Ondas en el oasis de ERC

Gabriel Rufián, Marta Vilalta, Mirella Cortés y Joan Tardà, en la comparecencia en la que han anunciado su enmienda a la totalidad a los Presupuestos de Pedro Sánchez.

Gabriel Rufián, Marta Vilalta, Mirella Cortés y Joan Tardà, en la comparecencia en la que han anunciado su enmienda a la totalidad a los Presupuestos de Pedro Sánchez. / periodico

Xabi Barrena / Daniel G. Sastre

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Hay debate interno en ERC a cuenta de la investidura de Pedro Sánchez. Dentro de la escala Richter de tensión sísmica política se puede afirmar que es leve, aunque tomando en cuenta que el otrora avispero republicano es, desde la llegada de Oriol Junqueras, casi un oasis, cabe monitorizar en un futuro en qué derivan esas ondas sobre la superficie del agua.

La levedad del asunto se justifica en que la polémica no orbita sobre el qué, es decir, si se apoya o no al líder socialista en su afán por repetir inquilinato en la Moncloa. Sino que el debate, enconado, se centra en “cómo y el cuándo”, en palabras de un miembro de la ejecutiva,  se transmite al exterior de manera oficial que se va permitir la unción de Sánchez.

Dos son los bloques en litigio. Por un lado, los que se conocen al dedillo el frente de Madrid, por frecuentarlo desde hace años, es decir, Gabriel Rufián y Joan Tardà. Junto a ellos, se sitúan Pere Aragonés y Ernest Maragall, por ejemplo. Todos ellos partidarios de “llevar la iniciativa” y poner en un brete a Sánchez y al PSOE con un ‘abrazo’ del que él reniega en público pero que, vista la actitud de Podemos y Ciudadanos, no puede prescindir si desea ser investido.

Esta voluntad de esta parte de ERC, según algunas fuentes, contaría con el respaldo del propio Oriol Junqueras.

Entre los que prefieren no abordar el tema por anticipado, es decir, al menos hasta que no haya una fecha para el debate de investidura sobre la mesa, estaría la secretaria general del partido, Marta Rovira, la portavoz, Marta Vilalta y el diputado en el Congreso Gerard Gómez del Moral. Sus razones se fundamentan, básicamente, en que no hay que correr riesgos inútiles y elegir el partido el momento que más le convenga (ergo, el que acarree menos críticas, por ejemplos, del electorado más híperventilado) para expresar su posicionamiento.

Y sobre todo, este sector de ERC no se renuncia a forzar a Sánchez a moverse y a acercarse a los republicanos. La otra facción, por su parte, entiende el apoyo  sin más a la investidura como una apuesta de futuro, “para sentar una base donde se asiente el diálogo a lo largo de la legislatura”, pondera una voz partisana.

 Vilalta, en la rueda de prensa posterior al cónclave, lamentó la "irresponsabilidad" de Sánchez, por no negociar su investidura y le ha emplazado a trabajar "de forma valiente" porque es momento "de hablar, dialogar y negociar una solución democrática" para Catalunya. Vilalta lanzo incluso un aviso a los socialistas a cuenta de una eventual repetición de las elecciones: “Las urnas nunca nos dan miedo”.

También el PDECat abordó este lunes la cuestión. Esta parte del universo posconvergente,  cuyos cuadros están más inclinados a facilitar la investidura de Sánchez que el sector de JxCat más fiel a Carles Puigdemont, tampoco tiene prisa. El presidente del partido, David Bonvehí, dijo que “todavía no es momento” de tomar una decisión, y evitó cuanto pudo pronunciarse sobre el debate interno que ha provocado el asunto.