En Directo

DEBATE EN BETEVÉ

Todos contra Ada Colau y Barcelona sin acuerdos

zentauroepp48127114 debate en btv190512215516

zentauroepp48127114 debate en btv190512215516 / JORDI COTRINA

Júlia Regué

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los platós de los debates electorales suelen convertirse en terreno pantanoso para los que ostentan el timón del ejecutivo y ven en juego su reelección. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se esforzó este domingo en mantener el equilibrio ante los dardos de sus contrincantes para no resbalar en las encuestas que le indican un irremediable pulso con ERC para la victoria. Y es que sus adversarios políticos acudieron a Betevé con una carpeta llena de enmiendas a su gestión en materia de vivienda, desigualdades, economía, seguridad y movilidad para tratar de justificar el "fracaso" del gobierno morado.

Todos ellos sacaron a relucir fortalezas y flaquezas, pero sobre todo, evidenciaron falta de acuerdos en casi todo. También a la hora de zanjar pactos de investidura. La número dos de JxCat, Elsa Artadi, dejó claro que no auparán a Colau (quien también les había rechazado), noqueando la idea del tripartito de ERC, y afeó a sus socios en el Govern de la Generalitat que "prefieran" a los ‘comuns’ como aliados. Además, insistió en que Joaquim Forn, líder de su papeleta, es un "preso político y no un ciudadano preso" (forma en que lo mencionó el de ERC en un apunte en Twitter), algo que no le sentó nada bien a Ernest Maragall. Le replicó con enfado que "era una vergüenza que le adjudicara una interpretación falsa sobre la condición de preso político", dijo que no pactaría con aquél que no se comprometa con la libertad de los presos y aseguró que no está en sus intenciones un acuerdo con Colau porque lo que quiere es "sustituirla".

El postulante socialista, Jaume Collboni, fue mucho más firme y anuló otro eventual tripartito: no apoyará a Colau y tampoco dejará que la ciudad "se ponga al servicio del ‘procés’", un extremo en el que asintió Manuel Valls. Colau se mantuvo en lo dicho: "Solo queremos gobernar con fuerzas progresistas".

La cabeza de lista de Barcelona en Comú (BeC) defendió su obra y culpó a la Generalitat de sus limitaciones. Maragall buscó la equidistancia entre la crítica y el aprecio, a sabiendas de que pactar con ella puede ser una opción más que probable. Artadi, enfadada por la sintonía BeC-ERC, no rehuyó ninguna polémica y fue de las pocas que cedió protagonismo a Valls cuando trataba de llevar el debate al terreno del conflicto catalán. Collboni sacó pecho de legados socialistas y de la victoria de Pedro Sánchez. Valls intentó sacarle de quicio cuando no le tendía la mano como "progresista". Saliente rebajó el tono contra Colau y Bou se alteró con toda mención a su persona.

El de Artadi y Maragall no fue el único choque. El candidato del PSC acusó al cabeza de lista de Barcelona pel Canvi-Ciutadans de "estar en la derecha" y de obedecer a Albert Rivera, algo que agitó al exprimer ministro francés. "Y si él está en la derecha ¿dónde estoy yo?", saltó el alcaldable del PPC. Bou también se indignó cuando la 'cupaire' le cuestionó que iba al hemiciclo municipal a hacer negocios y no política.

Sin consensos

Los alcaldables no se pusieron de acuerdo ni en la regulación del alquiler, ni en medidas para frenar la emergencia social, ni en el ámbito del turismo, tampoco en materia de seguridad.

Colau y Maragall reprocharon a Collboni que el Gobierno del PSOE no haya incluido en la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) la regulación del precio del alquiler, mientras que el candidato socialista defendió el esfuerzo para "pinchar la burbuja del alquiler". Artadi se desmarcó de esta política y dijo que "regular los precios por decretazo no funciona", al tiempo que Collboni, Valls y Bou pidieron destinar los solares municipales a nuevas construcciones y la CUP apostó por la expropiación de pisos vacíos. Colau reprochó a Maragall que abanderase una propuesta "simbólica" sobre el alquiler que, a su juicio, queda muy atrás de lo acordado entre el PSOE y Unidos Podemos. 

Todos los postulantes, excepto la CUP, compartieron la necesidad de incrementar los agentes a pie de calle para combatir la sensación de inseguridad en las calles barcelonesas. Ahora bien, se repartieron las culpas. Colau censuró que el 'conseller' de Interior Miquel Buch se ha desentendido de la problemática -indicó que se había ausentado en varias reuniones- y los anticapitalistas lo aprovecharon para volver a pedir su cabeza. 

Valls volvió a abanderar su propuesta de acabar con el 'top manta' en 90 días y recibió la repulsa de sus contrincantes por algunas de las medidas que impulsó como ministro del Interior en Francia. "Me preocupa que pretenda importar sus métodos. No será el alcalde que expulsa a niñas", le advirtió Artadi. 

La oposición acusó a Colau de generar desconfianza en el sector turístico y comercial, Artadi habló de "turismofobia", Maragall propuso una tasa turística además del impuesto actual para revertir externalidades y Saliente reivindicó que el exceso de turismo promueve empleos precarios. La alcaldesa replicó con la cifra de 5.000 pisos turísticos ilegales clausurados durante su mandato y leyó estándares que afianzan a Barcelona en buen lugar.