Pactar con el diablo
Roger Pascual
Periodista
Periodista de Deportes. Antes en Cultura y Política. Libros publicados: Desaparecidos en España (Premio 9 de Marzo), Les sectes a Catalunya y L'ombra de les sectes
Roger Pascual
Quim Torra evitó hace una semana que en Santa Coloma de Farners, el pueblo en el que vivió en su juventud y en el que vive parte de su familia, se consumara el pacto entre JxCat y el PSC. Tras haber escuchado gritos de "vendida" por pactar con "los del 155", Susagna Riera, la nueva alcaldesa posconvergente, terminó rompiendo ese acuerdo y aceptó repartirse el mandato con ERC. "Llamáis pacto de la vergüenza al de Santa Coloma, en el resto de pueblos no", reflexionó en esa volcánica investidura en la que la hermana de Torra retiró el retrato del 'president'. Una frase pertinente, porque el mismo día en el que parte del independentismo clamaba contra esa alianza en el pueblo del 'president' o la del PSC con Ada Colau en Barcelona, las fuerzas separatistas rubricaban acuerdos de gobierno con los socialistas en 41 municipios.
Una semana después de la constitución de los ayuntamientos, cuando las hogueras para quemar a los herejes se han apagado y están a punto de dejar paso a las de las verbenas, se constata que los pactos, como la suerte, van por barrios. O, mejor dicho, por pueblos y ciudades. Lo que algunos partidos tildan de aberración en una población, pasa a ser la cosa más normal del mundo para los mismos en el municipio vecino.
JxCat (uno de los que más fuerte cargó contra Colau por aliarse con "el 155") es el partido que más tratos ha sellado con el PSC. Veintitrés alcaldes neoconvergentes lo serán gracias a la formación de Miquel Iceta y acogerán en su equipo de gobierno a concejales socialistas. Calella de la Costa, Vilafranca y Lloret son algunos de estos municipios en los que ha llegado a una entente (en Cabrera de Mar y Maçanet de la Selva habrá tripartito de ERC-JxCat y PSC). Además, los seguidores de Carles Puigdemont también han brindado la alcaldía a los socialistas en Cunit y Senterada. Y concejales de ambas formaciones compartirán también equipo de gobierno en Quart, a las órdenes de un alcalde de la candidatura independiente Quart Actiu. Todo esto sin contar el caso de Badalona, donde los ediles de JxCat, CUP y ERC dieron al socialista Àlex Pastor sus votos gratis (como Manuel Valls a Colau) para evitar que el popular Xavier García Albiol volviera a encabezar el consistorio.
ERC y PSC también han unido fuerzas en una quincena de municipios. En Abrera, Castelldefels, Castell-Platja d'Aro y Selva de Camp los concejales del partido de Oriol Junqueras estarán a las órdenes de un edil socialista. Y once republicanos deben su vara de mando y gobernarán con el PSC en poblaciones como Figueres, Caldes d'Estrac o Sant Salvador de Guardiola. El caso más significativo es Sant Cugat, donde los socialistas pactaron con dos fuerzas separatistas, ERC y la CUP, para acabar con 32 años de gobiernos convergentes entre gritos de "155" de los seguidores de JxCat. Ahora socialistas, republicanos y 'cuperos' formarán un inédito tripartito, demostrando que la política hace extraños compañeros de cama. Más extraña todavía podría ser aún la cohabitación en Sant Vicenç de Montalt, donde el socialista Javier Sandoval ha invitado a entrar en su equipo a los ediles de PP, Ciutadans y la CUP (más la candidatura independiente 9SV) que hicieron posible su investidura.
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