INVESTIDURA EN EL AIRE

Sánchez vuelve a la Moncloa sin encarrilar la negociación

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado agosto, en Madrid.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado agosto, en Madrid. / periodico

Iolanda Mármol

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Cuando Pedro Sánchez volvió este miércoles a la Moncloa tras diez días de descanso en el palacio de las Marismillas (Doñana), se encontró con el mismo escenario político desesperanzado que dejó al marcharse y todavía sin cerrar las reuniones negociadoras con los partidos nacionalistas que debían haberse puesto en marcha a partir de este lunes y que, a tenor de las agendas, difícilmente se realizarán antes de la próxima semana. El único cambio en el breve paréntesis estival ha sido la contraoferta de Pablo Iglesias para forjar una coalición que el Gobierno ve inviable y que solo parece haber servido para reabrir la guerra de acusaciones mutuas.

El Ejecutivo considera que la propuesta de Unidas Podemos constituye un “órdago impositivo, a blanco o negro”, en palabras de la vicepresidenta, Carmen Calvo. Defiende el Gobierno que la desconfianza no afecta solo al proceso negociador de la investidura, sino que los recelos harían imposible la gobernabilidad del día a día. Y vuelve a poner como ejemplo las discrepancias en cómo debe afrontarse la cuestión catalana. Los morados sirvieron, de nuevo, el argumento en bandeja a los socialistas. Los ‘comuns’ salieron a explicar que en realidad no han renunciado al referéndum y que si esta propuesta no figura en la oferta enviada el martes al Gobierno es por “un error de comunicación”. Aunque Iglesias se comprometió en julio a “toda lealtad” con Sánchez este asunto, los socialistas creen que el líder morado no sería capaz de mantener la unidad de voto entre sus confluencias, algo que trató de rebatir este miércoles Pablo Echenique, el secretario de Acción de Gobierno podemista, al asegurar que la cohesión del grupo en el Congreso es “absoluta”. Además, los morados pidieron a la vicepresidenta que abandone el tacticismo y rebaje su tono "agresvivo".

La Moncloa defiende que la alternativa es pactar con Podemos un programa, definir su desarrollo legislativo y comprometer un calendario de aplicación. Iglesias ya ha advertido de que él no va a entregar investiduras gratis y acusa a Sánchez de querer acaparar todo el poder.

Entre la sospecha y la acusación, los morados señalan que Sánchez parece haber enfilado ya el camino a la repetición electoral. Creen que el presidente en funciones maneja análisis de asesores que le auguran un mayor número de escaños y piensa volver a las urnas.

Una tesis a la que se sumó el presidente del PP, Pablo Casado, que pidió a Sánchez que aclare si pretende negociar de veras o solo está armando sus argumentos de campaña mientras deja correr el reloj. Tras diez días de descanso, el jefe del Ejecutivo visita este jueves los incendios en canarias, presidirá el viernes el Consejo de Ministros y el domingo viaja a la cumbre del G-7.