RECTA FINAL

Sánchez echa el 25-J su último pulso a Iglesias

Iolanda Mármol / Miguel Ángel Rodríguez

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Pedro Sánchez camina hacia la votación decisiva de la investidura, fijada para el jueves 25 de julio, sin aparente prisa por acelerar unas negociaciones que oficialmente están en vía muerta. A pesar de que la cuenta atrás empezó a correr este martes cuando la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, marcó la fecha de un debate que arrancará el 22-J, todo apunta a que el candidato esperará a la semana que viene para iniciar la tercera ronda de contactos públicos. La parsimonia en el diálogo sugiere que podría haber conversaciones discretas e indirectas entre los socialistas y sus aliados potenciales, en especial, con Unidas Podemos. Con focos o sin ellos, Sánchez y Pablo Iglesias pondrán a prueba en estas tres semanas la capacidad de las izquierdas para entenderse o para revivir el fantasma de una repetición electoral que se celebraría el 10 de noviembre. A nadie se le escapa que cuanto más se afiance la disposición de PNVERCBildu y Compromís a facilitar la investidura, menor capacidad de presión tendrá el podemista. 

No hay nada en superficie que sostenga las expectativas que mantiene Sánchez de superar la investidura e incluso la fecha del debate en el Congreso esquiva el puente del 1 de noviembre para una eventual repetición electoral. Y sin embargo. El presidente en funciones aspira a aprobar ese examen tras armar un pacto con Iglesias para el que disponen en realidad dos semanas, puesto que Unidas Podemos debería someter cualquier alianza a una consulta a los inscritos. El candidato no da muestras de impaciencia y la agenda apunta a que no convocará una nueva ronda oficial hasta la semana que viene. "Ya tendremos tiempo de hablar de la investidura, tenemos hasta el 22 de julio", excusó desde Bruselas, donde asistió a la cumbre de líderes europeos. 

Además de Iglesias, Sánchez necesita acabar de atar otras voluntades. El PNV (6 diputados) ha mostrado su disposición a apoyarle, pero no hay nada en firme. Lo mismo ocurre con Compromís (1), que sigue reclamando la reforma de la financiación autonómica para dar su respaldo. El Partido Regionalista Cántabro (1) es el único que ha asegurado su voto a favor. ERC (15) y Bildu (4) han sugerido que están dispuestos a una abstención, aunque no han oficializado esta posición. En el caso de los republicanos, por la disparidad de criterios en el seno del partido sobre cuándo es el momento más adecuado. De fondo, late el pulso real de la negociación: cuanto más firmes sean los apoyos del resto de aliados a Sánchez, menos fuerza podrá ejercer Iglesias, al quedar aislado de las fuerzas progresistas y alineado con el bloque de la derecha.

En el ala conservadora, el presidente del PP, Pablo Casado reafirmó este martes su ‘no’ a Sánchez, sin cuestionar que acudirá a la nueva cita negociadora, informa Pilar Santos.  Albert Rivera, en cambio, anunció un nuevo plante al candidato socialista alegando que no perderá tiempo en reuniones estériles. "Le pido al señor Rivera que guardemos las formas, el decoro institucional y luego que vote lo que considere", respondió Sánchez.

El debate en el Congreso comenzará el lunes 22-J con el discurso del candidato. Tras él intervendrán la oposición y el 23-J se celebrará la primera votación. Para pasarla necesita una quimérica mayoría absoluta. Si, como todo apunta, suspende, habrá una nueva votación el 25-J, en la que le basta con sumar más ‘síes’ que ‘noes’. Defracasar, se abre un periodo de 60 días para nuevos intentos y si no hay éxito, las elecciones que nadie dice querer serán el 10-N.