En manos de Colau

¿Qué hará Ada Colau? Esta es ahora mismo la pregunta principal en el contexto de las negociaciones poselectorales en Barcelona. Está claro que también es relevante preguntarse qué quiere hacer el ganador de las municipales, Ernest Maragall. Sin embargo, paradojas de la vida, Colau es la única que técnicamente puede decidir en estos momentos si deja que la alcaldía recaiga en el candidato de ERC o si pugna por mantener a Barcelona en Comú en la alcaldía. Para lo segundo requeriría a dos socios, el PSC y Manuel Valls. Nadie duda de que ambos se apuntarían a la fiesta si Colau decide que Maragall no gobierne Barcelona y asume las consecuencias de esa decisión, que no serían pocas. Ha quedado claro que algunos sectores empresariales y políticos de la ciudad lo aplaudirían.

Que la alcaldesa en funciones tenga esa carta vital en la mano responde a una amenaza, la de que fructifique la operación que dos días después de las elecciones está en boca de todos –los que la defienden y los que abominan de ella- y que pasaría por que el PSC y tres de los concejales de la candidatura de Valls votasen a Colau, a otro miembro de Barcelona en Comú o al socialista Jaume Collboni en la investidura, que se celebrará el 15 de junio.

La posición de Collboni es clara: renuncia a un tripartito con ERC y BComú e insta a Colau a tomar su decisión: ¿quiere impedir que la ciudad tenga un alcalde independentista? Si quiere, que se moje y hablamos.  Entretanto, el PSOE observa la situación con cautela. Fuentes socialistas no ven viable la operación Valls pero que la respetarían y subrayan que el PSC tiene autonomía para cerrar sus acuerdos.

Desmentidos y medias tintas

BComú, el PSC y Valls –que sólo sería necesario para la investidura- sumarían la mayoría absoluta, lo que dejaría a ERC en la cuneta. Después BComú y el PSC podrían gobernar con 18 concejales, que superan los 15 que suman ERC y JxCat. ¿Pero puede Colau permitirse esa operación? 

Todo apunta a que no. Ella misma lo ha dado entender en un vídeo hecho público este martes, en el que advierte: "No formaremos parte de ningún gobierno y de ningún acuerdo que implique a fuerzas de derechas. Nosotros hablaremos con ERC y con PSC".

El PSOE no ve viable la operación Valls pero no pondrá pegas a lo que quiera hacer el PSC

“No hemos perdido”

En Barcelona en Comú ha habido un cambio de ánimo que podría explicarse en términos futbolísticos. Los de Colau fueron el domingo por la noche el típico Barça que tras una derrota desfallece y se empapa de fatalismo. Y el lunes eligieron ser el Madrid, con su capacidad para convertir una debacle en la liga en energía para ganar la Champions. Y lo más probable es que busquen meter el miedo en el seno de ERC, para que los republicanos teman convertirse en el Atlético de Madrid de la Champions en la política catalana: venga a perder finales.

Colau, que el domingo estaba llorosa, se enjuagó las lágrimas el lunes y puso sobre la mesa cartas que la noche antes no se había atrevido a exhibir: advirtió a Maragall de que el independentismo no había ganado y le instó a obedecer a los votantes tras interpretar que estos querían un gobierno progresista, el que ella propone, un tripartito formado por ERC, los ‘comuns’ y el PSC: 28 concejales en total.

El tuit de Gala Pin

De ese cambio de ánimo da cuenta la lectura francamente llamativa que hace uno de los dirigentes de BComú sobre las municipales: “No hemos perdido las elecciones. Hemos empatado. Las perdió Xavier Trias en el 2015. Sacó un concejal menos”. Otro integrante de la dirección advertía en privado de lo positivo que era haber logrado meter miedo a ERC. Entre las voces que descartan la ‘vía Valls’ destaca la de la todavía concejala Gala Pin, que no lo será en el próximo mandato y que este miércoles publicó este mensaje en la red social Twitter: “Vamos a ver, gente. No se va a pactar con Valls. ¿Estamos locos?”.

Una voz republicana abonó el pacto de ERC con Barcelona en Comú. Fue el exdiputado Joan Tardà, que, también en Twitter, afirmó que Maragall y Colau deben entenderse y gobernar juntos. Una opinión que Maragall acogió mostrando su respeto cuando compareció por la tarde para explicar que este miércoles abrirá las conversaciones con los dos socios que quiere para el gobierno que ha defendido en campaña: uno formado por ERC, JxCat y Bcomú.