REUNIÓN EN EL CONGRESO

Sánchez plantea "cooperar" con Iglesias sin coalición de Gobierno

Iolanda Mármol / Juan Ruíz Sierra / Miguel Ángel Rodríguez

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Pedro Sánchez señala a Pablo Iglesias una vía para negociar la investidura con una fórmula que permita al líder de Podemos salir airoso a pesar de que no llegue a conseguir la coalición de Gobierno que viene exigiendo. Ambos dirigentes salieron de su reunión este martes en el Congreso con la sensación de que es posible el entendimiento en izquierda, pero no despejaron la incógnita de cómo se va a sustanciar. El candidato a la presidencia se avino a buscar un Ejecutivo "de cooperación", una fórmula lo suficientemente amplia para seguir dialogando en encuentros que a partir de ahora serán secretos y lo suficientemente ambigua para que Iglesias pueda mantener el tipo aunque acabase por no obtener ministerios y tenga que conformarse, como mucho, con proponer perfiles independientes.

Sánchez, que actúa sin prisas pese a trasladar que quiere que el nuevo Ejecutivo esté formado "cuanto antes", volvió a reclamar a Pablo Casado y Albert Rivera que se abstengan bajo la amenaza de la repetición electoral. Los líderes del PP y Ciudadanos le trasladaron su particular 'no es no' en la primera jornada de una ronda de negociaciones que continua miércoles y jueves, y que apunta a que la investidura podría esperar, incluso, a después del verano. Durante la reunión que mantuvo con Iglesias, el presidente en funciones le trasladó, según fuentes socialistas y moradas, que había que retrasar la negociación a fondo hasta que se despeje el mapa autonómico, a finales de junio.  

Las negociaciones están en una fase embrionaria y que casi todo puede suceder todavía. Sánchez propuso a Iglesias un "Gobierno de cooperación", es decir, una fórmula abstracta de sintonía, pero en la que ambos parecen sentirse cómodos y que el líder podemista aceptó de buen grado. Salió del encuentro convencido de la sinceridad del socialista. "Tengo la impresión de que quiere negociar con nosotros. No concibo que me esté mintiendo. Tengo la impresión de que Sánchez no me miente y que quiere un Gobierno con nosotros", dijo.

Sintonía en los programas

También los socialistas exhibieron su acuerdo con Podemos en las medidas a aplicar desde el Ejecutivo, tras la experiencia del último año. "Hemos demostrado en estos 12 meses que es posible el entendimiento entre la izquierda. Hemos recuperado la sanidad universal, hemos subido el salario mínimo y las pensiones, hemos recuperado la prestación de desempleo para los mayores de 52 años y hemos anulado el impuesto al sol. Hemos demostrado que la izquierda sabe entenderse. Incluso llegamos a un acuerdo para los Presupuestos. Tenemos los mejores mimbres: ideas, experiencia y capacidad de entendimiento. Salimos muy satisfechos de la reunión. Ha habido grandes coincidencias programáticas", explicó la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra.

Lastra anunció que buscarán una estructura para ese "Gobierno de cooperación" porque "es la mejor de las fórmulas para un gobierno plural, abierto y representativo de diferentes sensibilidades y con personalidades de distintos ámbitos". Eludió detallar qué estructura puede ser operativa en esa fórmula o quiénes la integrarían. "No se ha hablado de nombres ni se ha ido más allá de la posibilidad de explorar un Gobierno abierto con fórmulas novedosas, innovadoras. Eso se lleva a explorar otras fórmulas de las conocidas hasta ahora", se limitó a apuntar.

Fuentes socialistas señalan que una posible fórmula pasaría por incorporar a determinadas posiciones perfiles independientes propuestos por Iglesias. Más allá, señalan en el PSOE, no van a ir. En el entorno de Sánchez se considera imprescindible que el Consejo de Ministros mantenga un clima de confianza, sin suspicacias, y que eso pasa inevitablemente por un único partido en la Moncloa. Además, junto a las importantes diferencias que ambas formaciones mantienen sobre la crisis territorial en Catalunya, los socialistas recuerdan que el clima enrarecido en el aparato de Podemos complicaría una coalición en la que Iglesias pudiese nombrar a alguien que luego fuese defenestrado, lo que conllevaría una crisis de Gobierno.

El nuevo 'no es no'

Más fría fue la reunión de Sánchez con Rivera, un ambiente tenso que ya se percibió en el encuentro que mantuvieron en la Moncloa pocos días después de las elecciones generales. El presidente de Ciudadanos no se siente concernido por la amenaza de una eventual repetición electoral. Trasladó a Sánchez que votará 'no' a su investidura porque considera que tiene alternativas aritméticas para conseguir ser presidente y que, por lo tanto, no tiene intención alguna de abstenerse. "Sánchez tiene la obligación de intentar formar Gobierno, tiene socios y tiene mayorías", explicó Rivera tras el encuentro. Casado tiene una relación más cordial con Sánchez, pero su mensaje fue similar al de Rivera. "El PP no va a apoyar la investidura ni se va a abstener en una segunda votación", dijo el líder del PP.

Lo cual no evitó que los socialistas insistieran en la abstención de conservadores y naranjas. "No queremos que la investidura y la gobernabilidad dependan de los partidos independentistas –concluyó Lastra-. Por eso seguimos apelando al PP y Ciudadanos".

Los minoritarios

A partir de ahora se entra en una nueva fase. Por un lado, Sánchez continuará negociando con Iglesias, pero esta vez en citas discretas, lejos de los focos. Por otro, el PSOE se reunirá con todos los grupos parlamentarios minoritarios, salvo con Vox y Bildu, pero no será Sánchez quien participe en esos encuentros. Este miércoles, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, se verá con el PNV, Compromís, Unión del Pueblo Navarro, Coalición Canaria y el Partido Regionalista de Cantabria. El jueves, Lastra, una de las dirigentes socialistas que suscita menos rechazo entre los partidos independentistas, lo hará con ERC y Junts per Catalunya.