LA ENCRUCIJADA CATALANA

Torrent explora un frente social ante la sentencia del 'procés'

Roger Torrent

Roger Torrent / ACN / GERARD ARTIGAS

Agustí Sala / Gabriel Ubieto

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Los distintos actores del independentismo se preparan para la sentencia del 'procés', pero por separado. Por un lado, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ya ha llevado a cabo varios contactos con representantes del mundo económico y social. Por el otro, y en paralelo, el presidente del Parlament, Roger Torrent, está tratando de consensuar un documento con patronales y sindicatos para dar una respuesta lo más unitaria al fallo del Tribunal Supremo.

Este proceso supone un paso más en el camino iniciado hace unos meses, cuando Torrent empezó a tejer una respuesta transversal contra el encarcelamiento del exvicepresidente Oriol Junqueras, los 'exconsellers' Raül RomevaJordi TurullJosep RullDolors Bassa y Joaquim Forn; la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell; y los exlíderes de la ANC, Jordi Sánchez, y de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart.

Según confirman a EL PERIÓDICO fuentes conocedoras de las conversaciones, la novedad es que Torrent, y a diferencia de Torra, plantea a quienes convoca un texto basado en tres puntos: la defensa "del diálogo y la política", el respeto a lo que decidan "democráticamente" los catalanes y un rechazo a la "represión" del Estado. Este último es el punto que más reticencias está provocando por parte de quienes han tenido acceso al documento. Las reuniones con los actores de mayor relevancia están siendo discretas y con ánimo de llegar a puntos de encuentro.

Líderes sindicales

El presidente del Parlament ya ha mantenido alguna reunión, por ejemplo, con los líderes catalanes de CCOO y UGT, Javier Pacheco y Camil Ros, que insisten en que los contactos no han tenido más continuidad en este sentido. Y ahora le toca el turno a las patronales. Fuentes concedoras de este proceso afirman que Foment del Treball ha rechazado por ahora participar en este tipo de encuentros. Pimec, en cambio, sí que lo ha hecho, según confirman las mismas fuentes.

Paralelamente, el presidente de la Generalitat ha mantenido su propia ronda de contactos, pero en este caso sin plantear documento alguno ni anticipar la temática de las reuniones, más allá de sondear cómo los principales actores sociales y económico del país interpretan el escenario político que se abrirá una vez se conozca la sentencia del Tribunal Supremo, según coinciden algunos de los participantes. Con los líderes sindicales tenía que reunirse Torra hace unos días, pero la cita se tuvo que cancelar debido al incendio de la Ribera d'Ebre.

En paralelo a esta doble hoja de ruta de las dos principales autoridades catalanas, el Síndic de Greuges está arbitrando su propio proceso para "apelar al diálogo político". Este viernes, según consta en la agenda oficial del organimso, está prevista una reunión al respecto, a la que CCOO y UGT sí asistirán; mientras que Foment del Treball no.

Apariencia de unidad

Mientras tanto, las conversaciones entre Junts per Catalunya y ERC sobre la Diputación de Barcelona siguen sin llegar a acuerdo alguno. Una enésima muestra de desunión interna ante la que el Govern ha optado por la conocida como táctica del avestruz, asegurando que los miembros del Ejecutivo catalán siguen trabajando con una cohesión "granítica" y "conjurados" en mantener la gobernabilidad durante toda la legislatura. Esta vez ni se ha intentado escenificar una cierta reconciliación, como hicieron Torra y el vicepresidente y 'conseller' de Economía, Pere Aragonès, tras un choque anterior en octubre.

Según afirmó la portavoz del Govern, Meritxell Budó, convertida en un frontón humano en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu, pese a que las relaciones entre los dos socios han "tocado fondo", según afirmó el lunes su antecesora en el cargo, Elsa Artadi, esta cuestión ni se abordó en la reunión de este martes. Budó se limitó a repetir una y otra vez los conceptos "granítico" y "conjurar". Y de este modo, y según corrobaraban miembros de JxCat, también daba a entender que las amenazas de ERC -respecto a que el pacto PSC-JxCat en la Diputación de Barcelona tendría "consecuencias"- de momento se han quedado en nada, informa Fidel Masreal.