RESTRUCTURACIÓN EN CIUDADANOS

Rivera se blinda para no dar aire a Sánchez

Albert Rivera junto a Lorena Roldán

Albert Rivera junto a Lorena Roldán / periodico

Miguel Ángel Rodríguez

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El cordón sanitario que Albert Rivera impuso a Pedro Sánchez parece cada vez más sólido, más difícil de cortar. Tras las dimisiones de varios dirigentes y miembros fundadores de Ciudadanos por la deriva que estaba adquiriendo el partido, el presidente de los naranjas fue, este lunes, un paso más allá. Ante el Consejo General del partido, ordenó cambios en la Ejecutiva: aumentar el número de personas afines a él y sacar de la cúpula a aquellos que pusieron en duda su estrategia de vetar al presidente del gobierno en funciones. Todo apunta a que el líder liberal busca rodearse de leales para hacer frente a lo que, se prevé, sean dos meses de presiones múltiples para que se abstengan en la investidura del secretario general del PSOE, facilitando un gobierno monocolor socialista.  

A las puertas de agosto, y a menos de dos meses de que termine el plazo para elegir un presidente y haya que convocar unas nuevas elecciones, Rivera puso encima de la mesa un cambio en los estatutos para ampliar la cúpula de la formación a 50 miembros y poder forzar 22 nuevas incorporaciones. "Pararse, reorganizarse, coger músculo y crecer". Así defendió los cambios que, entre otras cosas, conllevaron la entrada de Lorena Roldan, recién elegida mediante primarias candidata de Cs a la presidencia de la Generalitat de Catalunya y portavoz nacional en ausencia de Inés Arrimadas, y el cese de cinco dirigentes, alguno de ellos críticos con el nuevo rumbo.

"Queremos gobernar España y desmontar el 'plan Sánchez', que es lo mismo", sentenció el presidente naranja. Objetivo para el cual resulta imprescindible poner trabas a cuatro años más de socialismo en la Moncloa y mantener el 'no' a Sánchez. Para ello, argumentó frente a dirigentes estatales, autonómico y locales que quiere contar con "un equipo con gente preparada, con gente leal al proyecto de Ciudadanos y de España, de gente diversa que como un gran río acaba desembocando en el mismo afluente".

Baile de nombres

Entre los nuevos perfiles que pasan a engrosar la cúpula estatal naranja, Rivera destacó los nombres del exsocialista Joan Mesquida, antiguo director de la Policía y la Guardia Cilv, y de los expresidentes populares de Baleares y de la Comunidad de Madrid, José Ramón Bauzá y Ángel Garrido, respectivamente. Políticos ya curtidos que abandonaron sus formaciones para alistarse en las filas liberales. Además, el nuevo proyecto del presidente de Cs también sitúa en primera fila a Edmundo Bal, abogado del Estado que llevó el caso del procés ante el Tribunal Supremo, en un momento inicial, o Sara Giménez, abogada de etnia gitana.  

Aunque el 'número dos' de Cs, José Manuel Villegas, aseguraba, hace unas semanas, que no estaba previsto que esta reforma conllevara ningún cese, lo cierto es que los 22 nuevos nombres que ocuparán un asiento en la dirección de Ciudadanos trajeron aparejados cinco destituciones. En concreto, las de Fernando MauraOrlena de MiguelAntonio EspinosaMatías Alonso y Raquel Morales.

Todos ellos son dirigentes que, aunque cada vez menos vinculados a la toma de decisiones en el partido, habían mostrado reticencias a la hora de bloquear la investidura de Sánchez. En este sentido, Maura completó junto a Luís GaricanoJavier Nart y Francisco Igea el cuarteto de dirigentes que, a finales de junio, se posicionaron en contra de mantener el veto al presidente en funciones. Un debate en el que también se abstuvo Orlena de Miguel, junto a otros dos compañeros de la Ejecutiva.