Teresa Rodríguez, en el juicio al empresario que simuló besarla: "Fue una agresión en toda regla"

La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, durante su declaración en el juicio.

La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, durante su declaración en el juicio. / periodico

Julia Camacho

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Una broma, a distancia y fruto de la ingesta de alcohol. El empresario sevillano Manuel Muñoz Medina ratificó este jueves ante el juzgado su versión acerca del acoso al que sometió a la coordinadora de Podemos AndalucíaTeresa Rodríguez, en diciembre de 2016, cuando la arrinconó contra la pared y simuló darle un beso. Una "broma de mal gustó", concedió, aunque apuntó como novedad que ni siquiera hubo contacto físico ni interpuso una mano entre ambos. La dirigente política, por el contrario, insistió en que se sintió "como un objeto" y que "aunque él pensaría que era una broma, a mí me pareció una agresión en toda regla".

Tras el visionado de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la Cámara de Comercio de Sevilla, donde ocurrió todo, el tribunal propuso a las partes cambiar la calificación del delito contra la integridad moral por uno de acoso sexual. El abogado de Rodríguez aceptó esta propuesta, aunque de forma alternativa. Por eso, mantiene la petición de un año de cárcel por un delito de atentado contra la autoridad y otro de nueve meses por un delito contra la integridad moral, o en caso alternativo un año de cárcel por un delito de abuso sexual y una multa de 18 meses a razón de 30 euros diarios.

Muñoz Medina reconoció ayer en su declaración que aquel día, tras la inauguración de una exposición en la planta baja del edificio de la Cámara de Comercio y la tradicional copa de Navidad de la institución, le presentaron a la líder política. Nada más conocerla, le gastó la "broma", y que es una forma en la que saluda en ocasiones a otras personas.saluda en ocasiones

No obstante, afirmó que "no rozó" a Rodríguez ni interpuso su mano entre ambos. Así, explicó al juez que la simulación se produjo al besar su propia mano, que colocó cerca de su boca. Todo fue "a distancia" y sin "contacto físico". Es más, subrayó que tras ese saludo, le dio a la parlamentaria andaluza su tarjeta de presentación y que la reacción de Rodríguez fue normal, "sin realizar gesto alguno" de desaprobación. Y pidió de nuevo disculpas si la líder morada "se sintió ofendida". "Le pido perdón las veces que haga falta", aseveró al tribunal.

Sintió "miedo"

Su versión, sin embargo, choca de pleno con la ofrecida por la líder política, que aseguró ante el tribunal haber sentido "miedo" porque "estaba sola con tres señores voluminosos que consienten lo que está ocurriendo", en alusión a los responsables de la Cámara de Comercio que presenciaron lo ocurrido. Rodríguez negó la mayor y mantuvo que el empresario "la asaltó" y la "arrinconó", agarrándola por la nuca y poniendo una mano en su boca para simular ese beso. Un testimonio que ratificaron algunos de los acompañantes aquel día de Muñoz Medina, como el presidente de la Cámara de Comercio, a quienes la líder morada agradeció que confirmaran su versión dado que ese día ella estaba sola sin ningún otro acompañante y temía que pudieran protegerse entre ellos.

"Me sentí un objeto entre esos señores. Sentí asco", relató, rememorando que al desconocer el lugar y a las personas con las que estaba, que además la acompañaban en un ambiente institucional, se quedó "bloqueada" y no fue capaz de reaccionar como le hubiera gustado.

Voluntad de "humillarla"

La dirigente morada trasladó su alivio tras la declaración, "ya que, aunque un juicio no es plato de buen gusto para nadie" es su obligación como cargo público "porque cuando algo así te pasa, no solo te pasa a ti, sino también a la gente a la que representas". "No quiero que esto le pase a mi hija ni a la hija de nadie, y se debe lanzar el mensaje a la sociedad de que arrinconar a una mujer, humillarla delante de otras personas y acercarse más de lo que ella quiere son agresiones tipificadas en el código penal y punibles", apuntó.

Al término de su comparecencia, Rodríguez rechazó que Muñoz Medina haya tenido voluntad de arrepentirse, aludiendo a sus palabras acerca de que, al ser andaluza, la dirigente política debía entender la broma. Y se ha referido a que "veía la voluntad de humillarme, de reírse de mí delante de otras personas" por ser "mujer y como líder política de un partido nuevo y de izquierdas". "Todo era un poco empresarios de cierta edad que invitan a la chavalilla de Podemos a subir a ver qué pasa", apuntó, "y me hizo sentir mal, indefensa, y me hizo pasar mucha vergüenza". "Quisiera que este juicio sirviera también para que Muñoz Medina aprendiera a relacionarse con las mujeres, porque ésta no es la forma habitual", zanjó, "a las mujeres se las trata con respeto, y se respeta su integridad moral".