ELECCIONES EN EL AIRE

PSOE y Podemos se abocan a una negociación in extremis

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Iolanda Mármol

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Pedro Sánchez apenas había puesto un pie fuera del coche oficial este lunes, en Madrid, cuando una mujer destronó al protocolo con su bata floreada, se acercó al presidente, lo cogió por el brazo con total naturalidad, y lo retuvo varios minutos para charlar. El jefe del Ejecutivo le respondió con aparente naturalidad entre sonrisas, pero entró de inmediato en la reunión que tenía prevista, sumergido en el mutismo sobre las negociaciones de gobernabilidad. Solo hubo un fugaz “buenos días” en público. Es un silencio para no sobreexponerlo en un momento crucial y ganar tiempo, una táctica que se apoya en el convencimiento de que la repetición electoral repetición electoral solo se podrá evitar si Pablo Iglesias accede, en el último momento, a apoyar a Sánchez sin entrar en el Gobierno.

Unidas Podemos volvió a subrayar este lunes que solo respaldará al presidente en funciones si hay coalición, y parece haber asumido ya que las conversaciones no serán hasta la recta final, poco antes del 23 de septiembre. Los cálculos son más que posibles, puesto que Sánchez no ha cerrado todavía ninguna cita con la oposición. Es más, en la Moncloa siguen sin confirmar que los encuentros vayan a producirse la próxima semana. A día de hoy, insisten, no hay nada cerrado.

Fuentes gubernamentales reconocen a este diario que con toda probabilidad los contactos con Iglesias serán ‘in extremis’, probablemente la semana antes de que expire el plazo para convocar la repetición electoral.

Negociar sí, renuciar no

La ministra de Justicia, Dolores Delgado, situó  esas reuniones a principios de septiembre, sin referencia exacta, y abundó en la importancia de tener para entonces un programa que permita tejer un acuerdo con Unidas Podemos que no pase por una coalición que el Gobierno considera inviable. A este efecto, Sánchez se reunió este lunes con asociaciones de la memoria histórica y ciencia, y esta semana su agenda se centrará en nuevos encuentros con otras organizaciones sociales.

Los podemistas admitieron este lunes que la única comunicación con el PSOE ha sido a través de los medios de comunicación y se muestran abiertos a negociar pero no a “renunciar” a todas las exigencias que incluye su última propuesta para formar una coalición. "Esperamos que en el último momento, aunque sea en el último momento, Sánchez llame y empecemos a trabajar donde lo dejamos en julio”, señaló este lunes la portavoz morada, Noelia Vera, quien recriminó al PSOE que la ciudadanía no va a comprender por qué no se avanza en el diálogo ante el riesgo de repetición electoral.

Si hay nuevas elecciones, el 10 de noviembre, el PP insiste en que quiere ir de la mano de Ciudadanos en la coalición España Suma, y este lunes los conservadores señalaron que confían en que al final Albert Rivera “entrará en razón”. Los liberales rechazaron nuevamente el ofrecimiento y acusaron a Sánchez de ser un “irresponsable” por la posibilidad de volver a las urnas.

El Congreso como termómetro

El siguiente test que medirá el estado de la relación entre PSOE y Unidas Podemos será este martes, en la reunión de la Diputación Permanente del Congreso. Los podemistas decidieron finalmente este lunes por la tarde que votarán en contra de la petición de comparecencia de Sánchez que reclaman PP y Cs para que dé explicaciones  sobre la crisis del ‘Open Arms’. Aunque los morados amagaron con pedir su presencia o con abstenerse para allanar la de las derechas, fuentes moradas confirmaron a este diario que rechazarán esa posibilidad, algo que habría enrarecido todavía más el clima de negociación. A cambio, los podemistas pedirán que comparezca la vicepresidenta, Carmen Calvo.

La oposición ha solicitado la presencia de Sánchez y ocho de sus ministros para dar explicaciones sobre aspectos como la crisis migratoria o la alarma sanitaria por listeriosis.