Boadilla con una cómoda mayoría absoluta de 15 concejales, contra cinco de Ciudadanos y tres del PSOE. Mayorías parecidas ha conservado el PP en las municipales de 2015 (13 concejales), 2011 (11 concejales) y 2007 (16 concejales), ya en los tiempos procelosos de la trama Gürtel, cuyos escándalos nunca cambiaron en exceso el voto del vecindario.