La negociación de los presupuestos avanza a pesar del 10-N

mut de la reuni  del govern

mut de la reuni del govern / periodico

Xabi Barrena

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La onda expansiva de la convocatoria de elecciones para el próximo 10 de noviembre sacude de manera colateral los cimientos políticos en todo el Estado. Por ejemplo, los de la Generalitat, cuyo Govern se halla enfrascado en la negociación más importante desde la investidura de Quim Torra: la de los presupuestos del 2020. Con todo, los efectos del ‘terremoto’ electoral, según fuentes del Executiu y de los 'comuns' (la fuerza con más visos de poder votar a favor de unas cuentas), serán  más leves de lo que, 'a priori' cabía esperar.

Así, tras unas primeras reuniones de tanteo, y tras el debate de política general en el que la propuesta de resolución de los 'comuns', en la que se especificaban sus prioridades, contó con el voto favorable del bipartito del Govern y, también, del PSC, la semana pasada se celebró un encuentro en la Conselleria d'Economia en la que se percibió cierto avance. "La negociación ha echado a andar" apunta una fuente conocedora de los entresijos negociadores.

En la resolución, los 'comuns' pidieron priorizar, además de la rebaja de las tasas universitarias, inversiones en transporte público y la financiación de las guarderías,  "la atención primaria sanitaria, la escuela inclusiva, garantizar el derecho a la vivienda"y "reforzar la renta garantizada de ciudadanía".  En otro punto, el texto exigía "impulsar una reforma fiscal progresiva en el impuesto de la renta y el de sucesiones". Algo a lo que, en febrero, el Executiu se negó a considerar, aunque el propio Torra ya esbozó en su primera intervención. 

Emergencia climática

Y es en este punto donde el avance de la semana pasada ha sido más significativo, por cuanto el Govern trasladó oficialmente a los 'comuns' su disposición a abordar la reforma fiscal, algo que en la negociación de febrero sobre las cuentas del 2019 no hizo. Sin concretar cuánto ni cómo. Queda tiempo por negociar y cuestiones por pulir. Y también en el capítulo fiscal, se puso sobre la mesa la llamada 'fiscalidad verde', relacionada con la emergencia climática. Así, se están negociando medidas como las tasas por emisiones de CO2 de los vehículos. Un impuesto de carácter disuasorio que deberían sufragar los propietarios de vehículos que usan derivados del petróleo como combustible. 

Y es que los 'comuns' reconocen recibir presiones de las entidades sociales y sindicatos para acabar con la interinidad de los presupuestos prorrogados. "Tres años sin presupuestos es un delirio", apunta los posecosocialistas. Y si pueden presumir, ahora y, sobre todo, en la próxima campaña al Parlament,  de haber ‘arrancado’ un ramillete de partidas para políticas sociales podría darse un acuerdo. “El objetivo es demostrar que cuando depende de nosotros se revierten los recortes”, sentencia una voz de Catalunya En Comú Podem.

“Vamos paso a paso”, reconoce una fuente del Govern que asiste con optimismo al ritual negociador. Eso sí, el 10-N podría retrasar hasta mediados o finales de noviembre el paso del proyecto por el Consell Executiu y podrían llegar al Parlament a mediados de diciembre.