CAMINO DEL 10-N

Sánchez y Casado, primer choque de precampaña

El presidente en funciones culpa del bloqueo al presidente del PP por no tener "sentido de Estado", a Rivera por "irresponsable" y a Iglesias por su "dogmatismo"

Pablo Casado, durante su intervención en la segunda y última sesión de control al Gobierno

Pablo Casado, durante su intervención en la segunda y última sesión de control al Gobierno / periodico

Pilar Santos

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Estos días en los pasillos del Congreso, diputados de varios partidos coincidían en que Albert Rivera, con su giro estratégico del lunes con el ofrecimiento de abstención, había iniciado la precampaña. Hoy, después de que el Rey no designara a ningún candidato, es entonces el tercer día de precampaña. Y así se ha escenificado en la sesión de control al Gobierno, en los cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Casado, y también en el resto de preguntas de la oposición a los miembros del Ejecutivo. [Directo: última hora y todas las noticias de la actualidad política]

Tanto Sánchez como el líder del PP, en un agrio debate, han introducido en sus intervenciones algunas de las ideas fuerza que repetirán en las próximas semanas. El primero ha culpado de la repetición electoral tanto a populares como a Ciudadanos y Unidas Podemos. A Casado le ha afeado su "falta de sentido de Estado"; a Rivera, su "irresponsabilidad" y a Pablo Iglesias, su "dogmatismo". El secretario general del PSOE ha retocado la frase que ya dijo anoche en su comparecencia en la Moncloa (“Pedimos a los españoles una mayoría más clara el 10 de noviembre”) y esta mañana ha afirmado: "Espero que los españoles den una mayoría más rotunda al PSOE para que ustedes no tengan capacidad de bloquear nuevamente un gobierno que es lo que necesita España".

Casado ha hilado su intervención en torno a la tesis de que, si Sánchez "no ha sido capaz de gestionar su investidura, difícilmente puede gestionar una nación como España" y, sumándose a la estrategia de Rivera, ha subrayado que, al final, el jefe del Ejecutivo ha rechazado "dos acuerdos:  a la derecha y a la izquierda". "Ha traicionado a todos y ha demostrado que no es de fiar", ha afirmado el dirigente conservador tras recordar que Sánchez apoyó al PP en el 155 y "después hizo la moción de censura" [por una sentencia de corrupción, ha obviado], cerró un acuerdo con Ciudadanos en 2016 y ahora no se ha sentado a negociar con ellos [Rivera no acudió a dos reuniones a las que Sánchez le convocó] y ahora no ha sido capaz de pactar con Podemos, el supuesto socio preferente del PSOE. "Las elecciones las carga el diablo", le ha soltado pensando en la posibilidad de que el 10-N el peso de los dos bloques, izquierdas y derechas, cambie.

Otro duelo: Álvarez de Toledo y Calvo

La disolución de las Cortes va a impedir, al menos por ahora, seguir asistiendo a los duelos entre la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. Han recordado en algunos momentos a los agrios enfrentamientos que hace años protagonizaron María Teresa Fernández de la Vega (número dos de José Luis Rodríguez Zapatero) y Soraya Sáenz de Santamaría (portavoz del grupo parlamentario del PP antes que vicepresidenta). 

Una de las frases más aplaudidas por la bancada del PP ha sido cuando Álvarez de Toledo, siguiendo la línea de Casado, ha advertido a Calvo de que la repetición electoral "le va a ir muchísimo peor de lo que sus 'Redondos' le susuran", en referencia al jefe de Gabinete de Sánchez, que se llama Iván Redondo

Calvo ha empezado fuerte pidiendo a la portavoz conservadora que baje desde su "altura inalcanzable" y mire "abajo" a los "simples mortales socialistas". Y como la pregunta que le había planteado era "¿qué es un Gobierno progresista?", la vicepresidenta ha respondido que es un Ejecutivo que trabaja por "la paz social", que "no tiene que caer por corrupción tras una sentencia" [recordando el motivo por el que cayó Rajoy], y "no es una fábrica de independentistas". 

Álvarez de Toledo ha acusado a Calvo de ser la "ejecutora" de la "farsa socialista", alimentando la tesis de que Sánchez buscaba la repetición electoral y no el pacto. "Ni cuando ganan las izquierdas son capaces de gobernar", ha sentenciado.