Una diputada del PP andaluz habla en catalán para atacar la normalización

Virginia Pérez, que vivió en Catalunya, denuncia que el proceso "se convirtió en lago muy oscuro"

Julia Camacho / Sevilla

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“Moltes gracias, president”. Con unos segundos en catalán para recordar que ella fue una de las primeras alumnas del proceso de inmersión lingüística en Catalunya, la diputada del PP-A  y líder de los populares en Sevilla Virginia Pérez defendió este jueves en el Parlamento de Andalucía la línea de ayudas puesta en marcha por el Gobierno del PP y Cs para la enseñanza del castellano en aquellas comunidades donde se implantó la escolarización en las otras lenguas oficiales del estado. Una “aventura”, arremetió, que se “tornó en algo muy oscuro porque no hubo flexibilidad” y que terminó con “nefastas consecuencias”, aseguró.

La puesta en marcha de estas subvenciones, que se unen a las otras ayudas económicas que Andalucía siempre ha tenido con sus comunidades en el exterior, es una de los compromisos del Ejecutivo andaluz con Vox, socio de legislatura, ya que la formación ultraderechista las planteó en su batería de condiciones para aprobar los presupuestos regionales. Una medida que no tenía apenas coste económico (unos 100.000 euros), pero que demostró cómo PP y Cs se plegaban a los planteamientos ideológicos de sus socios. El encargado de tramitarlas será el que fuera delegado en Catalunya del Gobierno de Mariano Rajoy, Enric Millo, una de las figuras más cuestionadas por el independentismo por su gestión durante el 1-O y repescado por Juanma Moreno Bonilla como secretario de Acción Exterior, un cargo con rango de viceconsejero.

Según explicó en su intervención en la comisión de Presidencia, Pérez llegó a Catalunya -- “una región de España” como remarcó en varias ocasiones--, con menos de un mes de vida, y pasó aquí su adolescencia, hasta que regresó a Andalucía con 14 años. Eran unos tiempos, dijo, en los que “teníamos que salir a buscar el pan y trabajar exportando talento”. “La inmersión lingüística que comenzó siendo una aventura que acogimos el resto de niños y familias no catalanas como un reto apasionante, conocer de lleno la cultura del lugar donde residíamos, se tornó en algo muy oscuro porque no hubo flexibilidad, y lo que comenzó siendo una aventura que parecía positiva ha terminado con unas nefastas consecuencias”.

Pérez puso el ejemplo de una con un hijo de tres años comentando a la puerta del colegio las dificultades para entenderse con el niño cuando éste le pedía ponerse el ‘chándal groc’. “Treinta años después nos encontramos en la situación que nos encontramos”, apostilló, apuntando a la política de inmersión lingüística como la causante de “una fragmentación social que vivimos en nuestros días” y de las consecuencias “nefastas” para las personas que eran de otros lugares y residían en Catalunya. “Ahora nos encontramos en la situación en la que nos encontramos”, concluyó, defendiendo que las ayudas puestas en marcha por el gobierno autonómico son “tremendamente importantes para no perder nuestras raíces y dignificar nuestra cultura”.

“Ha estado brillante, pero no la he entendido nada”, bromeó el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, al darle la réplica. Según explicó, la Junta ya ha recibido 160 solicitudes para las subvenciones a las comunidades andaluzas en el exterior, que se otorgarán en régimen de concurrencia competitiva para la promoción cultural, de orientación a la población andaluza en esos territorios y para mantener las entidades. El también portavoz del Ejecutivo andaluz aseguró que no se va a hacer “nada distinto” a lo que se estaba haciendo ya con las cuatro líneas de ayudas, subrayando además que no es su intención “entrar en conflicto” con ninguna competencia de las respectivas autoridades en los territorios.