Casado estudia ceder la ciudad de Madrid a Cs para retener la comunidad

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Pilar Santos / Miguel Ángel Rodríguez

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El domingo, poco después de las once de la noche, al ver que el bloque de la derecha sumaba en la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento, Pablo Casado respiró aliviado y sus colaboradores le sugirieron que podían improvisar un escenario frente a la puerta de la sede para celebrarlo. Querían festejar no solo que con el apoyo de Ciudadanos y Vox estaban en condiciones de mantener el Gobierno regional y arrebatar a Manuela Carmena (Más Madrid) el consistorio, sino también que Casado salvaba su liderazgo. Sin embargo, la privilegiada situación de Albert Rivera está haciendo sospechar a los populares que vendieron la piel del oso antes de cazarlo. [Elecciones 2019: últimas noticias sobre pactos en directo.]

Madrid es más que nunca por donde todo pasa. El presidente del PP necesita mantener, sobre todo, la comunidad madrileña, para evitar la crisis interna que estaba en ciernes y que ahora se ha quedado en modo 'pausa', a la espera de ver el poder que finalmente retiene el partido. Y el líder de Ciudadanos, por su parte, precisa que su formación entre en una Administración cuanto antes para demostrar que sabe gestionar. La artimética electoral le permite intentar que su candidata, Begoña Villacís (la tercera, con 11 concejales; tras el PP, con 15, y Más Madrid, con 19), acabe siendo alcaldesa de la capital, lo que daría a Ciudadanos el poder y la visibilidad que buscan.

Los naranjas pidieron al PP apoyo para Villacís en el primer contacto mantenido con el número dos de Casado, Teodoro García Egea, según explican fuentes conocedoras de esas conversaciones. El secretario general de los conservadores dio un 'no' rotundo y subrayó que el 'alcaldable' popular, José Luis Martínez Almeida, presentará su candidatura, aunque esa posición fue suavizándose hasta este miércoles, cuando algunos dirigentes del PP de Madrid admitieron que es una posibilidad que hay sobre la mesa puesto que Ciudadanos debe ver compensado de alguna manera el apoyo que le pide el PP en otras autonomías claves como Castilla y León y Murcia, además de la de Madrid. Los populares también tienen en la cabeza que el PSOE ha hecho saber que ayudaría a aupar a Villacís si a cambio su candidato, Ángel Gabilondo, puede gobernar la comunidad. El aspirante socialista fue el más votado con 37 escaños, seguido por Isabel Díaz Ayuso (PP), con 30.

Carmena frena su adiós

En todo caso, si la dirigente naranja quiere alcanzar el consistorio madrileño necesita la ayuda del PSOE, algo a lo que el 'alcaldable' progresista Pepu Hernández no se ha negado. Él declaró este miércoles que trabaja para "aislar a la extrema derecha". De hecho, la dirección socialista admitió el lunes que poner a Vox en cuarentena requeriría de sacrificios. El de facilitar la alcaldía a Villacís podría ser uno que el PSOE tendría opciones de cobrarse en Castilla y León, una región en la que Cs es bisagra.

Y entre tantas posibles alianzas, Carmena recordó este miércoles que, si en primera votación, ningún partido suma más votos de los que ella tiene con el PSOE (19 más 7 de Hermández), ya en la segunda votación, Más Madrid decidiría la alcaldía por ser la lista más votada, según el sistsema de elección de la ley orgánica del régimen electoral general (LOREG). 

El aviso de Vox

Otro protagonista en esta negociación a múltiples bandas es Santiago Abascal, indispensable para la triple alianza de la derecha que requiere Casado en nada menos que tres gobiernos autonómicos (Madrid, Murcia y Aragón). Abascal aseguró de que esta vez, a diferencia de las negociaciones para la Junta de Andalucía, no aceptará "humillaciones". "Es absolutamente imposible apoyar gobiernos de quien ni siquiera se quiere sentar a dialogar con Vox", sostuvo este miércoles en referencia a los desplantes con los que tragó en diciembre, cuando Ciudadanos se negó a reunirse con ellos y lo tuvo que hacer el PP en paralelo. 

La formación de ultraderecha reúne este jueves a su ejecutiva y debatirán si a partir de ahora aceptan concejalías consejerías. En Andalucía, Vox no quiso formar parte del Gobierno de Juanma Moreno (PP), lo que facilitó el primer pacto en España con la ultraderecha. El presidente de la Xunta, el popular Alberto Núñez Feijóo, uno de los barones que en esta nueva etapa del partido se ha erigido como un crítico por sus advertencias contra la derechización de Casado, afirmó que le parece bien que el PP se apoye en Vox donde lo necesite para alcanzar alcaldías o presidencias, pero sin permitir que la formación de Abascal entre a formar parte de los gobiernos.

Todas las piezas del puzle se están negociando a la vez y a varias bandas, una ardua tarea para la que los cuatro partidos implicados tienen un tope legal. Antes del 15 de junio tendrán que estar cerradas las alianzas en los ayuntamientos y, entre el 11 y el 30 del mismo mes, los pactos para los gobiernos de las 12 comunidades y Ceuta y Melilla. Se da la circunstancia de que el mismo día 11 deben de estar dos: Madrid y Murcia.