Iglesias intentará calmar a los críticos para negociar con Sánchez

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Miguel Ángel Rodríguez

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Segunda reunión del Consejo iudadano Estatal (CCE) de Podemos en apenas un mes. Y encima de la mesa un panorama completamente diferente al que tuvieron que analizar tras las elecciones generales del 28-A. Las voces críticas, el un hundimiento electoral, y los cambios en la cúpula quedan a un lado tras las palabras del presidente en funciones, Pedro Sánchez, asegurando que “o gobierna el PSOE o gobierna el PSOE”. El secretario general morado, Pablo Iglesias, tras reunirse este viernes con los dirigentes de IU, Equo, En Comú Podem y Galicia en común para marcar estrategia negociadora, tendrá que aplacar los problemas internos para centrarse en las conversaciones que el líder socialista ha fijado para la semana que viene. 

Casi dos semanas después de las elecciones, tiempo en el que Iglesias no ha tenido noticias de su socio preferente, Sánchez fue propuesto por el rey Felipe VI como candidato a la investidura para renovar su estancia en la Moncloa. Con el encargo del monarca, el presidente del PSOE dio el pistoletazo de salida al diálogo con los grandes partidos. Así, arranca una maratón para Iglesias cuya meta, parece ser, consiste en hacer valer sus 42 diputados en el Congreso e intentar formar parte del próximo Ejecutivo.

Para hacer frente a las reuniones con los socialistas, Iglesias tendrá a su lado, de aprobarlo el CCE, a Pablo Echenique que estará al frente de la Comisión de seguimiento de Pactos de Gobierno tras ser apartado de la secretaría de Organización. Ambos dirigentes empezarán a amasar su oferta al PSOE en una reunión previa al Consejo con los candidatos autonómicos de Comunidad Valenciana, La Rioja, Baleares y Canarias, aquellos que tienen posibilidades de impulsar gobiernos socialistas. No obstante, tras su visita con el rey, Iglesias ya sembró la duda sobre un posible intento de Sánchez de acercarse a los de Albert Rivera

Acallar las críticas

Sean cuales sean las intenciones del presidente en funciones, el líder morado deberá templar gaitas dentro de su propio partido. Los reproches en la prensa de algunos exdirigentes de Podemos, como el exsecretario general de la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, han dado la sensación de cierta inestabilidad en la formación. Una impresión que, para nada, buscan los morados a escasos días de exigir su entrada en el Consejo de Ministros. 

Así, con los resultados por delante -Iglesias obtuvo el doble de apoyos el 28-A que los candidatos autonómicos en el 26-M- y con la sustitución de Echenique por Alberto Rodríguez al frente de la secretaría de Organización -un perfil que ha gustado en los territorios- la dirección estatal espera acallar a aquellos barones regionales que en los últimos días han mostrado recelo frente al liderazgo del fundador del partido. 

Quien más fuerza podría ejercer contra Iglesias sería Podemos Andalucía, dirigido por la anticapitalista Teresa Rodríguez, principal opositora a entrar en un gobierno con el PSOE. Sin embargo, desde federación andaluza, pese a ser la que mejor aguantó el estacazo electoral -pasaron por las urnas hace seis meses-, han llegado mensajes calmados, pidiendo reflexionar y entrar en un debate profundo que nada tiene que ver con las personas ni con la celebración de un Vistalegre III.

En este escenario, Iglesias parece tener razones suficientes -está por ver si también los argumentos necesarios- para intentar calmar a los suyos el tiempo suficiente para ofrecer esa imagen de estabilidad que, tanto insiste, aportará al futuro gobierno.