PRIMER AÑO EN PALAU

La oposición afea a Torra la "inacción" de su gobierno

Pere Aragonès y Quim Torra, en la reunión extraordinaria del Consell Executiu, el 31 de mayo

Pere Aragonès y Quim Torra, en la reunión extraordinaria del Consell Executiu, el 31 de mayo / periodico

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La oposición ve el Govern anclado en el relato. Tras 12 meses en el Palau de la Generalitat, el 'president' Quim Torra, no ha logrado convencer de su gestión a los grupos que no forman parte de su Ejecutivo. Ciutadans y el PPC le reprochan que "se deje manejar desde Waterloo". El PSC se centra en su "falta de capacidad propuesta" y los 'comuns' en su "improvisación permanente". La CUP, por su parte, carga contra su discurso "maximalista y de retórica republicana" porque sostienen que no concuerda con su "práctica gubernamental".  

Todos los grupos que no comulgan con el Govern recuerdan su negativa a presentar los presupuestos en sede parlamentaria. A su juicio, es una muestra que evidencia la "inexistencia" de una agenda social. "Catalunya es la comunidad autónoma con peores listas de espera en sanidad, con mayor número de barracones y graves problemas en ayudas a la dependencia", asegura la diputada y senadora Lorena Roldán. A la reflexión se suma el líder del PSC en el consistorio barcelonés, Jaume Collboni, que mantiene que en la actualidad se ha llegado poner "los servicios públicos al límite, sin planificación política, sin recursos, fiándose todo a la responsabilidad de los trabajadores públicos que siguen prestando el mejor servicio en las peores condiciones". El líder popular Alejandro Fernández remacha su impresión diciendo que Torra "degrada" la figura de Presidència: "Asistimos al parlamento que menos legisla y estamos ante el Govern de menor producción de la historia", afirma. 

Su iniciativa legislativa -siete proyectos de ley, solo tres aprobados en el hemiciclo, y trece decretos ley-, también enoja a la CUP. El diputado Carles Riera apunta que además algunas decisiones se han trazado al margen de los movimientos sociales o las administraciones locales "y sí, en cambio, con inmobiliarias y administraciones de fincas". Por su parte, la líder de los 'comuns', Jéssica Albiach, destaca que "en solo un año han convertido la Generalitat en un símbolo de la parálisis y el bloqueo". "Han incumplido sus promesas, generando desafección en sus y olvidándose del resto", asegura.

En cuanto a su gestión del conflicto catalán, se polarizan las visiones. Ciutadans y el PPC critican que Torra haya dedicado esfuerzos "únicamente" a "llenar el espacio público con lazos amarillos y pancartas a favor de los golpistas y fugados de la justicia". "El tono de sus escritos es hostil y despectivo hacia la mitad de los catalanes, perjudicando la convivencia", señala Fernández. La visión de la CUP es totalmente distinta: Riera cree que "no se ha debatido sobre las limitaciones de la autonomía" y que tanto el Govern como el Parlament han sido "incapaces de plantar cara a la represión del Estado para mantener la autonomía de la Cámara". "[El Govern Torra] está totalmente alejado de todas las políticas soberanistas que podrían hacer avanzar en el camino del ejercicio a la autodeterminación y de garantizar los derechos sociales básicos".

El bache del 155

En respuesta a las críticas sobre la inacción, el presidente del PDECat, David Bonvehí, alega que el Govern ya "ha cogido velocidad" tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y asegura que los distintos departamentos están "a punto" de llevar proyectos de ley al Parlament. Albert Batet, de JxCat, evita la autocrítica y acusa al Estado de seguir aplicando un corsé contra las iniciativas sociales del Govern, con una voluntad "no democrática". La portavoz de ERC, Marta Vilalta, contextualiza también el año transcurrido: "Ha sido un año marcado por la represión y por las mil formas en que se ha tratado de torpedear la acción del Ejecutivo, así como la vida parlamentaria pero este Govern puso fin a la aplicación del 155 y está revirtiendo los daños sufridos por las instituciones catalanas".

La explicación no basta a los 'comuns'. "Precisamente por esta excepcionalidad hay más que nunca un gobierno fuerte y con ideas claras", exige Albiach.

Bonvehí niega que la agenda social esté relegada a un segundo plano. Pese a las protestas de los últimos meses de sectores como el universitario, o retos como el de los menores migrantes no acompañados o la renta de ciudadanía, sostiene que "la Generalitat ha puesto la directa y tiene la agenda social en primera instancia". "A pesar de la inestabilidad y de la prórroga presupuestaria", abunda Vilalta, "el Govern ha llevado a cabo iniciativas importantes, en el capítulo de la justicia social y los derechos y libertades". En este capítulo, la portavoz de ERC recuerda la inyección de más de 800 millones a la tesorería de la Generalitat, pese a no haber podido aprobar las cuentas, y medias "a favor de las familias, de ayuda a los ‘menas’ y de pago a los funcionarios de sus pagas extras atrasadas".