Casado ve factible un pacto PSOE-Ciudadanos

El presidente del PP, Pablo Casado, en un acto electoral de la campaña de municipales

El presidente del PP, Pablo Casado, en un acto electoral de la campaña de municipales / periodico

Julia Camacho

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El PP trata de conjurar en esta campaña un nuevo batacazo como el vivido en las pasadas generales a cuenta de la división del voto en la derecha, de ahí que todos sus mensajes pasen por subrayar que esa fragmentación solo beneficia a la izquierda encabezada por el PSOE de Pedro Sánchez y sembrar de nuevo las dudas sobre un posible acercamiento entre éste y Ciudadanos, como ya ocurriera en 2016, con el argumento de que “solo buscan el poder por el poder”. El líder de la formación conservadora, Pablo Casado, plantea ese pacto como un mal menor frente a un gobierno junto a Podemos e independentistas e incluso una repetición electoral y, de paso, le sirve para captar a los votantes que no quieren acuerdos con Sánchez.

Este sábado en Málaga lo dejó claro, al recordar que durante las pasadas generales, los 15 millones de votos en el Senado para Vox y Cs se tradujeron en solo cuatro escaños. Unas cifras, dijo, que demuestran cómo “se puede tirar” el voto de gente “bien intencionada que sólo quería cambiar de gobierno”. Pablo Casado es muy consciente de que el 26-M se juega su liderazgo en un puñado de autonomías clave, en las que Cs le pisa los talones y Vox le resta votos. Aun así, necesita a ambos para sumar frente a un PSOE en pleno auge, que a su vez espera pactar con Unidas Podemos para conquistar feudos históricos del PP, como la Comunidad de Madrid.

En su única visita esta campaña a Andalucía, Pablo Iglesias, habló de esa posibilidad y se mostró convencido de que cada vez hay más opciones de formar gobierno de coalición con los socialistas una vez se despejen las incógnitas del 26 de mayo, donde confían en repetir fórmula de cohabitación en municipios y gobiernos autonómicos. El rápido acuerdo para configurar la mesa del Congreso, y la sintonía que reciben de las conversaciones con el propio Sánchez, no hacen sino avivar esas expectativas, de ahí que en su intervención en Sevilla volviera a reclamar sitio en el Consejo de Ministros. “No estamos pidiendo la Luna, sino un gobierno de coalición que garantice derechos sociales de la gente”, afirmó.

El líder de Podemos es consciente de que no todos en la formación morada, y ni siquiera en el PSOE, están por la labor. “Ahora, lo que toca es gobernar”, aseguró Iglesias, dejando claro que será “difícil” y tocará asumir “muchas contradicciones”. Por eso, no dejó pasar la oportunidad de lanzar un mensaje a los críticos que rehúyen de esa coalición de gobierno: “desde dentro se cambia con más facilidad la vida de la gente, y ese es nuestro objetivo, no darnos golpes de pecho”. Sánchez, desde Alicante, prometió la reforma de la financiación autonómica en la próxima legislatura, pero eludió hacer referencias a la composición del Gobierno que dará a conocer tras el 26-M.

La nota disonante de la novena jornada de campaña la sufrió Cs en Madrid, cuando una treintena de personas irrumpió en el acto sobre okupación protagonizado por el candidato autonómico Ignacio Aguado en Lavapiés. “Fascistas, fuera de aquí”, abuchearon a la concejal Sofia Miranda tras asegurar que con Manuela Carmena “impera la ley del okupa”. “El 26 de mayo vamos a desokupar Cibeles”, respondió la edil mientras los asistentes gritaban “libertad”.