ELECCIONES MUNICIPALES

ERC, a por el asalto al PSC en Tarragona

Ballesteros, junto a Meritxell Batet, que encabezó la lista del PSC a las últimas generales, el pasado abril, en Tarragona.

Ballesteros, junto a Meritxell Batet, que encabezó la lista del PSC a las últimas generales, el pasado abril, en Tarragona. / periodico

Berta López

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Las elecciones municipales del próximo 26-M se presentan inciertas en la ciudad de Tarragona. Josep Fèlix Ballesteros (PSC) alcalde desde 2007 -que actualmente gobierna con el apoyo del PP en lo que ellos mismos bautizaron como “un pacto de ciudad”- tendrá que competir con Pau Ricomà (ERC) -y podría ser que hasta con Rubén Viñuales (Cs)- para volver a optar al consistorio. PSC y ERC son, a priori, los dos partidos con más posibilidades de erigirse como primera fuerza en la capital de la provincia meridional de Catalunya. En los últimos comicios, Cs y ERC se consolidaron como segunda y tercera fuerza respectivamente, ambos con 4 escaño pero a una distancia considerable del PSC, que se hizo con 9.

Sin embargo, en las pasadas elecciones generales -cuyos resultados no son extrapolables a nivel municipal definen cuál será la tendencia- la distancia entre el PSC y sus directos competidores se estrechó considerablemente. Así, mientras que en las municipales de 2015 los socialistas obtuvieron una ventaja de 7.229 votos respecto a Cs y de 8.523 respecto a ERC, en el pasado 28-A la distancia fue mucho más modesta: ERC, que ganó en 6 de las 11 circunscripciones de la ciudad, se erigió como segunda fuerza a 2.430 votos del PSC. Al conocerse los resultados del 28-A, los republicanos pronosticaron un duelo municipal entre Ricomà y Ballesteros.

Incertidumbre en la derecha

Cs consolidó una tercera posición con 5.526 votos menos que el Partido Socialista. Los naranjas, encabezados por Rubén Viñuales, tratarán de mejorar sus resultados del 2015, cuando consiguieron el apoyo de 7.257 votantes. Quedará por ver si consiguen mantener los 11.131 apoyos que consiguieron el pasado 28-A. El crecimiento de Ciutadans iría -previsiblemente- en detrimento del Partido Popular, que tratará de recuperar el voto perdido en las generales. Los malos resultados les hicieron perder el diputado por Tarragona en el Congreso, que pasó a manos de ERC. Comparando los resultados en la ciudad, los populares pasaron de ser cuarta fuerza en las municipales de 2015 a ser sextos en las generales del 28-A a solamente 367 votos de Vox, que si consiguiera mantener los 4.388 apoyos que obtuvo en el 28-A, irrumpirían en el consistorio, seguramente con dos regidores. Los de Abascal superaron en votos los resultados del 2015 de la CUP y ICV.

Otro interrogante es si Junts per Catalunya conseguirá detener el declive de sus predecesores, Convergència i Unió, que después de gobernar la ciudad durante 18 años consecutivos, en las últimas municipales perdieron casi la mitad de los votos y pasaron de ser la tercera fuerza (20,56%) a la quinta (10,93%). La formación que lidera Dídac Nadal -actual concejal de CiU- se ha erigido como defensora de la “participación ciudadana y el tejido asociativo” de la ciudad.

Con mujeres al frente

La CUP, que no concurrió en las elecciones generales, vuelve a presentarse con Laia Estrada al frente y destaca por la presencia femenina en los primeros puestos de la lista: los números uno, dos y tres están ocupados por mujeres. El espacio de los Comuns y de Podemos concurrirá en una única candidatura, encabezada por Carla Aguilar, a pesar de la oposición que mostró Podem Catalunya inicialmente por “no haber ratificado el acuerdo”. El acuerdo, se ha saldado con tres dimisiones de miembros de la dirección local de Podemos, que denunciaron la “falta de transparencia” durante las negociaciones. Ambos partidos se presentan por primera vez en la ciudad, tomando el relevo de su predecesor, Iniciativa per Catalunya-Verds.

Otras candidaturas que lucharán por conseguir una silla en el consistorio son Centrats per Tarragona, Partit Animalista Contra el Maltractament Animal, Assemblea per Tarragona y Ara Tarraco 5 Estrelles, la coalición formada por Moviment 5 Estrelles y Ara Tarragona, que en las pasadas elecciones fueron la primera fuerza que se quedó fuera del consistorio, a 1.000 votos de ICV.

El desastre de los Juegos

Ballesteros se tendrá que enfrentar a las críticas por la cuestionable gestión de los Juegos del Mediterráneo, el gran protagonista de este último mandato. Los Juegos, levantaron polémica desde antes de empezar, pues se tuvieron que retrasar un año por falta de financiamiento debido a prorrogación de los presupuestos generales, siendo así la primera vez que se atrasaban unos Juegos por causas que no fueran guerras o desastres naturales. La celebración de los Juegos no consiguió recuperar su reputación sino más bien lo contrario: la detención de un atleta por presunta agresión sexual, el atropello de un niño de cinco años por parte de un miembro de los Juegos que triplicaba la tasa de alcolemia, la imagen de las gradas vacías, la de los árbitros en huelga por impagos o la de competiciones canceladas por el mal estado de las instalaciones fueron algunos de los incidentes que acabaron de convertir los Juegos en un fracaso.

Tanto ERC y la CUP, los más críticos, le reprocharon a Ballesteros la “temeridad” y la “irresponsabilidad” de haber seguido adelante con los juegos, anteponiendo “los intereses del partido a los de la ciudad”, mientras que el alcalde se defendió alegando que gracias a los juegos “han quedado unos equipos [deportivos] de primerísimo nivel” y consideró que a pesar de algunos errores, los Juegos acabaron siendo “un éxito”.

Infraestructuras fantasma

Más allá de los Juegos del Mediterráneo, otros tema que los distintos partidos tendrán que abordar seriamente es el de las infraestructuras infrautilizadas. El Preventorio de la Savinosa, por ejemplo, un conjunto de edificios frente al mar que en sus inicios funcionó como preventorio antituberculoso, se encuentra completamente abandonado, en parte a raíz de la disputa entre la Diputación y el Ayuntamiento. A pesar de que en 2013 ambas administraciones acordaron la elaboración de un proyecto para revitalizar la Savinosa, la infraestructura está aún en desuso.

Lo mismo sucede con la Tabacalera o el edifico del Banco de España. Una antigua fábrica de tabacos, que el Ayuntamiento recuperó como espacio público con la intención de convertirla en un complejo cultural. Se colocó una pantalla gigante -para retransmitir eventos sobretodo deportivos como los Juegos del Mediterráneo- y el jardín vertical más grande de Europa, con la idea de avanzar hacia el concepto de Smart City. Sin embargo, la falta de cuidado del jardín y la pantalla estropeada -que no funciona desde finales de 2015- han acabado ofreciendo una imagen de profunda dejadez. El Banco de España, cerrado desde 2003 y de titularidad municipal desde 2010, se convertirá en un centro de divulgación científica. Sin embargo, el proyecto, que se aprobó a finales del pasado año, está aún a la espera de financiamiento europeo. También se tendrá que encontrar una solución para el parking de Jaume I, planteado como un parking inteligente en la Part Alta de Tarragona para solucionar el problema de movilidad, pero a pesar de que la obra fue concedida en 2002, nunca se ha llegado a utilizar y cuyo mantenimiento tiene un coste de 1 millón de euros al año.

Por otro lado, los barrios periféricos claman que se sienten abandonados y siguen haciendo públicas sus demandas y reivindicaciones, sobretodo en referencia a la falta de infraestructuras y de seguridad. La gestión y la reparación del patrimonio cultural e histórico tarraconense, que en los últimos meses ha sufrido desperfectos como la grieta en el anfiteatro, el desprendimiento en la torre del pretorio o el desplome de una -pequeña- parte del techo, también será objeto de debate.