JUICIO POR EL 1-O

La sentencia del 'procés', clave para volver a reclamar a Puigdemont

Manifestantes independentistas en Estrasburgo, frente al Parlamento Europeo, el pasado martes, con pancartas de Puigdemont.

Manifestantes independentistas en Estrasburgo, frente al Parlamento Europeo, el pasado martes, con pancartas de Puigdemont. / periodico

Ángeles Vázquez

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Terminado el juicio contra los líderes del 'procés', solo falta conocer la sentencia que determinará qué ocurrió en Catalunya en el otoño del 2017 a ojos de la justicia. Además de la trascendencia que tendrá para los 12 acusados que compartieron banquillo, el fallo también será muy tenido en cuenta para determinar el siguiente paso a dar contra los huidos. En el caso de que, como todo parece indicar, sea condenatorio, se convertirá en una nueva baza para volver a tramitar una euroorden contra el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los 'exconsellers' que le acompañaron en su fuga.

Se trata de una decisión que solo puede tomar al magistrado que instruyó la causa del 'procés', Pablo Llarena, quien mantiene una pieza contra los huidos, que estará paralizada hasta que estén a disposición de la justicia española. Fuentes jurídicas han señalado a EL PERIÓDICO que Llarena podría incluso no volver a tramitar las euroórdenes, aunque es una opción que no parece probable, ya que el objetivo de la justicia siempre ha sido intentar por todos los medios que los presuntos responsables de un delito respondan ante los tribunales.

De ahí que antes o después el juez tenga que tomar una decisión: volver a intentar lograr la entrega al menos del que como presidente de la Generalitat era el máximo responsable de lo que ocurría en Catalunya. Pero, ¿cuándo se puede reactivar la euroorden? Las fuentes consultadas han señalado que hay tres momentos para hacerlo. Uno sería si Puigdemont abandonara Bélgica, lo que, como se comprobó el pasado 2 de julio, cuando se constituyó el Parlamento Europeo, parece que no entra en los planes del 'expresident', que solo se atrevió a acercarse hasta Alsacia, dentro de las fronteras de Alemania, país que ya rechazó su entrega.

Eso ayuda a que se apunte a la sentencia como esa segunda oportunidad, según el mismo criterio que siguió el Supremo cuando reactivó las euroórdenes tras dictarse el auto de procesamiento contra los líderes del 'procés'. Ante las objeciones que empezaba a plantear la justicia belga, el magistrado retiró la petición de cooperación judicial y solo la volvió a tramitar cuando, una vez realizada la investigación, entendió que los indicios planteados en un primer momento se habían visto corroborados: la acusación se había reforzado y podía intentarse de nuevo la entrega. 

Ahora se trataría de un paso más, el determinante: una petición respaldada por una sentencia dictada nada menos que por la cúspide del ordenamiento jurídico español, tras cuatro meses de juicio, emitido íntegramente por televisión, y por el que desfilaron más de 400 testigos. Serían, además, las conclusiones alcanzadas por siete magistrados de perfiles muy distintos, que deberían ser muy tenidas en cuenta por los tribunales de otros países.

Para ello, obviamente, la sentencia debe ser condenatoria, opción que parece la única posible, teniendo en cuenta que nueve de los 12 acusados siguen en prisión y el duro relato de hechos sobre lo ocurrido en Catalunya que el tribunal hacía en el auto en el que planteaba una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la inmunidad de los parlamentarios europeos. Con esta consulta al TJUE quiere resolver el recurso del exvicepresidente del Govern Oriol Junqueras contra la negativa de la Sala a dejarle salir de la cárcel para asumir su escaño de eurodiputado.

"Lluvia fina"

El Supremo confía que la respuesta a esa consulta (el tribunal europeo ha fijado la vista sobre la inmunidad de Junqueras para el 14 de octubre) reafirme su criterio en contra del permiso solicitado por el líder de ERC y que se sume a la "lluvia fina" que están suponiendo ciertas resoluciones europeas que rechazan las pretensiones de los acusados. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con la demanda de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell contra su prisión

En el alto tribunal se confía en que esas resoluciones a favor de los intereses de la justicia española que se están dictando en Europa ayuden a que las próximas euroórdenes que se tramiten se examinen con mejores ojos que las anteriores. 

La última posibilidad de cursarlas de nuevo se plantea en un horizonte muy lejano. Sería después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) hubiera ratificado la actuación de la justicia española al rechazar los recursos de los condenados por el Supremo, algo que puede tardar unos tres años.